El Málaga sigue ante el Espanyol su buena racha
De una forma un tanto agónica, inesperada, el Málaga firmó ayer ante el Espanyol uno de los mejores partidos de la temporada, ratificando con tres goles la mejoría que ha experimentado desde la llegada de Antonio Tapia al banquillo. Trece puntos de 18 posibles avalan esta mejora del conjunto malagueño, si bien, como demostró ayer en los minutos finales, aún le falta un hervor para asentarse.
Con tres goles a favor mediada la segunda parte y tras bordar el primer periodo, el Málaga sufrió hasta el pitido final para mantener un triunfo indiscutido poco antes. Dos errores defensivos de la solvente pareja de centrales, César Navas y Fernando Sanz, dieron alas a un Espanyol que apenas se había acercado en un par de ocasiones a la puerta de Arnau.
MÁLAGA 3 - ESPANYOL 2
Málaga: Arnau; Gerardo, Fernando Sanz, César Navas, Valcarce; Juan Rodríguez, Romero, Juanito, Duda (Tote, m. 60); Miguel Ángel (Edgar, m. 90), Baiano (Míchel, m. 70).
Espanyol: Kameni; Jarque, Lopo, Soldevilla, David García (Óscar Serrano, m.60); Dani (Jonathan, m. 81), Álex, Ito, Maxi; Fredson (Amavisca, m 75), Tamudo.
Goles: 1-0. M. 8. Juan Rodríguez. 2-0. M. 16. Miguel Ángel. 3-0. M. 53. Juanito. 3-1. M. 70. Dani. 3-2. M 84. Fernando Sanz, en propia puerta.
Árbitro: Pérez Burrull. Expulsó a Álex Rodríguez por doble amonestación (m. 33). Amonestó a César Navas.
12.000 espectadores en La Rosaleda.
Y es que al Espanyol pronto se le torció el partido. El tempranero aldabonazo con el que Juan Rodríguez ratificó su buen momento de forma deshizo al equipo de Miguel Ángel Lotina. El Málaga se hizo dueño del choque, desplegando un juego que hacía mucho que no se dejaba ver por La Rosaleda. Tapia ha rescatado del pozo a jugadores como Duda, Romero o Miguel Ángel, que ayer deleitaron con sorprendentes taconazos, medidos centros, paredes y demás florituras. Aderezos de un fútbol que se hizo elegante y directo ante la inoperancia de un rival que facilitó bastante el lucimiento.
La defensa espanyolista no se recuperó del primer gol y de ello se dieron cuenta un espléndido Miguel Ángel y Baiano, incombustible en el ataque y la defensa. A esto se sumó la expulsión de Álex por propinar un codazo a Miguel Ángel. A partir de ahí, el Málaga no tuvo contrincante.
Con la defensa hecha unos zorros y el centro del campo roto, el Espanyol se encomendó al buen hacer del argentino Maxi Rodríguez y al empeño de Fredson, pues ni Tamudo ni Dani parecían tener algo que decir. Dos fallos y dos goles que pusieron contra las cuerdas a un Málaga que acabó ganando un partido que siempre se mereció.
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