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Medio Ambiente da luz verde a una central térmica en Morata

La alcaldesa de la localidad anuncia que no recalificará el terreno para la ubicación de la planta

El Ministerio de Medio Ambiente dio ayer luz verde a la instalación de una central térmica de ciclo combinado en la localidad de Morata de Tajuña. Según explicó el secretario general para la Prevención de la Contaminación y del Centro Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri, el proyecto para este centro de producción de electricidad cumple toda la normativa actual, por lo que la declaración de impacto medioambiental es positiva. Sin embargo, la alcaldesa de Morata, la socialista Concepción Loriente, anunció que no concederá el cambio de uso de los terrenos donde se prevé instalar esta central.

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El proyecto lo presentó Electrabel, compañía líder de producción energética en los Países Bajos. Supone la creación de una central de ciclo combinado con capacidad para generar 1.200 megavatios a la hora. Esta central estará formada por tres grupos, en los que se integra una turbina de gas natural completada con un ciclo de vapor (caldera y turbina) que aprovecha la energía de los gases de escape. Cada grupo, que es independiente, generará 400 megavatios a la hora. La ciudad de Madrid tiene un consumo máximo contratado de 6.000 megavatios.

Electrabel presentó el expediente para declaración de impacto ambiental el 5 de octubre de 2000 en el Ministerio de Medio Ambiente. Justificó el proyecto en que la Comunidad de Madrid es un gran centro de consumo y no tiene ninguna central de producción de energía eléctrica. Además, el sistema que utilizará para refrigerar los grupos generadores será de aire, con lo que se minimizará el consumo de agua y se reducirán las dimensiones de toma y descarga del agua en la central.

El Ministerio de Medio Ambiente evaluó la calidad del aire de la zona de Morata de Tajuña y consideró que era "buena". Según los resultados del proyecto de la central, las emisiones de óxidos de nitrógeno serán muy reducidos, por lo que se mantendrá el buen nivel del aire. "En relación con la formación de ozono, se considera que no existe influencia de la central en el término municipal de Madrid ni en los núcleos urbanos próximos", señala la declaración de impacto ambiental. Ésta obliga a que existan sistemas para medir las emisiones reales y para comprobar la calidad del aire (denominada red de vigilancia).

Sin ruido

Otro aspecto que analiza la declaración es la emisión de ruidos y señala que la incidencia sobre las zonas urbanas limítrofes será "mínima", dado que existirá una gran distancia a las mismas. A eso se une que el uso de refrigeradores por aire minimiza el consumo de agua y evita las emisiones de vapor de agua.

"Podemos asegurar que la calidad de evaluación usada para esta declaración de impacto medioambiental es la mejor posible, lo que nos permite decir que la central no va a tener consecuencias sobre la calidad del aire. Si tuviéramos la mínima sospecha de que iba a ser negativa para el entorno, la declaración sería negativa", señaló el secretario general para la Prevención de la Contaminación, Arturo Gonzalo Aizpiri.

Sin embargo, la alcaldesa de Morata de Tajuña, la socialista Concepción Loriente, anunció ayer que dentro del Ayuntamiento existe unanimidad para no recalificar los terrenos (14.000 metros cuadrados) sobre los que se pretende asentar la eventual central térmica. Ahora mismo la zona está ocupada por una cantera para extracción de áridos, propiedad de Morteros y Áridos Especiales, SA

. Su cambio de uso (de rústico a industrial) supondría la desaparición de los puestos de trabajo vinculados a la misma, según Loriente. "Nos ha sorprendido la decisión de Medio Ambiente, pero entendemos que era una patata caliente que le quedaba del anterior Gobierno del PP y que no ha podido hacer otra que aprobarla", explicó la alcaldesa.

Loriente afirma que la central térmica supondría graves perjuicios medioambientales para la localidad, ya que en Morata hay una cementera que emite gran cantidad de contaminantes. "El Ayuntamiento ha encabezado la lucha contra esta central y no vamos a ceder a los intereses de la Comunidad de Madrid a que se instale en este punto. Contamina muchísimo más de lo que se recoge en la declaración de impacto medioambiental", añade la regidora.

Morata tiene unos 7.000 habitantes y un presupuesto de 250 millones de euros. La corporación municipal está formada por seis ediles del PP, cinco del PSOE, uno de IU y otro independiente. "En este punto todos los partidos políticos estamos de acuerdo para que no se instale", subraya.

Oposición popular

Y es que la central ha tenido una gran oposición. En el expediente constan 1.759 alegaciones formuladas tanto por particulares como por ayuntamientos. En Morata de Tajuña se creó una plataforma de oposición a la central que agrupaba a partidos políticos, asociaciones y entidades de localidad y las proximidades.

El secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, mostró ayer su oposición más rotunda a la instalación de la central térmica. Aseguró que el sureste está plagado de instalaciones altamente contaminantes (cementeras, vertederos, incineradoras). "Seguimos pensando que no debe instalarse en la Comunidad, sobre todo en el sureste, en tanto no haya un plan energético regional y, en caso de hacerlo, con un impacto medioambiental mínimo", señaló Simancas. "El sureste está sobrecargado con instalaciones de riesgo medioambiental alto. Y todo el pueblo de Morata está en contra. Medio Ambiente lo ha tenido que aprobar porque, si no lo hace, habría cometido una prevaricación", aseguró.

Electrabel explica en su página web que el periodo de construcción de la central será de 27 meses, y que en la obra serán empleadas unas 1.000 personas directa o indirectamente. La compañía invertirá 500 millones de euros. El plazo de explotación previsto llega a los 25 años. Contará con una plantilla de 50 profesionales.

Ocho centrales en la región

En España están funcionando 41 centrales de ciclo combinado y hay pedidas solicitudes para otras 41, incluida la del municipio madrileño de Morata de Tajuña. Ocho de estos proyectos se encuentran en la zona oeste y en el sur de la región de Madrid, concretamente en Pinto, lo que llenará esta zona de plantas generadoras de electricidad.

Las últimas en presentar las solicitudes para la declaración de impacto medioambiental han sido la de Torrecilla, en Valdemingó-mez (1.200 megavatios), promovida por Sufisa y Gas Natural, y la de Colmenar de Oreja (1.750 megavatios), detrás de la cual está Endesa. Esta compañía registró el expediente el pasado 29 de diciembre de 2004.

El resto de eventuales centrales se distribuye entre Fuentidueña de Tajo, Villamanrique de Tajo, Estremera y Paracuellos de Jarama. La potencia total generada a máxima potencia en estos centros sería de 8.000 megavatios, según la información facilitada por el Ministerio de Medio Ambiente.

Según el secretario general para la Prevención de la Contaminación y del Centro Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri, resulta sorprendente que hayan sido necesarios casi cinco años para que el Ministerio de Medio Ambiente aprobara la declaración de impacto ambiental de la central de Morata.

El plazo para que esté en marcha esta planta será de unos tres años, como mínimo, si es que al final sale adelante. El siguiente paso consiste en que el Ministerio de Industria conceda la autorización para su instalación. Después será la Comunidad de Madrid la que deberá estudiar todo el expediente, pero se encontrará con el problema de que la parcela donde quiere ser instalada esta central está calificada ahora como suelo rústico y está ocupada por una gravera para extracción de áridos. El Ayuntamiento no está dispuesto a cambiar el uso de la parcela para impedir la instalación de la central.

Según Medio Ambiente, la Comunidad de Madrid produce sólo un 5% de la energía eléctrica que consume: consume 24 millones de megavatios y produce 1,22 millones. Esto significa que consume el 11% del total de España, mientras que sólo genera el 0,5%.

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