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Familias de Sallent llevan 40 años viviendo en pisos agrietados

Unas 400 familias residentes en en L'Estació, un barrio de Sallent (Bages), viven desde hace 40 años sobre una cavidad, situada a 200 metros de la superficie, que podría albergar la catedral de Barcelona. Aseguran que el suelo sobre el que se asientan sus casas se está hundiendo, y no de manera uniforme. Los geólogos, por su parte, consideran que el proceso sigue activo y no tiene fecha límite. Por eso, después de 10 años esperando respuestas de la Administración y de ver por televisión las rápidas promesas políticas para el barrio del Carmel, en Barcelona, claman a la Generalitat que se les atienda por igual.

La estructura de los edificios no soporta la tensión que le causan los desniveles de las líneas de fractura y se agrietan. Algunos vecinos han vivido años viendo el cielo por las grietas de las habitaciones mientras dormían. Se han derruido edificios en los que había riesgo para las personas y se ha desalojado a vecinos, pero el proceso no tiene límites.

La Administración ha determinado que esta zona no puede ser urbanizada -los geólogos opinan que el terreno sólo es útil para hacer un jardín-, y los vecinos han perdido, de momento, su patrimonio. La misma Generalitat es parte del patrimonio, porque en el barrio se encuentra ubicado el instituto de Sallent, también afectado por las grietas, aunque de momento levemente.

La acción de disolución ha comportado la presencia de una filtración de agua dulce en una galería de donde se extrajo potasa desde 1932 hasta mediados de los años cincuenta, cuando se abandonó precisamente por los problemas que ocasionaba el fenómeno. Pero el problema quedó en el interior de la mina. Ni el municipio de Sallent ni la Generalitat han dispuesto hasta los últimos años de los planes de explotación que marcan la situación de las galerías.

Inquilinos humildes

Sin información oficial, sobre la vieja mina se construyó un barrio en las décadas de 1960 y 1970. Desde 1963 hasta 1970, la parroquia de Sallent impulsó la creación de los bloques de Comamala Poal con la finalidad de poner a disposición de las clases más humildes edificios asequibles y dignos.

La Administración ha ofrecido a los vecinos la posibilidad de adquirir las viviendas en las que han sido realojados a precios asequibles y en condiciones de bajo crédito. De momento, la Administración ha realojado a unas 80 familias en pisos de Adigsa, en el mismo municipio o en la comarca, pero sin resolver los problemas legales. Todos los vecinos, los que debieron marcharse en 2002 y los que lo hicieron el verano pasado, están en una situación precaria.

Mañana, los directores de planificación, urbanismo y vivienda de la Generalitat, explicarán en Sallent la causa del problema. Para el próximo 23 de marzo, el Gobierno catalán se ha comprometido a dar una solución.

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