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El edil Garrido pone su futuro político en manos del alcalde

IU y PSOE arremeten contra el concejal que invitó a manifestarse contra el Gobierno

La junta de distrito de Vallecas Villa vivió ayer uno de los plenos más enfrentados de los que recuerdan los vecinos. IU había presentado una moción de urgencia para pedir la dimisión del concejal presidente, Ángel Garrido García, del PP, por escribir una carta en la que invitaba a sus correligionaros a que acudieran a una manifestación por las víctimas para arremeter así contra el PSOE. Pero el edil dejó su suerte en manos de su jefe, al decir a la representante de IU: "Mire usted, si el alcalde Gallardón quiere que me vaya, me lo dice y al minuto me voy".

Era la primera sesión plenaria que Garrido presidía después de los incidentes ocurridos en la manifestación convocada por las víctimas del terrorismo, y en la que este concejal, como responsable de los distritos del PP de Madrid, convocó a los militantes populares a acudir para protestar por la política antiterrorista del PSOE. Ayer, el grupo municipal de IU aprovechó esta sesión para pedir el cese de Garrido por "emplear" "de forma partidista, contra el Gobierno de la nación" una manifestación convocada el pasado 22 de enero por las víctimas del terrorismo.

En el pequeño salón de plenos no cabía un alfiler. Media hora antes del inicio de la sesión, las butacas estaban llenas y hubo que cerrar las puertas porque no cabía nadie más. Unas 50 personas se quedaron a las puertas gritando: "¡Queremos entrar... queremos entrar!". Un altavoz hacía resonar la frase por toda la calle; 20 policías municipales custodiaban los pasillos de la estancia y los que dan acceso al salón.

Para que una moción de urgencia pueda debatirse en un pleno, primero se tiene que aprobar la urgencia de la moción, y luego se debate y, si llega el caso, se toman en consideración algunas enmiendas presentadas por los grupos políticos. Pero la urgencia de la moción presentada por IU no fue aprobada al imponer el PP la mayoría de sus votos.

Aun así, el secretario de la junta dio lectura a la moción. Después, la portavoz de IU, Carmen Cortes, la defendió: "Señor Garrido, ha caído usted en la indecencia de emplear una manifestación convocada por las víctimas del terrorismo en una acción convocada contra el Gobierno de la nación. Ha salido a jalear al personal, a sembrar el odio en las calles y a echar leña al fuego, un acto peligroso para una sociedad demócrata como la nuestra".

Gritos

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"Izquierda Hundida", gritaba un seguidor del PP, haciendo un juego de palabras con el nombre de esta formación. "Y encima, tenemos que callarnos", se quejaba otro. "Convocó a la gente contra el terrorismo, no con un fin político", chilló un tercero.

Garrido a duras penas lograba que las voces se convirtieran en murmullos. Cortes aprovechó la ocasión para acusarle: "Usted ha creado este odio que hoy se palpa aquí". Y continuó defendiendo la moción: "Es usted un indigno representante de la democracia". "¿Cómo ha dicho? Cuidadito con esas palabras", defendían al edil desde las butacas. Ella continuó: "¡Qué poquito respeto a las víctimas y a su dolor ha tenido usted al redactar esa carta...!". Un seguidor del PP le espetó: "Siempre abriendo heridas...". Y Cortes apostilló: "Los hechos ocurridos el 22 de enero pasado son lamentables. No se puede reclamar la unidad de las víctimas y de los demócratas para luego incumplirlo".

En su contestación a la portavoz de IU, Garrido proclamó: "Mire usted, si el alcalde Gallardón quiere que me vaya, me lo dice y al minuto me voy".

La concejal del PSOE Pilar Estébanez había solicitado en otra moción de urgencia aprobar una queja del pleno de Villa de Vallecas porque "no ha habido desautorización de la actitud de Garrido ni por el PP ni por el alcalde". "Queda implícito que lo están apoyando", afirmó.

Tras los aplausos de sus correligionarios, el concejal prosiguió: "Le recuerdo que quien habla con los terroristas es IU en el País Vasco". Y terminó: "Es un honor para mí que usted me pida la dimisión. Si usted no quiere trabajar conmigo, yo tampoco quiero trabajar con quienes dialogan con los terroristas". Eso provocó una gran ovación de los populares y gritos de "fuera, fuera" de los seguidores de la izquierda.

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