"No" a la venta del Calderón
En el minuto quince del primer tiempo, un testigo que no estuviera muy al tanto de lo que sucede en el Manzanares se hubiese quedado muy extrañado del sistema empleado por parte de la hinchada rojiblanca para mostrar su rechazo al juego de su equipo: una cartulina blanca con un rotundo "no". Pero la negativa no era una forma de repudio al espectáculo, pobre, de los suyos en el césped, sino una advertencia a la directiva del club de que no están dispuestos a aceptar el trueque -con alquiler de por medio- con el Ayuntamiento de Madrid del estadio Vicente Calderón por el de La Peineta. La escena se repitió en el minuto treinta y en ambos casos vino acompañada de cánticos contra el traslado y otros, bastante explícitos, dirigidos hacia el presidente del club, Enrique Cerezo.
Pero si las octavillas no se referían al juego del Atlético, bien hubiesen servido también para ese propósito. El propio César Ferrando, el técnico rojiblanco, no tuvo más remedio que admitirlo: "Es el primer partido que hemos jugado mal, pero mal, en el Calderón". Después, su discurso fue aún más preciso: "No hemos cogido el ritmo del partido. Hemos estado mal en los controles, en los pases". Para concluir resumiendo: "No nos hemos sentido cómodos".
Sobre la sustitución de Gonzalo Colsa por Núñez al poco de cumplirse la media hora, Ferrando argumentó que buscaba "tener otro jugador diferente en el campo, como Ibagaza, y tener más la pelota". No funcionó.
Por su parte, el técnico del Levante, Bernd Schuster mostró su satisfacción por el resultado, por la "reacción" de su equipo, por su "trabajo importante". En opinión del alemán la expulsión de Culebras, paradójicamente, benefició más a su grupo, porque le obligó a "concentrarse más". Schuster reflexionó: "A veces jugar contra un equipo con uno menos no es nada fácil". "No le hemos dejado muchas cosas al Atlético", concluyó.
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