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Reportaje:FÚTBOL | 28ª jornada de Liga

Un hombre frustrado busca la gloria

Enfrentado a su presidente, Valverde se despide hoy del Camp Nou ante un Barça que le admira

En el mismo partido que Ernesto Valverde se despide del Camp Nou como entrenador del Athletic, su presidente Fernando Lamikiz se sentará por vez primera en el palco azulgrana, una situación que simboliza un cruce de caminos. El encumbramiento del presidente coincide con la renuncia del Txingurri al banquillo la próxima temporada, decisión que ha provocado gran sorpresa en el Barça.

"Visto lo que ha hecho al frente del Athletic, sorprende que el club no haya insistido en convencerle para que siga", confiesa Juan Carlos Unzué, que compartió vestuario con Valverde cuando uno jugaba de extremo y el otro de portero. "Estaba absolutamente convencido de que renovaría contrato" asegura el director deportivo del Barcelona, Aitor Txiki Begiristain cuando analiza el caso: "Me gusta como juega su equipo. Si me apuras es el que más se parece a nuestra idea de todos los equipos de la Primera División". "Tendrá razones", interpreta Eusebio, que descarta "un calentón. Si ha decidido irse, la decisión es meditada, seguro". "Yo, hasta que no hable con él y me dé las razones, no entiendo nada", concluye Javier Clemente, culpable de que a Valverde le dejaran de llamar Mortadelo -cuestión de gafas y de nariz- y le conozcan por txingurri -hormiga en euskera-, bautizo que tuvo lugar en una sesión de entrenamiento cuando el ex seleccionador era entrenador del Espanyol y Valverde acababa de incorporarse procedente del Sestao.

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"Motivos personales", adujo el aún entrenador de los rojiblancos en la conferencia de prensa en la que comunicó su decisión y reiteradamente, pidió tregua: "Voy a coger aire", repitió varias veces. Se trataba de falsear los sentimientos, de no mostrar el dolor que le causaba hacer pública su decisión ante los focos. De camino a casa, lloró su pena. Valverde no se va, le echa su presidente, que ha llenado de razones la balanza que lleva a Valverde al paro. "Es lo mejor para el club", insiste. Y no miente, sólo que no lo cuenta todo. No explica que Lamikiz, su presidente, le ofreció renovar su contrato, el más bajo de cuantos percibe entrenador alguno en Primera por encima del puesto 16 -el Athletic es décimo con 38 puntos- rebajando incluso los premios por incentivos. "No negociamos nada", le dijo a Iñaki Ibáñez, su representante, que ya le busca equipo. Valverde, la última apuesta de la directiva anterior, también prefiere ignorar públicamente otro desescuentro. "No", le dijo al presidente al plantearle la posibilidad de inscribir al equipo para la Copa Intertoto. Horas después y sin previo aviso, Lamikiz solicitó a la UEFA participar en el torneo con la misma soltura con que consideró "un fracaso" la eliminación de la Copa de la UEFA ante el Austria Viena. Hay más detalles que ayudan a entender la situación por mucho que el técnico haga mutis por el foro. El hermano de Julen Guerrero, José Félix, presenta un programa en Telebilbao, en que se muestra tan crítico que ha provocado la repulsa del vestuario. Ningún miembro de la plantilla, el cuerpo técnico o del club acude por principio a los estudios. Nadie, salvo el presidente, que ofrece pistas sobre los candidatos a ocupar el banquillo.

La suma de cosas pequeñas y grandes han llevado a Valverde a tomar la decisión de irse a final de curso. Calculador, comunicó su decisión en el momento justo, consciente del efecto positivo que generaría en el vestuario de cara al tramo final de la temporada. "Debemos respetarle y hacer algo por devolverle hasta el final de temporada lo que hemos aprendido como futbolistas mientras ha estado de entrenador los dos últimos años", argumenta Javi González, suplente de Iraola. Lo firma cualquiera en el camerino, incluido Ezquerro, delantero que termina contrato y hace dos meses le preguntó a Valverde: "Me gustaría saber si sigues. Tengo ofertas y si te vas, creo que dejaré el Athletic", le dijo. El año que viene puede jugar de azulgrana. El entrenador no tiene equipo; el presidente no tiene entrenador.

Valverde entiende que cuenta con tantas razones para hacer las maletas como para culminar una buena campaña. Le estimula la posibilidad de ganar la Copa del Rey y lograr hoy un doblete histórico en la Liga: desde 1976, el Athletic no gana en la misma temporada en el Bernabéu y en el Camp Nou, donde el Athletic no pierde desde el 2000-01 (7-0). "Valverde ha construido un gran equipo", corrabora Rijkaard.

Mikel Valverde acaba de ganar un premio de narracion infantil por Paula en Nueva York, historia escrita e ilustrada por él. Paula es el nombre de su sobrina, hija de Junkal y de su hermano Ernesto. Por ella, y por su hermano Danel, Valverde convocó la rueda de prensa de su adiós un viernes, pues el sábado no hay colegio. "Los niños son muy crueles", aprendió de su amigo David Trueba. El fútbol, a veces, también. Frustrado por no poder seguir en el Athletic, Valverde busca la gloria en el Camp Nou, estadio del líder y a su entender futuro campeón de Liga.

Ernesto Valverde, ayer a su llegada a Barcelona.
Ernesto Valverde, ayer a su llegada a Barcelona.VICENS GIMÉNEZ

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