El Mallorca se arma de ilusión
El Mallorca salió ayer airoso de su tercer enfrentamiento consecutivo con rivales directos en la lucha por la permanencia. En las dos jornadas anteriores, el equipo dirigido por Héctor Cúper había vencido al Getafe y empatado con el Málaga. Frente al Albacete, en Son Moix, sumó otra importante victoria. Un resultado que permite a los baleares escalar un puesto en la clasificación, aunque sin salir de la zona de descenso, y afrontar con moderadas esperanzas la recta final de la Liga.
Desde el inicio del partido el Albacete dejó claro que iba a vender cara su piel. Francisco, el único hombre en punta de los manchegos, comenzó bregando arriba en solitario. Pero, en cuanto el delantero recibió el apoyo de los extremos, el Albacete puso en serios apuros la portería de Moyà. El equipo tuvo hasta tres ocasiones claras antes de abrir el marcador, y fue Mark González quien envió el balón a la red, tras una salida en tromba favorecida por una de las habituales negligencias defensivas del Mallorca.
MALLORCA 2 - ALBACETE 1
Mallorca: Moyà; Cortés (Jorge López, m. 45), Ballesteros, Iuliano, Poli; Campano, De los Santos, Arango, Tuni; Okubo (Correa, m. 66) y Luis García (Pereyra, m. 86).
Albacete: Valbuena; Óscar Montiel, Buades, Rubén, Peña; Redondo (Peralta, m. 73), Álvaro, Jaime, Mark González (Momo, m. 61); Pacheco y Francisco (Mikel, m. 66).
Goles: 0-1. M. 27. Mark González, entrando por la banda izquierda, bate de volea a Moyà.
1-1. M. 52. Buades, en propia puerta.
2-1. M. 71. Luis García, de penalti cometido por Redondo sobre Tuni.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Pacheco, Buades, Mark González, Redondo y expulsó a José González, entrenador del Albacete.
Unos 19.000 espectadores en Son Moix.
El partido fue, ante todo, previsible. Con un Albacete satisfecho con su ventaja, mínima ventaja, era fácil predecir la igualada balear. El empate llegó a poco de comenzar la segunda mitad, en una jugada embarullada que resolvió Tuni con la ayuda del central Buades, que marcó en propia meta. Desde ese instante, noqueado por sorpresa, el Albacete perdió los papeles y aguantó como buenamente pudo el aluvión atacante del rival.
El Mallorca certificó su remontada de penalti. El árbitro, Turienzo Álvarez, añadió no poca imaginación a una caída de Tuni en el área, y Luis García zanjó el asunto con el 2-1 definitivo. Para mayor desgracia, el técnico manchego José González acabó expulsado poco antes del pitido final.
Más allá de los goles, el partido registró momentos para la reflexión. Como, por ejemplo, el largo minuto en que el balón no tocó el césped: despejado y rechazado por unos y otros, el esférico voló por los aires durante interminables segundos sin que nadie osara traerlo de vuelta al juego raso, en una vergonzante jugada de patio de colegio. Inquietantes síntomas de impotencia futbolística en un duelo que, a la postre, retrató a dos equipos al límite en la lucha por eludir el descenso.
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