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REFERÉNDUM EUROPEO | El análisis del voto en contra

El 'no' se alía con el radicalismo

El voto negativo ganó en pueblos vascos,navarros y catalanes con gran presencia de independentistas, pero no en municipios de IU

El voto negativo tiene distintas lecturas en toda España. En las tres comunidades donde más ha triunfado, País Vasco, Navarra y Cataluña, la explicación es más sencilla, porque el apoyo más fuerte al no se produjo en los municipios con mayor presencia tradicional de los independentistas (ERC, EA y la ilegalizada Batasuna), especialmente en las zonas rurales del interior de las tres comunidades. En el resto de España el voto negativo es más complejo. Izquierda Unida, la única fuerza implantada en todo el país que pedía el no, insiste en que todos los votos negativos son "de izquierdas". Sin embargo, tanto en Madrid como en la Comunidad Valenciana, los barrios tradicionalmente fieles al PP superaron ampliamente la media del no (17,24%) y se acercaron al 30%.

El gran peso del 'no' en Cataluña corresponde al interior; el cinturón de Barcelona votó 'sí'
El rechazo triunfó en 120 localidades vascas, todas ellas con alcaldes nacionalistas

IU no logró que triunfara el no ni siquiera en los escasos municipios importantes en los que gobierna. No sucedió en Córdoba, donde la alcaldesa, Rosa Aguilar, está cerca de la mayoría absoluta, pero el no se quedó en el 16,26%, por debajo de la media, frente a un 77,29% de síes. En San Fernando de Henares (Madrid), donde IU rozó la mayoría absoluta en las municipales, el no obtuvo un 16,14%. La excepción a esta regla es Marinaleda (Sevilla, 1.400 habitantes), gobernada por José Manuel Sánchez Gordillo, donde la participación llegó al 70% y el no al 71%.

- País Vasco. El peso del no (un 33,66%, prácticamente el doble que en el conjunto de España) responde básicamente a la movilización de buena parte del voto nacionalista en contra del nuevo Tratado. Todas las formaciones nacionalistas, menos el PNV (además de EB, socio de los peneuvistas y EA en el Gobierno de Vitoria), apoyaban el rechazo al texto e incluso en el PNV eran importantes las reticencias al mismo. Los peneuvistas se decidieron por el tras un debate en su ejecutiva nacional que se saldó por escaso margen a favor del apoyo, en el que se empeñó muy a fondo el presidente del partido, Josu Jon Imaz.

La movilización nacionalista por el no en Euskadi ha sido más intensa que la del sí, en la que toda la campaña ha quedado en manos de Imaz mientras que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se destacaba por sus silencios.

Prácticamente todo el no ha caído en Euskadi del lado nacionalista. Fuentes del PP vasco coinciden en que, en contra de lo que ha ocurrido en otras comunidades, la gran mayoría de sus votantes en Euskadi han apoyado la ratificación del Tratado.

El rechazo al Tratado cosechó el domingo en Euskadi 227.683 votos. El conjunto de las formaciones que respaldaban el no (EA, EB, Aralar y Batasuna, básicamente) obtuvieron en la última cita electoral en la comunidad autónoma (europeas de junio pasado, con una participación cercana a la de anteayer, un 44,59%) un total de 191.427 votos. Esta cifra supone atribuir todo el voto nulo a la lista anulada por los tribunales de la ilegalizada Batasuna. Ello implicaría, inicialmente, que votantes de otras formaciones se decantaron el domingo por el no. Si se toma como referencia las generales del 14-M, con una participación muy superior (74,97%), los partidos del no sumaron el 24,09% de los votos válidos (incluyendo de nuevo todo el voto nulo como apoyo a Batasuna), más de nueve puntos menos que anteayer.

El no venció el domingo en 120 de los 250 municipios vascos, con particular relevancia en Guipúzcoa, la provincia con mayor peso del voto de EA y de la izquierda abertzale. De los 88 municipios guipuzcoanos, el rechazo al Tratado triunfó en 65 y en 35 de ellos lo hizo con porcentajes superiores al 70% del voto válido. Mientras, en Vizcaya, el gran feudo del PNV, el no vencía en 43 de sus 111 ayuntamientos, sólo en tres de ellos por encima del 70%. En Álava, siguiendo el comportamiento electoral habitual de este territorio, los resultados fueron bastante más cercanos al conjunto de España, con una incidencia mucho menos relevante del voto negativo: un 29,56% de noes (30,79% en Vizcaya y 40,77% en Guipúzcoa, la tasa de repudio más alta de todo el territorio nacional) y un triunfo del rechazo en 12 de sus 51 localidades.

Esos 120 municipios tienen alcaldes nacionalistas (40 del PNV en solitario), pero además el mapa del no dibuja de nuevo el aplastante dominio nacionalista en las pequeñas localidades. De las 30 poblaciones con mayor número de habitantes, (que suman el 75% del censo electoral) el venció en todas menos en cuatro: tres guipuzcoanas (Hernani, Tolosa y Bergara), y una vizcaína (Bermeo).

- Navarra. Gobierno autónomo, partidos políticos y expertos están de acuerdo en que el no propugnado por Aralar, EA, la ilegalizada Batasuna y Batzarre, principales referencias del voto nacionalista en Navarra, tuvo una repercusión directa en el resultado. De los 40 municipios de la comunidad en los que ganó el no, la mayoría están situados en el norte del territorio, un área de predominio nacionalista. No obstante, los altísimos porcentajes de voto negativo registrados en Pamplona, Barañain (tercer municipio navarro en población) o Burlada, localidades donde UPN tiene respaldos mayoritarios, no se explican sin el aporte de un voto de castigo al socialismo propinado por parte del electorado conservador. La última semana de campaña el presidente navarro, Miguel Sanz, y la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, permanecieron en Nueva York promocionando los productos gastronómicos de la tierra. UPN no desplegó el pasado domingo ni interventores ni apoderados en las mesas electorales.

- Cataluña. La victoria de los noes corresponde básicamente a las zonas de la Cataluña interior, comarcas de arraigo nacionalista. Con todo, el desequilibrio demográfico entre el área metropolitana de Barcelona -casi cuatro millones de habitantes- y los dos millones del resto de Cataluña ha provocado del triunfo del sí. En la circunscripción de Girona los noes han llegado al 33,4% de los votos emitidos, con puntas como la de Banyoles (43,4% de votos negativos). En 47 municipios de los 227 con que cuenta esta provincia limítrofe con Francia se ha impuesto el no. En 12 poblaciones de Tarragona ha sucedido otro tanto, al igual que en 14 de Lleida. En la Cataluña interior es donde Convergència i Unió y Esquerra Republicana logran sus mejores resultados.

La otra cara de la moneda es el cinturón de Barcelona, más que la propia capital, donde los votos afirmativos han sumado mayores porcentajes, de entre un 60% y el 70%. Se trata de zonas donde el PSC cosecha sus mejores porcentajes en las convocatorias electorales. En poblaciones como Sant Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet o L'Hospitalet de Llobregat, los votos afirmativos han superado el 70%.

En la capital catalana y en cuatro de los diez distritos, el no ha superado la barrera del 30%. El ha obtenido su mayor porcentaje en barrios obreros como Nou Barris y en otros donde el precio de la vivienda alcanza sus mayores cotas, como Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi, donde se registró la mayor participación ciudadana (46,9%).

Según diversos sondeos realizados ante el referéndum, los socialistas catalanes son quienes más fidelizado tiene el voto, mientras que en CiU se han producido fugas hacia el voto negativo.

- Comunidad Valenciana. En la capital, Valencia, feudo electoral del PP desde los años noventa, cinco distritos rebasaron ampliamente la media nacional del no, alcanzando la máxima expresión en el de Ciutat Vella (33%) y L'Eixample (30%), donde el PP obtiene sus mejores resultados. En dos significativas mesas del distrito de Ciutat Vella, la del instituto Luis Vives y la del Parterre, en las que votaron respectivamente el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la suma de noes y blancos superó a las papeletas favorables a la Constitución europea.

Con información de Javier Rivas, Mikel Muez, Francesc Valls, Miquel Alberola y María Fabra.

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