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Un hombre de 23 años, asesinado de un golpe en la cabeza en su piso de Hortaleza

El fallecido, que fue hallado por su novia, tenía numerosos antecedentes delictivos

Oriol Güell

David R. P., de 23 años y con numerosos antecedentes policiales, murió sobre las 7.30 de ayer en su vivienda de Hortaleza tras recibir un contundente golpe en la cabeza que le reventó el cráneo, causándole pérdida de masa encefálica. Un grupo de individuos -tres personas, según dijo un vecino- fue visto poco después del crimen huyendo del lugar, saltando la valla que rodea la manzana. La compañera del fallecido, de 21 años, alertó a los servicios de emergencias creyendo que estaban sufriendo un robo. Instantes después encontró el cadáver de su novio.

La policía no descarta ninguna hipótesis sobre el suceso, pero frente a la del robo gana peso la del ajuste de cuentas. Los investigadores sospechan, por su forma de proceder, que los autores del crimen sabían muy bien cuál era su objetivo y dónde vivía la víctima. "Todo parece indicar que fueron a por él", apuntó un portavoz policial.

El servicio de emergencias 112 recibió a las 7.26 una llamada de una mujer que denunciaba que la vivienda que compartía con su novio -en el cuarto piso del número 12 de la avenida Arces, en Hortaleza- "estaba revuelta" y que creía que les habían robado. Minutos más tarde, al llegar los agentes a la casa, encontraron a la chica presa de una crisis nerviosa, y a David R. P. tumbado en el suelo, con el cráneo fracturado.

La policía no informó del modo en el que los asaltantes lograron entrar en el piso, aunque las primeras hipótesis apuntan que pudo ser el propio fallecido quien les abrió la puerta. Los presuntos agresores sí fueron vistos huyendo del inmueble. Vestidos con ropa oscura, tres personas saltaron la verja que rodea el complejo residencial, que tiene ocho edificios de viviendas y jardines interiores con piscina, pista de pádel y parques de juegos infantiles.

Huellas dactilares

La Policía Judicial inspeccionó la verja en la mañana de ayer, a la búsqueda de huellas dactilares que permitan identificar a los autores del crimen. La policía también cuenta con las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la comunidad de vecinos, que presumiblemente grabaron la huida de los asesinos.

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David R. P. era un hombre de complexión fuerte. "Estaba muy musculado. Se nota que iba al gimnasio", explicaron fuentes policiales. Los investigadores sospechan que el fallecido estaba relacionado con alguna actividad nocturna, aunque no les consta que tuviera profesión. La policía sí informó del "largo historial delictivo" de la víctima. "Tenemos registrados antecedentes por amenazas y robos, entre otras cosas". Este portavoz no pudo informar de si, entre los antecedentes, constaba alguno por drogas.

Los vecinos del inmueble que ayer por la mañana observaban, sorprendidos y curiosos, la labor de los investigadores afirmaron no haber oído nada en el momento de los hechos. "Yo me he enterado por la radio. No me lo podía creer, con lo tranquilo que es todo esto", explicó Concepción, una vecina del barrio. "Yo me he llevado un gran susto, porque mi hijo también se llama David, que es el nombre que ha dicho la radio, y no está en casa porque se había ido con la novia", contaba pasado el mediodía José Álvarez. "Al final he podido hablar con él y está bien", añadió con alivio este vecino, que vive en el tercer piso del número 12 de la avenida de Arces, justo debajo de la vivienda en la que se cometió el crimen.

A esa hora, los policías escrutaban el interior de la vivienda buscando pistas que ayuden a resolver el caso. Los agentes no informaron de las primeras pesquisas y se limitaron a confirmar que los muebles de la vivienda estaban revueltos.

David R. P. murió instantáneamente tras recibir el golpe en la cabeza con un objeto contundente. Los sanitarios del Summa que acudieron a la vivienda sólo pudieron certificar su muerte y no le realizaron ninguna maniobra de reanimación. Optaron por no mover el cuerpo a la espera de que el juez, competente en el caso al tratarse de una muerte violenta, ordenara el levantamiento del cadáver. Éste fue trasladado al mediodía al Instituto Anatómico Forense para la realización de la autopsia.

La de David R. P. es la sexta muerte violenta registrada en la región en los dos primeros meses del año y la segunda de este fin de semana. En la madrugada del pasado sábado, un hombre joven de nacionalidad colombiana murió en el hospital La Princesa a causa de las tres cuchilladas recibidas en el bar Sabor Latino, situado en el barrio de Ascao.

La policía detuvo el mismo sábado a dos hombres, también de nacionalidad colombiana, acusados de estar relacionados con el crimen. La operación policial, sin embargo, aún no está cerrada y la policía sigue con sus pesquisas porque sospecha que puede haber más implicados en el suceso.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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