La UE limitará las ayudas a aerolíneas que operen en aeropuertos regionales
Sólo se sufragarán nuevas líneas en aeródromos con menos de 5 millones de pasajeros al año
La Comisión Europea limitará la concesión de ayudas de Estado a las compañías aéreas que abran nuevas líneas en aeropuertos regionales y fijará condiciones para el apoyo público a estas instalaciones. Bruselas plantea, en un borrador del proyecto, que sólo se puede subvencionar la apertura de líneas en aeropuertos con tráfico anual inferior a cinco millones de pasajeros durante un máximo de cinco años y sin superar el 50% de los costes que supongan para las aerolíneas. Una asociación de líneas de bajo coste se opone a "esta regulación por la puerta de atrás".
"Hay que tomar medidas para promover los aeropuertos regionales y el desarrollo de nuevos servicios aéreos en Europa", señaló el vicepresidente de la Comisión responsable de Transportes, Jacques Barrot. En 1998, las compañías que operan en estos aeropuertos (básicamente, las de bajo coste) apenas tenían el 3,1% del mercado. En 2003, ya rodaban el 12%. Ese año, Ryanair transportó 1,7 millones de pasajeros a través del aeropuerto de Charleroi, a 60 kilómetros de Bruselas. En 2004, superó los dos millones de viajeros.
Fue el espectacular éxito de Ryanair en Charleroi y las ayudas que recibió del Gobierno de Valonia lo que llevó a intervenir el año pasado a la Comisión, que repudió los términos en que Ryanair había logrado la concesión y obligó a la compañía a devolver cuatro millones de euros. La aerolínea dice haber realizado el desembolso, pero ayer la Comisión no tenía la confirmación de las autoridades belgas.
La Comisión distingue entre las ayudas a aeropuertos y a la compañías, que serán las que se pueden beneficiar de ayudas al establecimiento de nuevas líneas o al incremento de frecuencias de las existentes: hasta un tope del 50% de los costes de lanzamiento durante un tiempo máximo de cinco años, aunque señale que la norma promedio buscada es de un 30% en tres años. La propuesta define como gastos sufragables por el erario público los que no corren de forma regular a cargo de la compañía y pone como ejemplo los de publicidad de una nueva conexión o los del establecimiento de una línea, pero quedan expresamente excluidos el pago por los aviones, el carburante o los salarios de la tripulación.
El plan, que será consultado con los gobiernos y con las compañías antes de 7 de marzo con el fin de poder aprobarlo antes del verano, establece cuatro categorías de aeropuertos: grandes aeropuertos, con más de 10 millones de pasajeros al año; aeropuertos nacionales (de cinco a 10 millones); grandes aeropuertos regionales (de uno a cinco millones) y pequeños aeropuertos regionales (menos de un millón). Las dos primeras categorías no dan derecho a recibir ayudas. En España entran en el primer grupo Madrid, Barcelona, Palma y Málaga. En la segunda figuran Gran Canaria, Tenerife Sur y Alicante. En la tercera categoría están Bilbao, Valencia, Girona (por donde pasaron casi tres millones de viajeros, gracias Ryanair), Sevilla o Santiago. En la última categoría hay 24 aeropuertos en toda España, según AENA.
Las ayudas, que se revisarán cada cinco años por si un aeropuerto sube o baja de categoría, quedarán condicionadas a que no sean para abrir conexiones entre puntos ya cubiertos; entre ciudades comunicadas por trenes de alta velocidad, o que supongan el cierre de otras conexiones. También se pueden autorizar ayudas a los aeropuertos del segundo grupo en casos excepcionales.
[EasyJet anunció ayer su intención de implantar una base en España con el fin de comenzar a operar vuelos nacionales. Para la base, que empezaría a operar en 2006, según Ed Winter, director general de la compañía, se barajan cuatro aeropuertos: Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga].
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