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Reportaje:LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

El Protocolo de Kioto ya está aquí

El acuerdo ambiental entra en vigor el miércoles y afectará a la vida cotidiana y a la economía

Manuel Núñez fabrica ladrillos. Su empresa, Cerámicas Núñez, mezcla tres clases de arcilla, les da forma de ladrillo y las cuece a 850 grados centígrados. El horno, de 50 metros de largo, utiliza carbón como combustible. Fabrica 90 toneladas de ladrillo al día. Manuel tiene 61 años, vive en Bailén (Jaén) y es la prueba de que el Protocolo de Kioto ya está aquí.

"Puede que mucha gente no lo sepa, pero en Bailén, reducir las emisiones, puede suponer una pequeña reconversión", explica Manuel en su nave. Viste una rebeca de lana y sus zapatos están embarrados. El suelo está lleno de arcilla con restos de carbón. Su empresa tiene 15 trabajadores. La de Núñez es una nave como muchas a la entrada del pueblo y donde los ladrillos, apilados, se secan al aire libre. Chapas metálicas de colores los protegen de la lluvia.

El CO2 se acumula en la atmósfera y causa el cambio climático al calentar la Tierra
El carbón, el petróleo, industrias cerámicas, papeleras, de vidrio; todo emite dióxido de carbono
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La UE propone que los países industrializados reduzcan sus emisiones hasta un 80% en 2050

Bailén es un pueblo de 19.000 habitantes con 40 ladrilleras como la de Núñez afectadas por el protocolo. El coque usado para cocer el barro emite CO2

(dióxido de carbono). La empresa de Núñez emite unas 5.000 toneladas al año. El negocio comenzó en 1963, cuando Juan Miguel Núñez, padre de Manuel, fundó el negocio aprovechando el primer boom de la construcción. El carbón, la gasolina, el petróleo, cualquier combustible fósil, emite dióxido de carbono al quemarse. Eso es inevitable. No hay nada que hacer. Es de primero de química.

El problema es que Núñez no está solo. En España se emiten 400 millones de toneladas de CO

2 equivalente, una medida que convierte en CO2 los seis gases de efecto invernadero (metano, óxido nitroso y tres gases industriales además del CO

2). En el mundo se emiten unas 6.000 millones de toneladas al año, una cifra en continuo ascenso. Es el fruto del desarrollo, de la revolución industrial, de la máquina de vapor, de la era del petróleo. Casi todo lo que nos rodea emite CO

2.

Cuando usted enciende la luz por la mañana, emite CO2 en la central térmica que le suministra la electricidad, que la generó quemando carbón. La gasolina de su coche emite CO

2; la fábrica del vidrio de sus gafas emite CO2; el cemento para la autovía que le lleva al trabajo emite CO2, la calefacción de su oficina en verano y el aire acondicionado en invierno emiten CO2. Siderurgia, metalurgia, papeleras, cementeras, cerámicas... todas emiten CO2.

Tanto CO2, desde la pequeña chimenea de Manuel hasta la gran térmica de Iowa, tiene consecuencias. El CO2, y otros gases en menor medida, se acumulan en la atmósfera. En la historia, la concentración de CO

2 en la atmósfera ha variado entre 200 y 300 partes por millón (ppm). Actualmente está en 370 ppm. Las primeras previsiones calcularon que en 2050 la concentración llegaría a las 550 ppm. Puede que se alcance antes.

La atmósfera contiene pequeñas proporciones de ciertos gases que son casi transparentes para la radiación solar, pero casi opacos para la radiación infrarroja que emite la superficie terrestre de vuelta al espacio. Así la atmósfera absorbe calor que sale de la Tierra y lo envía de vuelta a la superficie. Es el llamado efecto invernadero. Si aumenta la presencia de esos gases en la atmósfera, la superficie terrestre aumenta su temperatura. La acumulación de CO

2 y otros gases por la actividad humana está causando una subida de temperatura a escala mundial.

El catedrático de Física de la Atmósfera de la Universidad de Castilla-La Mancha y experto en cambio climático, Manuel de Castro, explica que "la temperatura global media ha subido 0,6 grados de media en el último siglo y la tendencia es que siga subiendo, especialmente en las zonas más cercanas a los polos". La década de los noventa fue la más cálida del siglo XX.

De Castro ha modelado qué puede pasar en España de seguir la emisión de gases de efecto invernadero. "Los modelos climáticos nos dan un aumento de la temperatura media de hasta siete grados en verano para el interior de la Península en el último tercio de siglo. En invierno, el aumento de la temperatura sería entre dos y tres grados menor". Para el planeta, los científicos prevén que la temperatura media será a finales de siglo entre 1,4 y 5,8 grados centígrados más alta que actualmente. El mayor aumento se dará en las latitudes más frías.

Predecir la evolución de la lluvia es más difícil. "Los modelos varían, pero en general se puede hablar de una disminución de la precipitación, que en verano puede ser de más del 50% hacia finales de siglo. En primavera también disminuirán las precipitaciones y esto es más importante en la estación que concentra una parte importante de las lluvias anuales en España", afirma De Castro. En el Levante y en otoño, podrían aumentar las lluvias favorecidas por el aumento de la temperatura del mar Mediterráneo, aunque esto presenta algo más de incertidumbre. La alteración en las precipitaciones podría deberse a que la Península estaría más influenciada por el anticiclón de las Azores y menos por las bajas presiones del Atlántico norte, las que traen lluvia

El jefe del servicio de Investigaciones del Clima del Instituto Nacional de Meteorología, Luis Balairón, apunta: "Lo malo no es el cambio de clima. La Tierra ha cambiado de clima otras veces de forma natural. Lo malo es lo rápido del cambio, que nunca se había dado en un siglo, sino en miles de años. Un bosque se adapta o cambia si la temperatura sube en 1.000 años, pero no sabemos qué hará si sube en 100 años".

Los efectos del cambio climático son enormes. "Las plantas se están desplazando a altitudes mayores en busca de su clima idóneo, como han comprobado investigadores españoles en el Montseny. Allí ha desaparecido una especie alpina y el bosque mediterráneo está más arriba que en 1950", explica el investigador en Ecología Evolutiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Juan José Sanz. Hay más ejemplos: la floración del olmo se ha adelantado unos 30 días en los últimos 30 años; la llegada de las golondrinas, 10 días en 30 años, según los registros del Instituto Nacional de Meteorología recogidos por Sanz. Sanz publicó en 2004 junto a 20 científicos europeos un artículo sobre cómo las aves están adelantando la puesta de huevos en respuesta al cambio climático.

Las aves y las plantas son buenos indicadores del cambio climático: o no tienen limitaciones geográficas o tienen demasiadas (o desaparecen si cambia el clima o migran). Otro ejemplo: desde hace cinco años se puede ver por Almería, Murcia y Alicante un pájaro llamado camachuelo trompetero, que hasta entonces no había salido de África. Las aves adelantan su migración y se desplazan hacia los polos en respuesta al calentamiento. Buscan su temperatura idónea.

Las observaciones de Sanz son coherentes con los datos recogidos en todo el mundo. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Austin (Tejas, EE UU) analizó todo lo publicado sobre el tema, estudios sobre más de 1.700 especies. La conclusión, publicada en la revista Nature, es que la mayoría de las especies estudiadas (más del 70%) ha cambiado su distribución de forma coherente con el cambio climático. Las especies se han movido una media de seis kilómetros hacia los polos en una década y la primavera se ha adelantado una media de 2,3 días por década.

Puede que el camachuelo trompetero no tenga importancia, pero pueden cambiar más cosas. Cada país está pensado en función de su clima. Su agricultura, sus embalses, el aislamiento de sus casas, sus infraestructuras, sus hoteles, su turismo, dependen en gran parte del clima.

Otro efecto del calentamiento es el aumento del nivel del mar, entre 10 y 20 centímetros en el último siglo según la zona del planeta. La fusión del hielo marino y de los glaciares contribuye a subir el nivel del mar y sobre todo el calor: al aumentar la temperatura, el agua se expande.

Para combatir el problema surgió el Protocolo de Kioto. El cambio climático es una preocupación reciente. En 1988, la ONU creó el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), un grupo de expertos que sentaron las bases sobre el cambio climático. En diciembre de 1997, tras maratonianas jornadas de negociación en la ciudad japonesa de Kioto, 150 países firmaron el protocolo para al menos reducir en 2012 un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al nivel de 1990. El acuerdo fue calificado en su día como de mínimos.

El texto entra en vigor el día 16, después de que lo hayan ratificado 126 países que emiten más del 55% de los gases de efecto invernadero. Entre los países que lo han ratificado están los 25 de la UE, Rusia, China, Argentina, Chile, Canadá... Estados Unidos, el mayor emisor de gases contaminantes, que emite el doble de CO2 por habitante que Europa, se niega a firmarlo.

La reducción de emisiones sólo afecta a 33 países desarrollados porque los países en desarrollo no están obligados a contaminar menos. La UE acordó reducir sus emisiones un 8%, pero como no todos los países partían de la misma posición, repartió. España puede aumentar sus emisiones un 15% respecto a 1990. Algo que ya ha sobrepasado con creces pues triplica ese nivel de crecimiento y ahora tiene que reducirlas.

Para ello, el Gobierno ha contactado con Manuel Núñez y con casi un millar de instalaciones y les ha asignado unos derechos de emisión de CO2. Si lo sobrepasan, tendrán que pagar en forma de compra de derechos de emisión a un precio aún desconocido. Aunque las empresas como la de Núñez pueden verse más afectadas al ser empresas pequeñas, el grueso de la reducción lo tendrán que hacer las eléctricas, que emiten un 25% del CO2 industrial.

"Me han asignado 4.300 toneladas de CO2 al año. Yo comprendo que si hay que emitir menos para evitar el desmadre del clima, lo tendremos que hacer, pero será difícil reducir las emisiones lo que me piden", explica Núñez. Y se pregunta: "¿De qué sirve que recorte yo las emisiones si Estados Unidos sigue quemando carbón?". Bailén puede vivir "una reconversión" por el protocolo. La ciudad produce un 7% de los ladrillos de España y tiene 40 instalaciones incluidas en el Plan de Asignaciones. "Si no puedo usar carbón, que me den una solución. Dicen que usemos gas, pero cuestan muchos millones de pesetas y además aquí no llega gas suficiente", señala Núñez inquieto. Su caso ilustra las implicaciones económicas que conllevará cumplir el acuerdo.

Pese a los problemas, la industria cumplirá con el objetivo, según el secretario general para la Prevención del Cambio Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri. El plan del Gobierno es reducir las emisiones un 0,4% hasta 2007 y deja el grueso de la reducción para el periodo 2008-2012. El Gobierno calcula que cumplir la primera fase costará 85 millones a las empresas.

Pero no es sólo la industria. Aunque todas las instalaciones cumplan, el objetivo estará lejos. La industria es responsable de un 40% de las emisiones. El resto son los "sectores difusos", principalmente transporte y vivienda.

El director general de la empresa Isover, Ulpiano Gómez Agudo, afirma que "no es justo cargar la reducción de emisiones en la industria". Gómez Agudo vive el protocolo por partida doble. La empresa Isover tiene una decena de plantas que funden vidrio y que tienen que emitir menos. Por otro lado, Isover es uno de los principales fabricantes de vidrios y aislantes para las casas, algo imprescindible para cumplir con el Protocolo de Kioto.

Una casa nueva en España consume un 40% más de energía que en Francia, según el Ministerio de Medio Ambiente. Para reducir el consumo, el Gobierno prepara desde hace cinco años un nuevo Código Técnico de la Edificación, la norma que dice cuánto deben aislar muros, ventanas y suelos en las casas. El nuevo sustituirá a la edición de 1979, que surgió tras la crisis del petróleo.

"Hay un margen de ahorro enorme en la vivienda. Con 300 euros más de gasto, se puede ahorrar un 30% de media de energía por vivienda y se amortiza la inversión. Lo malo es que hemos perdido años en los que se ha construido muchísimo", afirma Gómez Agudo. Sólo en 2004 se iniciaron 675.000 viviendas. Una directiva europea obligará a etiquetar la eficiencia energética de las casas como se hace con los electrodomésticos. Además habrá que fomentar el transporte público para ahorrar gasolina, algo que actualmente parece una utopía.

Núñez, De Castro, Sanz, Gómez Ulpiano, empresarios, científicos, biólogos, son sólo unos ejemplos del problema mundial que supone el cambio climático; del reto colosal de reducir las emisiones, y del cambio en la vida que requiere atajar el calentamiento del planeta. Suerte.

Vista general de Megalopoli (Grecia).
Vista general de Megalopoli (Grecia).ASSOCIATED PRESS
Manuel Núñez, en su ladrillera de Bailén.
Manuel Núñez, en su ladrillera de Bailén.JOSÉ MANUEL PEDROSA
Ulpiano Gómez Agudo, en su despacho.
Ulpiano Gómez Agudo, en su despacho.BERNARDO PÉREZ

¿Y si no cumplimos?

¿Qué pasaría si España no cumple el Protocolo de Kioto? España emite actualmente un 45% más que en 1990. El acuerdo de la UE para cumplir con Kioto asignó que España podía emitir en 2012 un 15% más que en 1990, el año de referencia para el acuerdo. España es el país industrializado más alejado de su objetivo. Rebajar las emisiones al nivel exigido no será sencillo.

La UE ha previsto multas para los países que incumplan, aunque aún no están detallados los mecanismos. Ésa sería la primera sanción.

La segunda sí está detallada. Se trata de un mercado de emisiones. El sistema permite a un país que alcance 2012 con menos emisiones de las que se le autorizan a vender las toneladas que le sobren a otro que las necesite para cumplir con su tope máximo. Este mecanismo ha sido básico para lograr la entrada en vigor. Rusia ratificó el tratado en octubre pasado pensando en lo que puede ingresar debido a que ha reducido mucho sus emisiones debido al cierre de plantas industriales contaminantes heredadas de la época comunista.

Otra forma de cumplir con el acuerdo son los mecanismos de desarrollo limpio. Un país desarrollado, mediante un proceso de cooperación en un país en vías de desarrollo, consigue que este ahorre emisiones. El país desarrollado se resta las emisiones ahorradas de su cupo.

España ya cuenta con recurrir a la compra de emisiones. Los planes del Gobierno prevén que en 2012 las emisiones superen en un 24% el nivel de 1990. El 9% restante restante, hasta el 15% de aumento que fija el acuerdo, vendrá de la compra de derechos de emisión (un 7%) y de los proyectos de cooperación (2%). Cuánto costarán los derechos de emisión es difícil de predecir, porque el mercado de emisiones es como la Bolsa y los cálculos de precio varían mucho. Así que el coste de incumplir con Kioto depende en parte de la bolsa del CO2. El Congreso aprobó por unanimidad cumplir el tratado.

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