Enrique Múgica, ese señor tan importante
Viernes 28 de enero, Jornadas de la Paz celebradas en el I.E.S. Néstor Almendros (Tomares). Presentación de las jornadas a cargo de la coordinadora del evento. Carpa prefabricada llena de adolescentes que creen en la paz y en la convivencia. Se nos comunica la presencia del Defensor del Pueblo, don Enrique Múgica, para (textualmente) "que lo saludéis y charléis con él". Empiezan las jornadas. A media mañana veo al señor Múgica departiendo con otras personas (mayores y enchaquetadas). Se me ocurre una idea: buscar a mis dos mejores alumnas, Alicia y Saray, de Cortapunto, la revista escolar que hacemos en el instituto. Las localizo. Les cuento mi idea: hacerle un par de preguntitas y una foto al Defensor del Pueblo. "¿Y qué es eso de Defensor del Pueblo?", me preguntan. "Pues una persona muy importante que lucha por que vuestros derechos como ciudadanas se cumplan". Nos acercamos al señor Múgica. Esperamos a que termine de departir con ese grupo de personas. Me presento y le presento a mis dos alumnas que, con boli y papel y cámara de fotos, esperan nerviosas. El señor Múgica acepta amablemente. Saray le hace la primera pregunta. "¿A qué se dedica usted?". Buena pregunta, pienso. El señor Múgica repite: "¿Que a qué me dedico? ¡Vaya pregunta!... Pues la figura del Defensor del Pueblo es mgrtuffmormusftod del artículo spronufkjdldkkmeoorr Constitución y musmoifgnreet..."
Miro a Alicia, que ha dejado de escribir, pues no entiende lo que le está diciendo el señor Múgica, el cual parece no entender que enfrente tiene a dos chicas de 16 años. Al darse cuenta de que Alicia ha dejado de tomar notas, la mira fijamente: "¿No tomas notas?¡Vamos, esto es el colmo! Sin grabadora, sin tomar notas...¡qué improvisación...¿Y vosotras sois periodistas? ¡Vaya aprendices de periodistas!"
La última frase la pronuncia ya girándose, dejándonos con la vista de una espalda grande y encorvada (¿el peso del poder?), embutida en un serio abrigo azul marino. Nos ignora, pero antes ha tenido tiempo de humillarnos. Mis alumnas me miran y en su mirada veo una pregunta: ¿Y este señor tan importante es el que defiende mis derechos? ¿Y este señor tan importante es el que me protege de los abusos? ¿Y este señor tan importante me humilla y me ignora en unas Jornadas sobre la Convivencia Escolar? ¿Y este señor tan importante era el que ha venido para que lo saludemos y charlemos con él? ¿Y este señor tan importante por qué sonríe ahora ante una cámara de televisión frente a un micro con un bonito logotipo? ¿Y este señor tan importante no habrá dicho o dirá alguna vez que "los políticos tenemos que ilusionar a los jóvenes"? ¿Y este señor tan importante recibe el nombre -¿significan algo ya las palabras?- de Defensor del Pueblo?
Señor Múgica, no hubo necesidad de grabadora porque sus palabras quedaron grabadas en un lugar del que nunca podrán borrarse. Gracias.
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