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SINIESTRALIDAD LABORAL

El infortunio de un técnico de prevención de riesgos laborales

Javier Martín-Arroyo

Dos trabajadores han fallecido este año en accidentes laborales en Málaga. Los dos electrocutados. Francisco Javier Valero Gutiérrez, de 22 años, falleció el 16 de febrero al recibir una descarga eléctrica en una cantera del municipio de Alhaurín de la Torre cuando la máquina elevadora que manejaba rozó una línea de alta tensión. José Antonio Recio Melgar, de 39 años, falleció el 19 de enero mientras trabajaba en la subestación eléctrica de Álora. Había realizado cursillos para la prevención de riesgos laborales y así controlar que su empresa y compañeros cumplían con la normativa de seguridad exigida.

Era ingeniero técnico especializado en centrales eléctricas y dirigía una cuadrilla de obreros para la empresa Melcom, subcontrata de la compañía Sevillana-Endesa. El pasado 19 de enero Recio Melgar resultó electrocutado en la subestación eléctrica de la zona de Paredones en Álora (Málaga). Cuando caminaba por la subestación, una descarga de miles de voltios le mató en el acto. Recio llevaba en la empresa más de una década. A pesar de que habitualmente acudía al polígono de Guadalorce a las afueras de Málaga, donde están las oficinas centrales de Melcom, muchos días se desplazaba a las provincias de Cádiz y Almería junto a su cuadrilla para hacer reparaciones. Siempre a subestaciones eléctricas.

Cuando sucedió el accidente, Recio estaba acompañado de varios compañeros que estaban en la misma subestación de Álora. Al parecer y sin motivo aparente, un arco se descolgó y le produjo la descarga de manera fortuita. El compañero que estaba en esa misma planta acudió a socorrerle, pero al igual que el resto llegó demasiado tarde. Tras el suceso y con el paso de los días, este compañero que primero acudió en su auxilio, afirma su hermano Francisco Javier, "se dio de baja temporalmente, porque el golpe ha sido muy grande". También su mujer se encuentra de baja laboral en el trabajo que hasta entonces ejercía. Ambos residían, junto a su hija de 5 años, en Málaga.

Su hermano afirma que todos sus compañeros de trabajo le describen como "muy riguroso en las medidas de seguridad del día a día". "No se lo explican", añade. Francisco Javier comenta que si en un principio la investigación barajó la posibilidad de que el accidente fuera por una imprudencia, pronto se descartó. Las diligencias las abrió de oficio el juez y tanto la familia como los sindicatos aguardan a que los inspectores de Trabajo completen la investigación.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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