Entrenador a 600.000 euros

Ernesto Valverde se irá el 30 de junio del Athletic con dos herencias notables. Una voluntaria y otra a su pesar. La primera, haber incrementado el valor futbolístico del club con ocho nuevos futbolistas (Iraola, Casas, Solabarrieta, Bordas, Jonan García, Angulo, Azkorra y Llorente), haber mejorado notablemente las prestaciones de otros cuatro (Yeste, Del Horno, Murillo y Luis Prieto) y segado de raíz el debate sobre la cantera.

A su pesar, la Junta Directiva, a fin de eludir su responsabilidad en su renuncia a la renovación de su contrato, ha filtrado las condiciones de su oferta y las cantidades vigentes de Valverde, para exaltar su esfuerzo económico. Como Valverde se va, la Junta Directiva no ha perdido un minuto en anunciar que quien venga deberá aceptar las condiciones que, en su análisis, rechazó el actual entrenador: un año de contrato y 600.000 euros brutos. Quien lo quiera que llame y a quien le llamen ya sabe lo que le espera. Oficialmente celoso de su intimidad, el Athletic ha abierto la espita y el próximo entrenador (Mendilibar, del Eibar, es la primera opción) tendrá un contrato transparente. Lo que a los jugadores se les respeta, al entrenador se le niega.

Valverde ha reconocido que su decisión de no renovar ha sido larvada en sensaciones de distanciamiento que han tenido momentos culminantes. La propuesta económica no ha sido la decisiva, sólo la última. El presidente Lamikiz ha ido dilatando la negociación en función de los resultados, lo que traducía o bien inseguridad o bien indiferencia con el actual entrenador. Mientras tanto, tomaba decisiones: renovar a Javi González por dos años, en vez de uno, según la propuesta de los responsables deportivos; calificar de fracaso la eliminación europea ante el Austria de Viena; inscribir el equipo en la Copa Intertoto contra la opinión del entrenador y de los responsables deportivos de Lezama y realizar una oferta económica que situaba al entrenador en la zona media de los contratos de la plantilla.

Fijada la barrera en los 600.000 euros (330.000 de ingreso neto), el Athletic se ha encontrado con que alguno de sus pretendidos ganaban más en clubes de menor impacto social. A cambio, otros entrenadores mediáticos se han ofrecido al club a sabiendas de la cantidad ofertada. La subasta habitual en los relevos de banquillo ha tenido en esta ocasión precio de salida y de llegada.

Sin embargo en el Athletic se acumulan los problemas. Valverde ha revalorizado la plantilla hasta el punto de que varios de sus jugadores están en las agendas de muchos representantes. El acuerdo para la renovación de Ezquerro está poco menos que imposible, con Urzaiz hay muchos problemas, Iraola, Yeste, Orbaiz y Del Horno son piezas codiciadas, el club no quiere vender, pero económicamente necesita traspasar y, por ello, traslada mensajes confusos.

El nombre de Mendilibar, para sustituir a Valverde, es insistentemente nombrado en los medios cercanos al club. La operación rojiblanca ha logrado algo histórico en el club guipuzcoano: vista la presión sobre el ténico, el Eibar ha tenido que celebrar sus dos últimos entrenamientos a puerta cerrada, algo que no había ocurrido nunca en su historia.