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Crónica:BALONCESTO | Final de la Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

Unicaja somete a un Madrid menor

El equipo malagueño impone su variedad de recursos y conquista su primer título nacional

Robert Álvarez

El Unicaja ganó el primer título nacional de su historia manejando desde la superioridad manifiesta una final en la que el Real Madrid se pasó el tiempo tratando de enredarle. Sin éxito. Sólo en momentos puntuales lo consiguió y bien es cierto que acarició por momentos la idea de alcanzar una Copa que no gana desde 1993, desde que Sabonis vestía de blanco. Pero en el Madrid todo sonó ayer a exceso, a imperiosa necesidad de buscarle los tres pies al gato para neutralizar a un equipo mucho más compacto y sólido. El equipo de Bozidar Maljkovic siempre jugó a contrapelo, tratando de enjugar déficits, de centímetros, de eficacia, de fluidez en el juego. El Unicaja pasó sus apuros y cometió errores, pero siempre estuvo dos pasos por delante en un partido, eso sí, que no se decantó hasta los instantes finales.

UNICAJA 80 - REAL MADRID 76

Unicaja: Cabezas (2), Bremer (17), Risacher (13), Garbajosa (17), Vázquez (9); Herrmann (7), Tabak (0), Pietrus (2), Pepe Sánchez (4) y Berni Rodríguez (9).

Real Madrid: Bennett (17), Bullock (28), Sonko (8), Reyes (2), Burke (8); Fotsis (2), Gelabale (8), Hervelle (0) y Herreros (3).

Árbitros: Martín Bertrán, Arteaga y Pérez Pérez. Excluyeron por personales a Sonko (m.32).

Unos 10.500 espetcadores en el Pabellón Principe Felipe. Garbajosa fue elegido jugador más valioso del partido.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

23-14

17-20

13-18

27-24

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Sin paliativos

Fran Vázquez ejerció de Dueñas. Talla, 2,09 metros, envergadura y coordinación reunidas en un mismo físico cristalizan en una joya para cualquier equipo de baloncesto. Escasea este tipo de jugadores y la NBA se da en los dientes por ellos, sean europeos, chinos (Yao Ming) o de las Islas Vírgenes (Duncan). Vázquez se asentó en la zona, donde Garbajosa estuvo inmenso, y a los pívots del Madrid se les hizo de noche.

Burke, premioso de por sí en el aspecto resolutivo, fue más que nunca una rémora, con el agravante de que, cuando se cambiaba la canasta, Vázquez sacaba también ventaja de su buena mano desde la media distancia. Maljkovic situó a Felipe Reyes de cinco, todo un desafío para un jugador con gran potencia de salto y buena colocación, pero que mide 2,03 metros. Muy cara pagó esa insuficiencia de empaque en el interior de la botella. Volvió a depender excesivamente, como en muchas fases de partidos anteriores, de Bullock. Sólo él anotaba. Y sólo le faltó al Madrid que los tapones de Vázquez animaran también a uno de sus reservas, Pietrus, que también le colocó otro gorro a Reyes. El estropicio, con Risacher y Bremer como ejecutores en Unicaja, llegó a abrir una brecha de 14 puntos (33-19).

Maljkovic le dio vueltas al asunto. Dio entrada de nuevo tras unos minutos de descanso a Burke, puso en pista a Herreros, ordenó a su equipo que defendiera durante varias jugadas en zona. El Unicaja encontró muy escasa aportación de su banquillo y acabó viendo reducida su ventaja a cuatro puntos (40-36) nada más arrancar el tercer cuarto. Un mal síntoma para el Unicaja, en el que Walter Herrmann, que firmó 30 puntos en la semifinal contra el Pamesa, no encontraba su sitio en la final. El francés Risacher, un alero mucho más sobrio que su compañero argentino, le enmendó la plana a medias. Al Unicaja, venido a menos Bremer, le faltaba tiro para poder hacer mella en la zona defensiva que volvió a plantearle el Madrid en el tercer cuarto. El conjunto blanco, sin anotar mucho, a base de defender hasta llegar a agotar la posesión de su rival, se situó a un punto para afrontar el último acto (53-52).

Pero el juego ofensivo del Madrid fue una calamidad. Incurrió en tres faltas de ataque. Reyes continuó sin sumar un punto hasta que faltaban seis minutos para el final. Maljkovic perdió de inmediato a Sonko, eliminado por faltas, pero siguió reservándose durante dos minutos y medio la baza de Bullock. Sólo evitaba males mayores el Madrid gracias a que su defensa en zona continuaba provocando fallos constantes en los lanzamientos del Unicaja (57-52).

El partido entró en una agonía de faltas personales y acciones al límite. El Madrid rentabilizó al máximo la capacidad resolutiva de Bullock y se situó a un punto (61-60), entre otras cosas porque el Unicaja falló varios tiros libres. Una suerte más trascendental de lo que pueda parecer. Berni estuvo remiso pero enmendó sus errores con una penetración en la zona sensacional que, junto a dos triples de Garbajosa, le dieron un respiro al Unicaja (70-62) a falta de algo más de dos minutos. Se trataba ya sólo de administrar la diferencia. Lo consiguió sin excesivos apuros, a pesar de que Bennett se empeñó en buscar lo que parecía una utopía. El base americano estuvo a punto de amargarle la fiesta a Unicaja de tantas canastas rápidas y triples como metió. Pero la brecha ya era excesiva por más tiros libres que fallara Unicaja y por más que Bennett, desaparecido en combate Bullock, se convirtiera en un quijote del baloncesto.

Herreros, Reyes, Fotsis, Gelabale y Bullock, desolados tras la derrota.
Herreros, Reyes, Fotsis, Gelabale y Bullock, desolados tras la derrota.EFE
Berni Rodríguez, capitán de Unicaja, levanta el trofeo de campeones.
Berni Rodríguez, capitán de Unicaja, levanta el trofeo de campeones.EFE

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.
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