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Miles de libaneses piden en Beirut la retirada de las tropas sirias

Una semana después del atentado que costó la vida al antiguo primer ministro de Líbano Rafik Hariri, miles de libaneses se concentraron ayer para culpar a Siria del crimen. Los manifestantes, precedidos por líderes de la oposición, corearon gritos de "fuera Siria" mientras marchaban por las calles de una ciudad tomada por las fuerzas de seguridad. Cientos de efectivos antidisturbios se apostaron en los aledaños del hotel Saint-Georges, junto al paseo marítimo y lugar en el que explotó la bomba que segó la vida de Hariri y otras 15 personas el pasado día 14 de febrero.

El sentimiento antisirio ha resurgido de forma considerable desde entonces. La oposición culpa a Damasco y reclama una intervención de forma urgente. Desde Bruselas se apoyó esta reclamación y ayer el Consejo de Relaciones Exteriores de la UE pedía la apertura inmediata de "una investigación internacional". Damasco niega cualquier implicación en el atentado.

Los manifestantes, que portaban banderas libanesas y vestían bufandas con los colores rojo y blanco de la oposición, guardaron un minuto de silencio en el mismo lugar y a la misma hora donde se produjo el atentado. En ese momento, tanto la televisión como la radio libanesa emitían el himno nacional. "No soportamos más a Siria", gritaban los manifestantes. "¡Fuera Siria! ¡Fuera Siria!" y "Libertad, soberanía e independencia" fueron otras de las consignas más escuchadas ayer. "¿Quién asesinó al mártir Hariri?", se podía leer en una pancarta.

Desde Damasco, el secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, anunció ayer tras entrevistarse con el presidente sirio, Bachar el Asad, que Siria dará "pasos" pronto para retirarse militarmente de Líbano. "El presidente Asad reiteró varias veces en nuestro encuentro la firme voluntad de aplicar el acuerdo de Taef [que prevé la retirada siria de Líbano]", dijo Musa, quien indicó que "en pocos días veremos pasos" en ese sentido. Siria mantiene en Líbano 14.000 soldados. Esas tropas, a las que se suma una amplia red de servicios secretos, son el remanente del contingente militar que Siria destacó en los años ochenta durante la guerra civil libanesa, a la que el acuerdo de Taef puso fin.

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