Asalto a los 400 metros
Clement, de 19 años, bate (44,57s) el récord mundial de Michael Johnson en pista cubierta días después de que Merrit, de 18, se acercara
Va a hacer calor en Helsinki en agosto. Mucho calor. Cuando anochezca el viernes día 12, del viejo estadio olímpico de la capital finlandesa saltarán chispas. Se correrá en la pista la final de los 400 metros masculinos y, si lo que ha pasado este invierno en las competiciones universitarias de Estados Unidos en pista cubierta es un índice de lo que deba ocurrir dentro de cinco meses -y no tiene por qué no serlo-, nadie duda de que será la carrera del siglo -prologada semanas antes por la final de los Campeonatos de Estados Unidos-, una carrera en la que probablemente hablar de superar la barrera imposible de los 43 segundos no sonará a descabellado.
Hasta hace un mes justo, sólo un atleta en la historia había corrido los 400 metros en pista cubierta en menos de 45s. Lo hizo unas cuantas veces. Era Michael Johnson, el mito. Hablamos de hace diez años. Hablamos de un decenio en el que los aficionados se desesperaban, se lamentaban del mínimo nivel de los 400, una de las pruebas señeras, la vuelta a la pista; del nulo futuro, del vacío que había seguido a la retirada del expreso de Waco.
Y cuanto más lloraba la afición, que sólo veía un rayo de luz en el fenómeno tejano Jeremy Wariner, el campeón olímpico en Atenas, el 400, en cuatro semanas increíbles, ha gozado de dos destellos, de dos fogonazos estruendosos por parte de dos atletas que aún no han cumplido los 20 años y que han devuelto a la prueba a la línea lógica de evolución en que la dejó Johnson.
Primero, LaShawn Merrit, de 18 años, corrió en 44,93s el 11 de febrero. Después, en la noche del sábado pasado, en Fayetteville (Arkansas), Kerron Clement, de 19, lo hizo en 44,57s y batió el récord del mundo (44,63s) de Johnson en marzo de 1995, cuando ya había cumplido los 27 años.
Lo hizo Clement, de la Universidad de Florida, en la final de los Campeonatos Universitarios de Estados Unidos, en una carrera de la que la gente decía que no valía nada porque no corría Merrit, el predestinado. Sólo diez días antes, Merrit, de la Universidad de Carolina del Este, se había hecho profesional y había perdido el derecho a participar.
Por aquellos días, Track and Field News, la revista de referencia del atletismo mundial, tituló: "Michael Johnson puede respirar tranquilo. Su récord no corre peligro: Merrit no correrá más este invierno".
Merrit era la gran figura. A Clement pocos le esperaban.
Merrit fue triple campeón juvenil en los Campeonatos del Mundo de 2004 -en los 400 y en los relevos de 4x100 y 4x400- y este invierno, en su primer semestre universitario, mejoró tres récords mundiales júniors: uno en los 400, con 44,93s, y dos en los 200, con 20,40s y 20,39s. Lo suficiente para que Nike le hiciera una oferta, a la que no pudo decir que no, cercana al medio millón de dólares. "Cuando vino a la universidad", explicaba Bill Carson, su entrenador, "yo le dije a su madre que no estaría más de dos años. Ha estado seis meses". Para evitar riesgos de lesiones, y con el deseo de lanzar su campaña en junio, Nike le obligó a tomar la decisión antes de los Campeonatos Universitarios. Dejaba, así, el campo libre a Clement, un atleta al que Merrit siempre ganaba.
Más conocido como especialista en vallas -es campeón universitario de los 400 vallas al aire libre-, Clement es un joven caribeño de espectacular planta nacido en Trinidad y Tobago y que espera algún día poder competir como estadounidense.
Cuando terminó la enseñanza media, en La Porte (Tejas), varias universidades se disputaron su matrícula. Entre ellas, Baylor (Tejas), la universidad de Johnson y de su presunto heredero blanco, Wariner. Eligió Florida y este fin de semana ha hecho brillar el uniforme blanco de los alligators (los caimanes) a todas horas. El viernes corrió los 200 metros, y fue el sexto en una final en la que Wallace Spearmon, con 20,10s pese a trastabillarse en la salida, logró la segunda mejor marca de la historia.
Después corrió los 400, una distancia en la que su mejor marca era de 45,29s. Salió disparado. Pasó los 200 en unos increíbles 21,05s (cuando su récord, Johnson hizo 21,10s) y terminó con siete metros de ventaja sobre Terry Gatson, el segundo, a quien no pudo consolar apenas el hecho de batir él también el récord de los campeonatos.
A Johnson aún le quedan los récords al aire libre de los 200 metros (19,32s) y los 400 (43,18s), dos marcas que se creía que podrían languidecer en los libros. Pocos apuestan ya por que puedan sobrevivir al verano caliente que se avecina.
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