"El flamenco ha incorporado rasgos que lo podrían acercar en cierta medida al tango"

Nada más llegar a Granada en 1980, el argentino Horacio Rébora abrió un bar llamado La Tertulia, que se transformó rápidamente en una referencia emblemática de los encuentros culturales. Con la publicación del libro Granada Tango, en el que participaron poetas como Luis García Montero, Javier Egea, Álvaro Salvador o Juan de Loxa, comenzó la divulgación de este género urbano que Rébora perfilaría con la creación del Festival Internacional de Tango de Granada y las Cumbres Mundiales del Tango. En la actualidad, Rébora perfila los últimos detalles de la VI Cumbre Mundial, de la que es director, y que se celebrará entre el 1 y el 13 de marzo en Sevilla con la presencia de artistas de la talla de Horacio Ferrer, Enrique Morente, Rubén Juárez, Miguel Ángel Zotto, Chango Farías Gómez o Patricia Barone.

Pregunta. ¿En qué consisten las Cumbres Mundiales del Tango?

Respuesta. Son un acontecimiento que tiene un alto grado de correspondencia entre las formas organizativas y los contenidos que las soportan. Se usa al tango para relacionar ciudades entre sí, a sus artistas y aficionados. Además, tienen un marcado carácter itinerante y la pretensión de ser un espacio cultural de encuentro, de divulgación de un género, de experimentación en el terreno de la creación y de reflexión sobre las ciudades y sus culturas.

P. ¿De dónde partió la idea?

R. De la misma filosofía de la que se originó el Festival Internacional de Granada. Es decir, la concepción del tango como una cultura urbana de la que el ciudadano europeo puede disfrutar y participar no sólo desde la fascinación de una cultura ajena, sino como una cultura propia.

P. ¿Qué tienen en común las ciudades organizadoras de las cumbres?

R. La cultura urbana es quizás el primer fenómeno de globalización y cada vez más las ciudades tienen un lenguaje común en el que los iconos son más universales. Estas ciudades tienen en común lo que tienen la mayoría de las ciudades de nuestro mundo, pero Buenos Aires, Rosario, Lisboa y Montevideo son ciudades portuarias, al igual que Sevilla. Granada es la única que es mediterránea sin más.

P. ¿Qué puede aportar Sevilla a la cumbre y la cumbre a Sevilla?

R. Cuando el Ayuntamiento de Sevilla nos ofreció el Teatro Lope de Vega y el espacio del Casino de la Exposición del 29, intuimos que se trataría de un acontecimiento histórico. Los dos espacios son exactos para el tango. Además, el carácter convocante de la ciudad va a garantizar el éxito del encuentro. Como peculiaridad, el hecho de que la cumbre se produzca en Sevilla fomentará el mestizaje del género con el flamenco, teniendo en cuenta que el tango nace con vocación de mezcla. A Sevilla la cumbre le puede dejar como saldo un festival de tango estable, que afirmará su carácter de ciudad de cultura abierta.

P. ¿Tienen algo en común el tango y el flamenco?

R. Quizás en sus orígenes sea más fácil hablar de diferencias que de afinidades, ya que sería lógico vincular el flamenco al mundo rural y el tango al mundo urbano. Pero el flamenco se ha ido haciendo más urbano y con ello ha ido incorporando rasgos que lo podrían acercar en cierta medida al tango, facilitando encuentros fecundos entre ambos géneros, como ocurriera en el Festival de Granada entre Morente y Rodolfo Mederos, en el que el granadino interpretó el famoso poema de Javier Egea acompañado de un bandoleón. Fue un momento memorable.