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Reportaje:

Un 'master' para la F-1

La escudería Epsilon Euskadi, que tendrá dos bólidos en las World Series y desarrolla un prototipo para Le Mans, crea la segunda escuela del mundo para ingenieros que quieran dar el salto a la alta competición

Cuando alguien llega a Azkoitia (Guipúzcoa), lo que menos se imagina es encontrarse allí una de las escuderías más punteras de las World Series by Renault. Aquello parece otro mundo. No coincide con los cánones propios de la alta competición automovilística. El paisaje, de montañas y verdes prados, más parece para las vacas que para el desarrollo tecnológico. Sin embargo, es todo lo contrario. En aquel sector se han instalado muchas industrias que tienen como objetivo los coches. El 80% de las empresas que van surgiendo en el camino hacia Bilbao o San Sebastián se dedican a fabricar complementos de automoción. Y en este contexto nació la escudería Epsilon Euskadi, con una clara vocación competitiva, centrada ahora en las World Series, la antesala de la fórmula 1, pero también con la intención de desarrollar un proyecto global que permita ir desde la promoción del automovilismo en la comunidad vasca hasta tener la capacidad tecnológica para crear un prototipo capaz de competir en Las 24 Horas de Le Mans.

El curso se imparte tras un acuerdo suscrito con la Universidad de Mondragón
Symonds, director técnico de Renault, y Barnard, ex director técnico de Ferrari, entre los ponentes
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"Esto no es sólo un equipo de carreras", asegura, a sus casi cincuenta años, Joan Villadelprat, que dirigió las escuderías Benetton y Prost, llevó al alemán Michael Schumacher a conseguir sus dos primeros títulos mundiales y fue jefe de mecánicos de Ferrari en su larga etapa en la F-1; "es algo mucho más global. Lo que intentamos conseguir es que la gente comprenda lo que es la cultura del automovilismo". Villadelprat es el presidente de Epsilon Euskadi, que se ha convertido ya en una realidad que sobrepasa el ámbito de la competición para adentrarse también en el de la enseñanza, la tecnología y la comunicación. En el Reino Unido, cerca de Oxford, existe otra firma parecida, pero su proyecto es menos globalizado.

Desde que hace un par de años Villadelprat; Michel Lecomte, ex piloto con gran experiencia en pruebas de resistencia como la de Le Mans y con un amplio currículo en la docencia, y Carlos Mollà, vinculado durante años a los equipos de Adrián Campos y especialista en captación de recursos, decidieron unirse para crear un equipo para ganar las World Series by Nissan con Ander Vilariño como principal piloto, los tres socios han realizado sus proyectos a más velocidad que un fórmula 1. "Cuando ahora veo todo esto, me parece imposible", afirma Villadelprat mientras muestra orgulloso las instalaciones de Epsilon Euskadi, que ocupan ya un par de pabellones y que se están ampliando a otro en un polígono industrial cercano al centro de Azkoitia.

Todo huele a competición. Impresiona ver unos talleres con capacidad para cinco vehículos, a imagen y semejanza de los de cualquier escudería puntera de la F-1. "Yo diseñé los talleres de Benetton", dice Villadelprat, "y aquí he aplicado las últimas tecnologías y mis propias experiencias". Lo que más impacta es la limpieza. "Cuando compramos los armarios para las herramientas, el fabricante creyó que nos confundíamos porque los pedimos blancos. 'Querrá decir negros o grises', me dijo. Pero ahora los han puesto ya en su catálogo", agrega. Allí no hay ni una mancha de aceite, ni una pizca de polvo, ni un mono sucio entre los mecánicos. "Si por la noche alguien se olvida una herramienta en la mesa, se gana una buena repulsa", advierte Villadelprat.

Epsilon va a competir esta temporada con dos bólidos en las World Series, con tres coches en la Eurocup F-2000 y con otros dos en el Megane Trophy. Sin embargo, el proyecto más ilusionante para los tres socios es el que acaban de poner en marcha gracias al acuerdo firmado recientemente con la Universidad de Mondragón (Guipúzcoa): el master de postgrado dirigido a ingenieros que quieran dedicarse a la alta competición. "Para todos nosotros es muy especial porque nos convierte en algo único. Lo que tenemos aquí no puedes encontrarlo en ninguna otra parte", comenta Mollà. El master tiene una duración de 11 meses, con más de 1.300 horas lectivas dirigidas al aprendizaje teórico-práctico de aspectos tan fundamentales como el motor, el chasis y la aerodinámica, el conocimiento de los programas informáticos -Nastram, Fluent, Catia V5- utilizados en la competición y la realización de un proyecto final. El precio es de 7.500 euros y lo incluye casi todo.

"Les ofrecemos un contacto directo con la alta competición", explica Villadelprat; "no sólo porque tienen acceso libremente a nuestros talleres y acuden a nuestras carreras, sino también porque les llevaremos a visitar un túnel de viento de F-1 y pueden trabajar con un software que cuesta más de tres millones de euros. Les acercamos al mundo de la F-1 y dan un paso más en su carrera profesional".

Algunos de los ponentes que acudirán cada año a dar clases magistrales son ilustres de la F-1: John Barnard, que incorporó la fibra de carbono y los cambios automáticos a través de las escuderías McLaren y Ferrari, en las que fue director técnico; Alan Jenkins, ex director técnico de Penske y Arrows y ahora en Ducati; Jean Claude Migeot, especialista en aerodinámica en Ligier, Ferrari, Tyrrel y Benetton; Pat Symonds, director técnico de Renault; Jock Clear, jefe de ingenieros de BAR, y Enrique Scalabroni, ex director técnico de Ferrari, además de los pilotos Oriol Servià y Marc Gené.

El master aportará el personal cualificado y el avance tecnológico que hará posible en un futuro próximo cuadrar el círculo, diseñar un prototipo para intentar ganar Las 24 Horas de Le Mans y comercializarlo: "Ésta es la tercera fase, la última de todo nuestro proyecto. Hemos empezado ya a trabajar en la promoción (Junior Cup de karts) del automovilismo en las escuelas de Euskadi, de donde deben surgir los pilotos. Tenemos equipos para competir al más alto nivel. Y en poco tiempo contaremos con técnicos capaces de diseñar y realizar, con la colaboración de las empresas que nos rodean, un chasis para ir a Le Mans. Tendremos una estructura capaz de todo, incluso de intentar una aventura en la F-1 si surge alguna empresa capaz de financiarla. Pero ésa no es ahora nuestra intención".

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