El cierre de la zona próxima a Azca colapsa estaciones de Metro y Cercanías

La zona de Azca recupera poco a poco la tranquilidad, pese a que aún persiste el riesgo de que la incendiada torre Windsor pueda derrumbarse. La extinción del incendio que arrasó este rascacielos de 28 plantas ha permitido que las restricciones en el transporte público y los cortes de tráfico derivados del perímetro de seguridad queden reducidos a lo estrictamente necesario. Las líneas 8 y 10 de metro hacen desde el mediodía de ayer su recorrido habitual, mientras la circular (la 6) permanecerá cerrada al menos hasta el miércoles, ya que el túnel discurre justo debajo del edificio incendiado, con el consiguiente riesgo en caso de que se colapse y se venga abajo, según el Ayuntamiento de Madrid.

El túnel que enlaza las estaciones de Renfe en Atocha y Chamartín (conocido como túnel de la risa) también fue reabierto a mediodía, lo que permitió que el servicio de Cercanías recuperara la normalidad. Eso sí, los viajeros tenían que entrar por el acceso situado junto a Nuevos Ministerios, ya que el principal, ubicado frente a El Corte Inglés, estaba dentro del perímetro de seguridad inaccesible para el público.

Según el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, la estación de Atocha tuvo ayer un 7% más de usuarios que otro lunes. Además, un 30% de viajeros más de lo habitual se vio obligado a salir de la estación para enlazar con otro medio de transporte, supuestamente, con la línea 1 de metro que llega cerca de la zona afectada por el incendio, al no poder continuar viaje hasta Nuevos Ministerios. El tráfico rodado también mejoró, ya que se permitió que los vehículos entraran en la zona subterránea de Azca. Tan sólo permanecían cerrados los de las calles de Raimundo Fernández Villaverde y de Agustín de Betancourt.

El incendio supone graves daños para los comerciantes y los restaurantes de las zonas aledañas a la torre, que han visto mermada su clientela.