Un muerto y siete heridos al colisionar un autocar en Balsareny

El conductor de un autocar falleció ayer al salir despedido por la puerta del vehículo tras colisionar con la mediana de hormigón de la autovía del Llobregat (C-16) en el municipio de Balsareny (Bages) y con un vehículo que estaba estacionado por avería en el arcén. En el autobús, de la empresa Autocares Molist, viajaban 44 jóvenes de entre 15 y 20 años que se disponían a pasar un día en la nieve en la estación de esquí de Arinsal, en Andorra. Siete resultaron heridos, uno de ellos de consideración al sufrir un traumatismo craneal. Permanece ingresado en observación en el hospital de Vall d'Hebrón de Barcelona y no se teme por su vida.

El accidente se produjo sobre las 6.45 de la mañana y la calzada quedó cortada parcialmente durante varias horas, lo que originó colas de hasta siete kilòmetros.

El conductor del autocar, José L. P., de 45 años y vecino de Cornellà de Llobregat, perdió el control del vehículo por causas que se desconocen. El autocar, un Pegaso Comet, colisionó primero con la valla lateral de seguridad, arrolló el Seat Ibiza estacionado por avería y se empotró contra la mediana, momento en que el vehículo perdió la puerta del conductor, por donde éste salió despedido hacia la otra parte de la calzada.

Los Mossos d'Esquadra creen que posiblemente murió en el acto a causa del impacto, pero además fue arrollado por otro vehículo. El autobús quedó parcialmente sobre la mediana y circuló durante unos 200 metros sin control hasta pararse.

El accidente se produjo en un punto en el que la autovía, que entró en servicio en octubre de 2003, tiene un arcén de sólo un metro. Los Mossos d'Esquadra confirmaron que unas señales de emergencia alertaban de que el Seat Ibiza permanecía estacionado. El conductor de este vehículo salió ileso del accidente porque momentos antes había bajado de su vehículo y se encontraba apartado de él.

Los jóvenes habían salido a primera hora de la mañana de Premià y Badalona. Tras el accidente, los Mossos d'Esquadra los evacuaron al pabellón deportivo de Sallent. Después, la misma empresa Molist dispuso un nuevo autocar para devolverlos a sus domicilios.