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Camps y Zaplana vuelven a escenificar en las Cortes la división del PP

Quince diputados y dos consejeros arropan al ex presidente en una comida

Campistas y zaplanistas se midieron ayer en las Cortes. El presidente del Consell, Francisco Camps, y el ex presidente Eduardo Zaplana escenificaron en la cafetería su influencia entre los diputados del PP. El primero, con una reunión informal tras la sesión de control rodeado de los suyos y a la que siguió una inusual declaración ante los medios. Y el segundo, con una comida, también con sus incondicionales, antes de comparecer en la ponencia del Estatut.

En contra de su costumbre, ayer por la mañana Camps bajó a la cafetería de las Cortes al terminar la sesión de control. Allí se sentó rodeado de sus incondicionales, tanto diputados como integrantes del Consell, a los que se sumaron el presidente de las Cortes, Julio de España, el portavoz del Grupo Popular, Serafín Castellano, y el portavoz adjunto Rafael Maluenda. El presidente departió con ellos y al terminar volvió a subir a la primera planta y, en el pasillo del hemiciclo, también en contra de lo habitual, reunió a los periodistas para hacer declaraciones, algo que sí solía hacer Zaplana.

Pocas horas después era el ex presidente el que hacía su demostración de fuerza, también en la cafetería del Parlamento, donde se rodeó de los suyos en torno a una larga mesa. Allí comió con una quincena de diputados zaplanistas y los consejeros Miguel Peralta y Alicia de Miguel, además de algunos altos cargos del Consell y ex diputados. También estuvieron el presidente de la Cámara y el portavoz del Grupo Popular, no así Maluenda. Y allí permaneció hasta que llegaron las cinco de la tarde, hora prevista para que Zaplana compareciera ante la ponencia de la reforma del Estatut d'Autonomia. Una comparecencia que recibió especial atención por parte de los servicios de la presidencia de la Cámara, que en las casi 60 intervenciones anteriores habían brillado por su ausencia, y que fue seguida por una conferencia de prensa en la sala Vinatea, algo que tampoco han hecho otros comparecientes.Tras su larga comparecencia ante los integrantes de la ponencia para la reforma del Estatut d'Autonomía -estuvo una hora y 40 minutos- Zaplana se sometió a las preguntas de los periodistas. Pero no quiso entrar en cuestiones ajenas al motivo de su presencia ayer en las Cortes. El único asunto ajeno a la reforma del Estatut en el que sí entró -aunque tampoco de lleno- fue el de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Al preguntarle qué opina del reciente dictamen sobre el valenciano, Zaplana contestó: "La Acadèmia es un gran logro del conjunto de la sociedad valenciana, fruto de un debate larguísimo, y tuvo incluso algún intento fallido, con la que se intentaba resolver un conflicto social que existía". Y después de instar a "leer" la ley de creación de la AVL, para "ahorrarse otros debates", afirmó que los políticos deben dedicarse a "resolver conflictos políticos y no inmiscuirse en otros ámbitos donde seguro que hay gente que sabe mucho".

Zaplana, que cerraba la ronda de intervenciones de políticos y representantes de la sociedad valenciana ante la ponencia de reforma del Estatut d'Autonomia que ha llevado las Cortes a casi 60 personas, se mostró partidario de una reforma "sin complejos" y "sin mirar" a los demás que se lleve a cabo con "lealtad" y se base "en la gente". "No nos pongamos nuestra meta en responder a otra cosa que no sea lo que los ciudadanos demandan y donde pueden plantearse las necesidades de nuestro futuro", dijo Zaplana, que añadió que "no se puede construir un Estatut pensando en lo que hacen los demás y mucho menos contra Madrid, Cataluña ni contra nadie, sino pensando en nuestras propias necesidades".

El ex presidente se mostró partidario de incorporar al Estatut tanto la AVL como otras instituciones como el Consell Jurídic Consultiu.

Respecto a la posibilidad de convocar un referéndum para aprobar la reforma, Zaplana dijo que no le parece "transcendente", aunque no se opondría a su celebración, si bien advirtió del "riesgo" que supondría convocar una consulta porque la participación podría ser escasa o los resultados ser diferentes en función de los territorios.

Respecto a la posible rebaja del listón electoral para obtener representación en las Cortes Valencianas, el ex presidente dijo que no está de acuerdo porque podría dar entrada en el Parlamento a "formaciones políticas que a lo mejor no tienen representación en todo el territorio de la Comunidad".

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