El misterio de Woodgate
Los medios ingleses aseguran que el central del Madrid, que no ha debutado, no jugará en toda la temporada, mientras el club es optimista pero no da pruebas
Es casi un hecho que Jonathan Woodgate pasará por la temporada sin jugar un solo partido. El central que el Madrid fichó lesionado al Newcastle, el verano pasado, guarda silencio, o eso parece, respecto a su dolencia. La realidad habla por sí misma. Woodgate, que tiene 25 años, sufre una rotura fibrilar en el muslo izquierdo desde hace 11 meses y no toca el balón, ni se calza botas de fútbol, desde octubre. Sus compañeros le ven haciendo suaves carreras, moviendo pesas en el gimnasio y dándose masajes. El club, cuando da una versión oficial, anuncia periódicamente que jugará el mes que viene, pero sin efecto. Y así pasan los días. Llenos de misterio y versiones contradictorias que se desmienten entre sí.
"A Jonathan le queda un duro trabajo por hacer el próximo verano", sostiene Owen
El miércoles, la BBC publicó que "un portavoz del Madrid" había reconocido que Woodgate se perderá lo que queda de temporada. Ayer, un portavoz del Madrid consultado por este periódico aseguró que Woodgate le había confirmado que no había hablado con nadie de su lesión. Esto es lo que viene diciendo el jugador a la prensa desde hace meses. Pero ayer, la cadena británica Sky lanzó una entrevista realizada en Madrid por una agencia privada. En dicha entrevista, Woodgate se mostraba categórico: "Los médicos del Madrid me han dicho que no podré jugar en lo que queda de temporada (...). No significa mi final como futbolista". Ayer, una fuente del Madrid puso en duda la autenticidad de dicha entrevista. La versión oficial del club insiste en el optimismo pero no aporta pruebas.
En el origen de las conjeturas hay un misterio que medio mundo científico se esfuerza por resolver: ¿Qué tiene Woodgate en su músculo recto anterior izquierdo? Consultados al respecto, los médicos del club manifiestan dudas sobre el tratamiento a seguir. El responsable de los servicios sanitarios del Madrid, Alfonso del Corral, ha destacado por la prudencia, el rigor y la discreción. Durante diez años ha sido fuente de alivio para todos los jugadores lesionados sin excepción. Hasta Woodgate. Con Woodgate, las respuestas son difíciles de formular. El caso es complicado y Del Corral se ha propuesto consultar a medio mundo científico. "Hemos recibido informes de Estados Unidos, de Escandinavia, de...", enumera el doctor, antes de reconocer que "no todos coinciden". En la próxima semana, los médicos del club contarán con suficientes informes como para emitir un juicio lo más cercano a la verdad científica que les sea posible. La cuestión es: ¿debe el jugador pasar por el quirófano para cicatrizar la lesión, o basta con el tratamiento que los especialistas llaman "conservador", y que es el que ha seguido hasta ahora? Si lo operan, evidentemente, se perderá esta temporada.
Otra pregunta que desemboca en un arcano es el mismo fichaje de Woodgate, que ya estaba lesionado desde hacía meses cuando el Madrid le reclutó y había jugado sólo 18 partidos el curso pasado. La gravedad de la lesión era pública pero el club decidió arriesgar. Y Woodgate recayó. Hasta la recaída, en octubre, llegó a ejercitarse con gran intensidad, como recuerda Owen: "Estuvo a unas pulgadas de sanarse; completó un montón de entrenamientos y se lesionó después del centésimo sprint. Así es que eso de que es una lesión imposible de sanar está fuera de toda probabilidad. Su primer objetivo debe ser la próxima temporada". Owen, que ni es científico ni sabe la versión oficial, capta la respuesta que sopla en el viento. "A Jonathan", dice; "le queda un duro trabajo por hacer en el verano".
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