El equipo de Capello se cierra al exterior

El Juventus canceló sin previo aviso la conferencia de prensa que tenía previsto celebrar ayer entre la prensa extranjera y un grupo de jugadores. La reunión estaba prevista por el club desde hacía dos semanas con motivo del partido de vuelta de los octavos de final de Liga de Campeones, que enfrentará el miércoles al equipo piamontés con el Madrid, en el estadio de Los Alpes. Hasta ayer a las 11.00 de la mañana, el departamento de prensa del Juventus no tenía previsto cambiar la cita. A las 12.00, sin embargo, un portavoz del club anunció con pesar que "la sociedad" había decidido cancelar todos los encuentros entre los jugadores y los medios de comunicación. El motivo: "No distraer a los jugadores".

La cancelación, que implicó a un numeroso grupo de prensa española, italiana y francesa, se produjo mientras el Juventus entrenaba a las órdenes de Fabio Capello en las instalaciones deportivas de la Fiat, en el Bulevar Unión Soviética, al sur de Turín. El equipo, que venía de conseguir un apretado triunfo ante el Roma (1-2), se entrenó a puerta cerrada. Aparentemente ajeno a las decisiones de "la sociedad", concepto que las más de las veces se emplea con carácter eufemístico, queriendo significar Luciano Moggi, director general del club.

Puñaladas en Roma

Los jugadores del Juventus evitarán distracciones con la prensa, pues, hasta el martes, cuando Capello y Del Piero celebren las conferencias prescritas por la UEFA en víspera de los partidos de Liga de Campeones. Ayer, tras el choque del estadio Olímpico de Roma, reinó la calma. Otra cosa muy distinta ocurrió en el estadio de la ribera del Tíber, uno de los más violentos del campeonato local. Horas antes del partido, celebrado el sábado por la tarde, cuatro hinchas blanquinegros fueron atacados por un grupo de seguidores del Roma cuando se bajaban del coche para ir al campo. Los cuatro hinchas fueron hospitalizados con contusiones y puñaladas en las piernas. Luego, durante el partido, el Olímpico manifestó su resentimiento hacia Capello, Zebina y Emerson, ex romanistas emigrados a Turín. Una pancarta rezaba: "Muerte a Capello, Emerson y Zebina: esta es nuestra sentencia". Y no sólo la hinchada exteriorizó su odio. La megafonía del campo registró un hecho que no tenía precedentes: a la hora de enumerar a los jugadores y los técnicos rivales, omitió a Capello, Zebina y Emerson.