Un tinto para exigentes

Mariano García es el paradigma de enólogo comprometido hasta la raíz con el viñedo. Un profesional que es capaz de esperar durante años para conquistar la cepa enamorada con la perseverancia de quien sabe que no hay sabiduría que valga sin buena uva. Así ha conseguido reunir alguno de los mejores pagos de Ribera del Duero, como el de Cueva Baja, tres hectáreas de ensueño que le permiten elaborar un tinto magistral, de tanicidad vigorosa y una poderosa carga frutal que combina frescura silvestre continental con el cálido y sensual perfume mediterráneo. Y luego, engarzar los aromas básicos del vino en la madera con la delicadeza de un encaje. Sencillamente, un prodigio de crianza. Éste es un Mariano García en grado superlativo, sin las concesiones al mercado tan habituales hoy día.

Un tinto para exigentes, no apto para todos los paladares, pero que proporcionará al consumidor interesado el goce pleno de su complejidad aromática, el deslumbramiento de sus escondidas notas minerales, la evocación de un bosque encantado donde perderse es encontrarse. Y el sabor profundo del mejor vino de terruño.