La mejor defensa del reino
El Chelsea destroza récords en la Liga inglesa al haber recibido sólo ocho goles en 27 jornadas
Desde hace varios meses, una leyenda ha comenzado a extenderse por las tertulias futboleras de los más selectos bares y restaurantes de Chelsea, el pudiente barrio londinense. El relato detalla cómo un altivo entrenador portugués aterrizó en la capital británica el pasado verano, se dirigió al estadio de Stamford Bridge, junto a la margen izquierda del Tamesis, y comenzó a instruir a los jugadores del equipo local en la ciencia de defender con un orden y una tenacidad nunca vistos antes en el fútbol británico. Ganó los dos primeros partidos de la Liga por 1-0 y desde entonces sus pupilos se aplican con tal entusiasmo en la tarea que han llegado a cerrar su propia portería y tirar la llave al fondo del célebre río, donde no parece haber delantero que la encuentre.
La fábula está tomando trazos de verosimilitud, tal y como indican las estadísticas más recientes del Chelsea en la Premier League. El equipo de José Mourinho no ha recibido un gol en las diez últimas jornadas y es el menos batido de la competición con sólo ocho tantos en contra en 27 jornadas. Si mantiene sus registros, el líder de la Liga, con nueve puntos de ventaja, puede convertirse en el campeón con la media de goles en contra más baja de la historia, que es de 0,3, mejorando la que obtuvo el Liverpool de Bob Paisley en la temporada 1978-79 (0,38), cuyo guardameta era Ray Clemence, que en aquel torneo logró dejar su portería inmaculada nada menos que en 21 partidos. Es el mismo número de jornadas ligueras en las que Peter Cech, el actual portero del Chelsea, no ha encajado un solo gol. Nadie duda de que superará el registro de Clemence con once encuentros por delante.
Cech, un tallo checo de 1,97 metros, posee la elasticidad de un junco, un potentísimo saque con la zurda y maneras de portero tan completo como seguro. Suma 961 minutos de la Liga sin agacharse para recoger el balón de sus redes, pulverizando el récord que el danés Peter Schmeichel estableció con el United en la campaña 1996-1997 al permanecer 694 minutos imbatido. Superarle se ha convertido en un arduo reto para los rivales. El último que lo consiguió fue Henry, el goleador del Arsenal, en diciembre.
El Chelsea concede muy pocos remates y su portero afirma humildemente que él sólo cumple con el 20% del trabajo defensivo de su equipo. Esa idea, la de la obligación colectiva de hacer claudicar al adversario en su intento por marcar un gol, es la fórmula que Mourinho ha logrado tatuar en el ánimo de su plantilla, que actúa con una imponente determinación defensiva. "Prefiero ganar por 1-0 que por 5-4 porque un equipo que sufre cuatro goles no es un equipo de verdad", declara el técnico luso, que reniega de la etiqueta de especulador que algunos cuelgan a su equipo.
Diez de las 21 victorias ligueras que suma el Chelsea han sido por su tanteo predilecto. Para negarle al equipo contrario el pan y la sal, el Chelsea marca en zona, aprieta sus líneas acumulando muchos efectivos escalonados por detrás de la pelota, obstruye líneas de pase y reparte esfuerzos. Todo ello, con un generoso despliegue de agresividad, energía y atención a los pequeños detalles, como las faltas tácticas. Prefiere cerrar filas que salir a presionar. Pero el equilibrio y el despliegue que aporta Makelele barriendo el medio campo permite al Chelsea variar de registro rápidamente según las circunstancias en cuanto su técnico chasquea los dedos o le hace llegar una nota con instrucciones tácticas a algún jugador.
Se siente igualmente cómodo esperando atrás, trabando el juego a 15 metros del área o presionando arriba si el tiempo apremia. Indicios de equipo trabajado, con una zaga difícilmente abordable con ataques frontales por el poderío en el juego aéreo de sus centrales, Terry y Carvalho, que acaba de salir de una lesión, y el pegajoso lateral Ferreira. Lesionado Bridge, el central Gallas ocupará la otra banda en la defensa. Por delante, Makelele actúa como permanente mecanismo de seguridad barriendo el medio campo, contando además con la generosa aportación de Tiago y Lampard para cerrarle espacios al rival e incluso con el concurso de los hombres de las bandas. Lesionados Duff y Robbe, el propio Tiago y el inglés Joe Cole ocuparán las orillas. Por delante de la línea de medio campo, el islandés Gudjohnsen se encargará de presionar la salida del balón en campo ajeno.
En la Liga de Campeones el equipo sólo ha recibido tres goles, dos de ellos en Oporto en un duelo intrascendente para la clasificación. Mourinho suele calificar a su equipo como fuerte y compacto. Los guarismos que ostenta el Chelsea hacen que esa definición se quede corta para describir lo duro que resulta para cualquiera marcarle un gol.
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