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Reportaje:

El elegante desquite de Scariolo

El entrenador se reivindica con un triunfo sin precedentes a costa del Madrid, el club que le despidió

Robert Álvarez

Sergio Scariolo (Brescia, Italia; 1961) está de vuelta. Su porte elegante, inequívocamente italiano; su verbo fácil, perfeccionado cuando estudió Derecho en la Universidad de Milán; su absoluta seguridad en sí mismo, su particular visión del baloncesto y su sello particular han triunfado de pleno en Málaga. Su llegada al Unicaja, un club puntero por presupuesto y afición, pero huérfano de títulos -sólo poseía una Copa Korac-, ha sido providencial. Apenas ha pasado algo más de un año y ya le ha dado un triunfo sin precedentes, la Copa del Rey, un éxito celebrado ayer de forma entusiasta con una recepción en el Ayuntamiento de Málaga y el ofrecimiento del trofeo a los miles de seguidores que vitorearon al equipo y colapsaron varias calles de la ciudad.

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La final, que Unicaja ventiló con autoridad, fue sazonada por el pulso en los banquillos. En el del Madrid se sienta ahora el serbio de origen bosnio Bozidar Maljkovic, que estuvo desde 1999 hasta 2003 en el de Unicaja. El Madrid fue precisamente el club del que Scariolo fue traumáticamente despedido en julio de 2002. Pese a ello, tras el triunfo, Scariolo sólo tuvo palabras de elogio hacia el que fuera su club.

El entrenador italiano, afincado en España desde que el Tau lo fichase en 1997, casado con la ex internacional Blanca Ares y padre de Alessandro y Carlota, se resiste a pasar factura. Lo hizo en su día. Se argumentó desde el Madrid que Scariolo le comunicó el despido a Alberto Herreros a gritos y en el gimnasio. "Es absolutamente falso que se comunicase la baja a Alberto en el gimnasio; es absolutamente falso que las formas fueran inapropiadas y es absolutamente falso que fuera una decisión personal mía", alegó entonces el técnico; "aquello fue un pretexto para llevar a cabo un cambio buscado por personas externas al club".

Fuera como fuese, al presidente del Madrid, Florentino Pérez, no le gustó ni un pelo aquel episodio. El Madrid rompió su contrato con Scariolo. El domingo, en Zaragoza, dos años y medio después de aquello, Pérez vio cómo Scariolo le privaba de un título que se le resiste en el baloncesto. Perdió la ocasión esta misma temporada, en Málaga, con la Supercopa; la final de la Copa ULEB, ante el Hapoel Jerusalén, el año pasado y la final de la Liga en 2001. En definitiva, el último título que obtuvo el Madrid fue precisamente con Scariolo en el banquillo y Djordjevic al frente de las operaciones en la final de la Liga de 2000 ante el Barcelona, que se decidió en el quinto partido, disputado en el Palau Blaugrana.

El amargo final en el Madrid no fue el último mal trago de Scariolo. Su prestigio en Italia, donde ganó una Liga con el Scavolini en 1990, le valió para fichar, en el verano de 2003, por uno de los clubes más prestigiosos, el Virtus de Bolonia. De vuelta a su país, le aguardaba una desagradable sorpresa. Debido a graves problemas financieros, el equipo boloñés se vio sumido en una grave crisis y la Federación Italiana le negó la inscripción. Scariolo se quedó sin equipo. Hasta que en noviembre de 2003 relevó en el Unicaja a Paco Alonso. Entonces llevó al equipo del 17º al cuarto puesto.

A partir de ahí, su empeño ha sido crear una estructura para que el Unicaja, que nunca había jugado una final de la Copa y sólo dos de la Liga, aspire a ganar títulos. Scariolo ha tenido que luchar contra la nueva corriente impuesta por los entrenadores serbios. Pesic, Maljkovic e Ivanovic, que habían acaparado los grandes equipos y los títulos de la Liga y la Copa durante los últimos años. Pertenece a la Asociación Española de Entrenadores y se prodiga en los clinics que organiza la misma. Ha perfeccionado sus sistemas con el equipo de entrenadores de los Nets de Nueva Jersey.

Su más decidida apuesta para mejorar el proyecto del Unicaja fue el fichaje, el pasado verano, de Garbajosa. Su buena relación personal con el jugador, pretendido por el Barcelona, fue decisiva. Tampoco se lo pensó dos veces para recuperar a Fran Vázquez, al que el Unicaja cedió la pasada temporada al Gran Canaria. Abierto a las innovaciones, esta temporada ha aceptado en su equipo de colaboradores a Carme Lluveras, la primera mujer en un club de la Liga ACB. "No me gustan las discriminaciones", afirma Scariolo con rotundidad.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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