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Un nuevo terremoto en el sur de Irán causa cientos de muertos y destruye varios pueblos

El seísmo, de intensidad 6,4, tuvo su epicentro en una zona montañosa poco poblada

Un nuevo terremoto sacudió ayer la región suroriental iraní de Kerman y causó oficialmente 290 muertos, aunque la televisión nacional indicó que las víctimas mortales eran más de 400. Miles de habitantes de esa provincia siguen aún bajo tratamiento psiquiátrico para recuperarse del trauma sufrido en Bam el 26 de diciembre de 2004. Entonces el epicentro fue esa ciudad, que quedó reducida a polvo y en la que perdieron la vida cerca de 30.000 personas. El centro del seísmo de la pasada madrugada fue una zona montañosa y poco poblada.

Centenares de voluntarios, equipos de rescate y efectivos del Ejército se movilizaron de inmediato, según dijo en conversación telefónica desde Bam, Juan José del Pozo, encargado de un programa de saneamiento e higiene de Cruz Roja España en esa ciudad. Del Pozo consideró improbable que Irán solicite esta vez ayuda internacional, "por las dificultades del terreno y por la rapidez con que se ha producido la respuesta". Pese a ello, un equipo de UNICEF se desplazó desde Bam a la zona y negocia con las autoridades iraníes que le permitan ayudar a los afectados.

El terremoto de intensidad 6,4 en la escala Richter ocurrió, al igual que el de Bam, de madrugada, y halló a sus víctimas durmiendo. Los servicios de protección civil de la provincia, sin embargo, se encontraban en estado de alerta por las fuertes lluvias y la oleada de frío que azotaban la zona y que están dificultando las tareas de rescate.

Dos pueblos resultaron totalmente destruidos y en otra docena larga de aldeas los daños fueron parciales. La mayoría de los heridos de Bahabad, una de las poblaciones arrasadas en la que vivían 1.500 personas, fueron evacuados a la ciudad de Zarand, situada a nueve kilómetros y en donde hay un hospital con 200 camas. Los hospitales de Kerman, capital de la provincia del mismo nombre, también se llenaron de heridos, en total alrededor de 1.000, gran parte de ellos con fracturas y traumas provocados por el colapso de las viviendas.

Evacuación de los heridos

Dos helicópteros militares colaboraban en la evacuación y otro sobrevoló varias veces el área para evaluar los daños. A primera hora de la mañana, dos ambulancias cargadas con material de primeras curas y tres vehículos con tiendas, mantas, ropa de abrigo, comida y agua salieron de Bam con destino a Zarand, separadas por 250 kilómetros.

Mohamed Alí Karimi, gobernador de la provincia de Kerman, dio por concluida a media tarde la búsqueda de cadáveres y la evacuación de heridos, cuando se habían recuperado 290 cuerpos. Horas más tarde, sin embargo, la televisión nacional señaló que las víctimas mortales ascendían a 380 y que se temía que esa cifra aumentase debido a la gravedad de algunos heridos.

En medio de dramáticas escenas de dolor, los familiares de los fallecidos comenzaron ayer mismo a enterrar a sus seres queridos. Parece increíble que los maltratados iraníes soporten estoicamente el reguero de muerte y destrucción que casi anualmente dejan los terremotos, debido a la mala construcción de las viviendas. El Gobierno sigue sin tomar medidas drásticas para paliar las consecuencias de que el país esté situado sobre dos placas tectónicas en continuo movimiento. En Japón, otro país que sufre la actividad sísmica con similar frecuencia que Irán, un terremoto de intensidad 6,4 apenas causa destrucción humana o material, porque todos los edificios se constr

uyen con medidas antisísmicas. Según Del Pozo, los nuevos edificios de Bam también las tienen.

No hay un solo superviviente en Bam que no perdiera aquella fatídica madrugada a varios familiares. El trauma sufrido entonces y el temor a que vuelva a repetirse, que agravan los frecuentes temblores menores que sufre la zona, hace que una de las labores de las ONG internacionales que aún trabajan en esa ciudad sea el soporte psicológico a la población. "La provisionalidad, la mayoría vive aún en contenedores y viviendas prefabricadas, también profundiza la sensación de inseguridad que padece la población", destaca Juan José del Pozo, que lleva tres meses en Bam, encargado de la instalación de cabinas sobre las fosas sépticas de las casas destruidas para que los que viven en contenedores tengan privacidad para evacuar y se eviten enfermedades procedentes de las heces. Otras ONG trabajan en programas de rehabilitación de escuelas y salud y en facilitar viviendas. Además, hay un equipo de la Unesco que trabaja en la reconstrucción de Arg e Bam, la mayor fortaleza en adobe del mundo con 2.000 años de antigüedad.

Equipos de rescate tratan de sacar a una persona sepultada por el terremoto en la aldea iraní de Hotkan.
Equipos de rescate tratan de sacar a una persona sepultada por el terremoto en la aldea iraní de Hotkan.AP

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