El turismo como arma arrojadiza

La división interna del PP entre campistas y zaplanistas se ha vuelto a evidenciar esta semana a cuenta de la participación de la Diputación de Alicante en un certamen turístico que ni siquiera organiza la Generalitat. La Consejería de Turisme, que dirige la campista Milagrosa Martínez, y el presidente de la Diputacíón de Alicante y responsable del Patronato Costa Blanca, el zaplanista José Joaquín Ripoll, mantienen desde hace más de una semana una disputa valorada en 90.000 euros. Una cantidad reducida, en comparación con los presupuestos que manejan ambos, pero que amenaza con romper la imagen unitaria de la oferta turística valenciana. Si Turisme asume el gasto, el Patronato Costa Blanca garantizará su presencia en el primer certamen de la nueva feria turística que se celebrará en Valencia del 7 al 10 de abril. En caso contrario, una de las cuatro marcas turísticas de la Comunidad Valenciana -junto con Benidorm, el Patronato Valencia Terra i Mar de la Diputación de Valencia y el patronato Costa del Azahar de la Diputación de Castellón- y la que ejerce de paraguas de todos los municipios de la provincia de Alicante, a excepción de Benidorm, se quedará fuera.

"Es una tormenta en un vaso de agua, porque cuestión turística no hay "

La pelea ha propiciado un buen número de declaraciones enfrentadas por parte de los cargos públicos del PP, hasta el punto de que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, tuvo que hacer un llamamiento público el pasado martes en Alicante para que se apoyase la feria de turismo de Valencia.

El certamen bautizado como TCV (Turismo Comunidad Valenciana) para evitar las reticencias alicantinas es consecuencia de dos factores. Por un lado, la necesidad de Feria Valencia de desarrollar nuevas iniciativas para obtener ingresos adicionales; por otro, el agotamiento de la fórmula denominada Introturísticas, consistentes en la instalación de una gran carpa donde los municipios de interior presentaban su oferta en Valencia, Alicante y Castellón y que organizaba hasta el año pasado la Agència Valenciana de Turisme.

Una iniciativa en la que tanto el PP de Valencia como el de Alicante estaban inicialmente de acuerdo, incluidos campistas y zaplanistas. A partir de aquí empiezan los reproches.

Fuentes del equipo de la consejera de Turisme, Milagrosa Martínez, critican que desde la celebración de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebró en Madrid hace dos meses el Patronato Costa Blanca se ha ido desmarcando de las actuaciones conjuntas programadas por la Generalitat. "Se trata de una tormenta en un vaso de agua, porque cuestión turística de rigor no hay ninguna", asegura un alto cargo de Turisme. La misma fuente explica que la exigencia de que la Generalitat pague el traslado del pabellón del Patronato Costa Blanca al nuevo certamen turístico de Valencia como condición para participar es inviable. "El presupuesto está cerrado y si accediésemos a la petición de la Diputación de Alicante tendríamos que hacer lo mismo con las de Valencia y Castellón", señala un responsable de la Consejería que advierte que si el patronato no acude a la feria turística de Valencia allá él porque sí lo harán los principales ayuntamientos de la provincia. "Van a estar todos, Benidorm, Torrevieja, Alicante, Dénia, Teulada, Vila Joiosa, habrá 300 expositores y se ocuparán 24.000 metros cuadrados, dos pabellones completos de Feria Valencia", sentencia el mismo cargo popular.

Por su parte, en el entorno del presidente de la Diputación de Alicante se considera toda la disputa con la Consejería de Turisme "un montaje" aprovechado por distintos cargos del entorno de Francisco Camps para intentar deteriorar la influencia de Ripoll y presionar a los ayuntamientos. En la Diputación de Alicante explican que con Milagrosa Martínez los pabellones de los patronatos dejaron de recibir la financiación que tenían con Eduardo Zaplana, pero que aunque esto no hubiese sucedido no se pueden equiparar los costes adecuar y transportar un pabellón de 600 metros cuadrados como el del Patronato Costa Blanca con los 60 metros de Valencia Terra i Mar o Costa del Azahar. "Al sector turístico de Alicante no le interesa nada el certamen de Valencia, porque los clientes potenciales están en Londres o Berlín", prosiguen fuentes del Patronato Costa Blanca, "los que están interesados son los de Feria Valencia, que quiere compensar sus pérdidas, y la ciudad de Valencia a la que le interesa vender la marca de la Copa del América".

En el seno del Consell lamentan el escándalo generado por un certamen turístico que, en definitiva, es responsabilidad de Feria Valencia y cuya poca entidad revela que las heridas entre campistas y zaplanistas siguen abiertas y supurando. En el Gobierno valenciano no falta quien reprocha a la consejera Milagrosa Martínez su poca habilidad diplomática, como también la actitud de un Ripoll que cada vez se refugia más en el discurso alicantinista.

Sin embargo, la polvareda levantada ha moderado las posiciones de uno y otro sector que buscan un acuerdo para cerrar una polémica estéril. Un acuerdo que pasaría por compensar la presencia del Patronato Costa Blanca en la feria de Valencia pagando el suelo que ocupe en los próximos certámenes feriales de otras ciudades.