Titán, un mundo que nunca se hizo mayor
El radar de la nave espacial Cassini acaba de registrar un gran cráter de impacto en la superficie de la luna Titán, un tipo de marca mucho menos corriente en ese mundo que en otros satélites de Saturno. Esto es debido a que, o bien su densa atmósfera hace de pantalla ante el bombardeo de bólidos celestes que sufren los cuerpos del Sistema Solar, o sus huellas son enterradas por la materia orgánica tan abundante allí. La imagen fue presentada en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) que acaba de celebrarse en Washington, y Jonathan Lunine (Universidad de Arizona) comentó: "No esperamos encontrar cráteres de impacto de diámetro menor a 10 kilómetros en Titán", dijo. El gran cráter ahora identificado tiene un diámetro de 440 kilómetros y se ha visto por primera vez con detalle gracias al radar de la Cassini al sobrevolar ésta, por tercera vez , Titán, el pasado día 15. Al día siguiente, la nave sobrevoló por primera vez la luna helada Encelado, acercándose hasta 1.180 kilómetros y obteniendo espectaculares imágenes.
Los científicos están intrigados respecto a la historia de Titán e intentan desvelarla atacando el problema desde todos los frentes. ¿De dónde procede el metano que tiene? Hasta dónde ha progresado la química orgánica allí? se preguntan. Las respuestas deben ayudar a entender la propia historia de la Tierra, porque esa luna de Saturno tiene características similares a las que debía de tener la Tierra antes de aparecer la vida. "Titán es el Peter Pan de nuestro Sistema solar, un mundo que nunca llegó a hacerse mayor, lo contrario a Marte, un mundo oxidado", comentó Tobias Owen (Universidad de Hawai).
Una segunda imagen de radar obtenida la semana pasada en la misma aproximación (hasta 1.577 kilómetros) se aprecian rasgos lineales paralelos - "arañazos de gato" los han bautizado los científicos- que son enigmáticos; tal vez las han marcado los vientos, como las dunas de arena, u otro proceso geológico, comentó Lunine. Los científicos llegaron a Washington con datos frescos de esta aventura espacial, despertando notable atención tras el éxito del descenso de la sonda Huygens europea en la superficie de Titán, hace poco más de un mes.
El radar es importante para ver Titán, porque la neblina de su densa atmósfera enmascara todo rasgo del suelo, de manera que con un telescopio óptico no se aprecia mas que una bola opaca con un fino halo a su alrededor. Ni siquiera las cámaras de infrarrojo logran mucha resolución. Sin embargo el radar, con una longitud de onda mayor, penetra a través de la neblina y ofrece imágenes con resolución de 0,5 kilómetros a un kilómetro, comentó Lunine, quien señaló que se distinguen rasgos tectónicos, huellas de criovulcanismo y marcas fluviales. A lo largo de la misión, están programados numerosos sobrevuelos de Cassini sobre esa luna.
Owen se centró en la química de Titán y abordó los análisis preliminares que se están haciendo de los datos tomados por la Huygens en su descenso allí el 14 de enero. Señaló, por ejemplo, que cuando la sonda se posó en el suelo posiblemente pantanoso, sus instrumentos registraron emisiones de metano. "Sabemos que el metano en la atmósfera de Titán tiene que ser constantemente reemplazado, seguramente por emisión desde su interior, porque la luz solar lo va destruyendo en las capas altas", explicó este experto.
También está resultando un reto para los científicos la pista del amoníaco, detectado por la Huygens, que actuaría en Titán como un anticongelante permitiendo la existencia de líquidos que pudieran fluir en un entorno extremadamente frío como ése, con temperaturas de hasta 180 grados bajo cero.
"Titán es un mundo inflamable, justo la antítesis de Marte", dijo Owen. "En Marte puedes buscar por toda la superficie del planeta y no encontrarás nada que arda. En Titán, arden incluso los lagos. Lo único que ha impedido que este satélite explotase es la ausencia de oxígeno atmosférico en ese entorno helado, tan rico en materia orgánica".
Torrence V. Jonson, del laboratorio JPL (California) fijó en 2015 el horizonte de futuras misiones a Saturno y Titán. Una misión llevaría también un módulo de descenso, pero tendría múltiples objetivos. Las novedades más espectaculares serían los globos aerostáticos, vehículos muy apropiados para la densa atmósfera y a la baja gravedad de Titán, y equipos de superficie con perforadoras para analizar el subsuelo.
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