Dos vigilantes del Windsor carecían de licencia para proteger el edificio
El fuerte viento impidió ayer comenzar el desmontaje de la torre
Dos de los cuatro vigilantes que estaban al cargo de la custodia de la torre Windsor cuando se produjo el incendio carecían de la habilitación especial para trabajar como personal de seguridad. Ésa es una de las principales conclusiones que han sacado los agentes que están investigando las causas del siniestro. Los especialistas de la Policía Científica están pendientes de analizar los cuatro vídeos caseros y un reportaje fotográfico que fueron grabados por vecinos de las proximidades de la zona del incendio, por si pudieran aportar datos nuevos a las pesquisas.
El descubrimiento de que dos de los cuatro vigilantes carecían de permiso para realizar esas tareas se debió a las tomas de declaración de los cuatro empleados de la empresa Prosegur que estaban en el rascacielos cuando se inició el fuego. Los cuatro señalaron en los planos de la planta 21ª del edificio los tres posibles despachos donde debió de comenzar el siniestro. Los investigadores del grupo V de Homicidios se toparon con que Beatriz S. A. y Roberto G. M. no tenían habilitación como personal de seguridad, según consta en las diligencias policiales.
Los agentes de Policía Científica continúan con el volcado de los datos de la caja negra del Windsor (el ordenador central y los soportes informáticos que controlaban la entrada y salida de las personas del inmueble). Este proceso se está efectuando en presencia de una secretaria del Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid. Los policías esperan tener resultados a lo largo del día de quiénes accedieron al inmueble siniestrado.
Uno de los trabajos que está realizando este grupo es el análisis de los distintos vídeos y reportajes fotográficos captados por diversas personas que estaban viendo el fuego durante la madrugada del domingo 13 de febrero. En ellos se ve supuestamente a personas que están en las plantas inferiores al foco del incendio con las luces de las habitaciones encendidas. Hasta el viernes, hay cuatro vídeos domésticos. Uno de ellos fue filmado desde la calle de Raimundo Fernández Villaverde, 59, 9º D, por el abogado de Reus (Tarragona) Carlos Just Faro y emitido por diversas cadenas de televisión.
Otra cinta visionada por los agentes es la entregada por Héctor Peinado Selgas, que grabó el incendio por la cara sur del edificio, entre las 0.30 y las 2.30, desde la terraza de su domicilio, en la calle de Espronceda, 19, 6º C. Su resultado ha sido negativo, ya que "no aporta datos de interés para la investigación", según fuentes policiales.
Ocho milímetros
Los agentes de Policía Científica disponen desde la semana pasada de otras tres cintas grabadas en un formato de ocho milímetros por Carmen María Rodríguez Ruza, desde su casa, en la calle de Agustín de Betancourt, número 19. Están pendientes de ver cuál es su contenido.
Igual ha ocurrido con un nuevo vídeo obtenido por Carmen Lorente Obispo, vecina de la calle de Orense, número 6. Además, se está pendiente de su visionado y de tomarla declaración por si puede aportar datos sobre el incendio. Por último, los investigadores han obtenido de Blanca de Uribarri García, vecina de la calle de Agustín de Betancourt, fotos del edificio en llamas en las que se pueden observar algunos despachos de las plantas inferiores al foco del incendio con las luces encendidas.
Los investigadores de Homicidios también han tomado declaración a María del Pilar Zornoza Soto, que vio sobre las 21.45 del sábado 12 de febrero, cuando iba a entrar al Corte Inglés de Castellana, que el edificio Windsor estaba completamente a oscuras salvo "dos ventanas que estaban iluminadas con luz eléctrica". No pudo precisar cuáles eran las ventanas. Un vecino de la calle de Sor Ángela de la Cruz, Rafael Martín Cuevas, escuchó ese mismo día "un fuerte estruendo". Al día siguiente lo relacionó con el siniestro de la torre, sin que hasta la fecha se haya podido demostrar si está relacionado.
Informe de los bomberos
La policía ha pedido un informe técnico a los bomberos del Ayuntamiento de Madrid en el que les indique la temperatura que podrían haber soportado las personas que supuestamente aparecen en los vídeos reseñados. Será fundamental para ver si era soportable por estos visitantes, en caso de que existan. También han pedido que sea transcrita la conversación que mantuvo el abogado Carlos Just con los bomberos a través del teléfono 112.
Las pesquisas apuntan a que el incendio se propagó a través de los "patinillos de instalaciones", los huecos diseñados para albergar el cableado, las canalizaciones de aire y otro tipo de canalizaciones. "Estos huecos actúan como auténticas chimeneas propagando rápidamente el fuego entre las plantas, primero hacia las superiores y finalmente hacia las inferiores", señala un informe policial.
El perro policial Daf, especializado en detectar acelerantes del fuego, rastreó el edificio entre las plantas 15 y 22 y no hizo ningún marcaje: no halló ningún tipo de combustible -gasolina, acetona...- que podría haber desencadenado el siniestro.
Por otra parte, fuentes judiciales señalaron ayer que El Corte Inglés se personó ayer en la causa que instruye el Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid como "perjudicado". Esas fuentes señalaron que en este juzgado no había llegado hasta el momento ninguna petición de la familia Reyzábal ni ninguna comunicación de la Gerencia Municipal de Urbanismo para efectuar su propia investigación, como había sido publicado en algunos medios de comunicación.
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