La escuela de la imaginación
La editorial Calambur celebra sus 10 años con un libro inédito del malagueño Pérez Estrada
Rafael Pérez Estrada (Málaga, 1934-2000) fue uno de los escasos poetas andaluces que disfrutó en vida de la consideración de clásico. O al menos, de clásico contemporáneo: autor de culto, venerado por unos pocos y respetado por todos. La originalidad y diversidad de su obra, repartida entre la poesía, la narrativa y la escritura teatral, pero también el ensayo, el aforismo y hasta el dibujo, le otorgó cátedra sobre los nuevos escritores en un tiempo no sobrado de figuras tutelares. La editorial madrileña Calambur ha decidido celebrar el décimo aniversario de su colección de poesía recogiendo los versos inéditos de Pérez Estrada en el volumen Bajo el cielo indeciso, que coincide además con el número 50 de la serie.
Pérez Estrada tendía a derribar las fronteras entre los distintos géneros con un martillo implacable: la fantasía, que en sus escritos alcanza alturas insospechadas. En 1968 vio la luz su primer poemario, pero no fue hasta 1985 cuando su nombre empezó a ser divulgado con la publicación de Libro de Horas. Finalista en dos ocasiones del Premio Nacional de Poesía, con Conspiraciones y conjuras y Bestiario de Livermoore, entre sus títulos más celebrados cabe citar La extranjera, El grito/ Diario de un tiempo difícil, El muchacho amarillo y los póstumos Doctor Harpo y Crónica de la lluvia.
Los textos recogidos en Bajo el cielo indeciso reúne la producción que el malagueño dejó inédita en mayo del 2000. La naturaleza, la metáfora, la ironía y el mar son algunas de sus herramientas recurrentes. "Con los años el mar fue otra cosa, ninguno de los valores que suelen conceder los lectores de símbolos a los mares podían serme de utilidad", dejó escrito el poeta. "El mar era la parte real de los sueños, el gran decorado de la existencia, nunca la muerte, sino la suma vitalidad, quizá no hace mucho inicié un poema con este verso: 'Quién puede decir mar impunemente'. Aunque ahora me parece averiguar un sentido oculto en este verso mío, sin conciencia del todo de lo que escribía, es decir en trance (permítaseme llamarlo así) de creación, deificaba al mar, o al menos le concedía el valor de trascendencia metafísica. Tal vez una verdadera mística del mar, algo que no ha de entenderse como un panteísmo caprichoso y selectivo", añadió.
Ilustración
El libro comprende los cuadernos Las playas del Sur, de 1996; Los sueños de Tremecén, fechado en 1987; Días de Marrakech, de 1991; así como tres bloques de poemas compilados en 1993-1994, 1994-1996 y de 1996 en adelante. La ilustración de la portada, así como el singular Boceto de un muchacho-árbol que se reproduce en el interior, son obra del propio Pérez Estrada.
No es la primera vez que Calambur edita los versos del autor malagueño, pues en 1999 salió de su imprenta el volumen El levitador y su vértigo, acompañado con colaboraciones de amigos egregios como Pablo García Baena, Fernando Quiñones, Manuel Alvar, Luis Antonio de Villena, Vicente Molina Foix, Juan Carlos Mestre, Juan Cobos Wilkins o Guillermo Carnero. Por esas fechas, Ana María Moix llegó a asegurar que, desde el asesinato de Federico García Lorca, la poesía española no había dado un poeta como Pérez Estrada.
Para Fernando Sáez, responsable de Calambur, Pérez Estrada es "una figura muy importante en el capítulo de autores inclasificables de la poesía española, pertenecientes a la escuela de la imaginación". "José Ángel Cilleruelo, albacea de la obra de Rafael y muy amigo de la casa, nos ofreció estos textos inéditos. Nos parecieron espléndidos para celebrar los 50 números de nuestra colección", añade Sáez.
Cabe recordar que, en los diez años de heroica resistencia que Calambur lleva editando poesía, han pasado por su catálogo nombres imprescindibles para entender la evolución de la lírica española actual. Desde su primer título, Sombras y variaciones, de Mario Hernández, hasta el último dedicado a Carlos Edmundo de Ory y sus Aerolitos, han aparecido en Calambur poemarios de Blas de Otero, Rafael Morales, Francisca Aguirre, Javier Lostalé, Manuel Ríos Ruiz, Guadalupe Grande, Kepa Murua, José Luis Puerto, Jorge Riechmann, Antonio Gamoneda o Antonio Colinas, así como librodiscos de músicos de la talla de Amancio Prada, Pedro Sarmiento, Cuco Pérez, Luis Delgado o Rafael Domínguez, entre otros.
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