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Reportaje:

Pueblos devotos de los dioses

El Museo Vasco muestra en Bilbao el discurrir de la vida cotidiana de las culturas precolombinas

Mirando a los dioses ha titulado el Museo Vasco de Bilbao (plaza de Miguel de Unamuno, 4) la exposición que muestra hasta el próximo 24 de abril. Un título que resume la filosofía cotidiana de las culturas precolombinas, que habitaron América antes de la llegada de los europeos. "Todo cuanto hacían los habitantes de aquellas tierras, desde lo más simple a lo más laborioso, estaba encaminado a agradecer algo a los dioses, ya que eran pueblos de una gran religiosidad", indicó ayer Jordi Muñoz, en la presentación de la muestra.

Muñoz es el responsable de exposiciones de la Fundación Clos, de cuyos fondos proceden las piezas que se pueden ver ahora días en Bilbao. La Fundación Clos es una entidad privada, creada por un empresario catalán del sector de la hostelería, Jordi Clos Llombart, enamorado de las culturas de la antiguedad, explicó Muñoz. "Los fondos más importantes con que cuenta la fundación son los que proceden del antiguo Egipto, con los que se ha creado el Museo Egipcio de Barcelona, que visitan unas 60.000 personas al año. Pero también dispone de una importante colección de mosaicos romanos y otra de piezas de arte precolombino, una parte de las cuales se muestra en Bilbao, concretamente 40 de un total de 125".

La muestra coincidirá durante más de un mes con la del Guggenheim sobre 'El Imperio Azteca'

Mirando a los dioses está organizada de manera divulgativa, con grandes paneles explicativos, dos maquetas y un vídeo que se proyecta de forma continuada. "la exposición se presenta como un libro abierto, y el visitante va caminando por las páginas de este libro", indicó Jordi Muñoz. Las piezas, la mayoría de cerámica, se presentan protegidas en urnas. "Más allá de las culturas más conocidas, como la maya o la azteca, de las que también hay objetos, en esta exposición se presentan piezas de otras muchas culturas menos conocidas, como la Diquis, Nayarit, Colima, Quimbaya o Jalisco, por ejemplo. De la época precolombina hay mucho más de lo que se habla habitualmente", afirmó Muñoz.

Las actividades cotidianas de las culturas precolombinas tenían como eje central el culto a los dioses. A ellos les ofrecían todos sus actos, desde sembrar un campo a organizar una batalla. El recorrido por la muestra, que coincidirá durante más de un mes con la gran exposición del Museo Guggenheim sobre El Imperio Azteca (del 15 de marzo al 18 de septiembre), comienza con unos grandes paneles con la cronología de las culturas más importantes de Amerindia, como se denomina al continente americano antes de la llegada de los conquistadores, y el mapa físico de la zona. Para Belén Greaves, diputada de Cultura, se trata de "un tema amplio y lejano en el tiempo, una muestra de gran interés por la belleza de sus piezas y por su valor didáctico". La diputada reconoció que la coincidencia entre esta muestra y la del Guggenheim ha sido una casualidad, pero que una le da "continuidad" a la otra.

Cómo eran las viviendas de los antiguos pobladores de Amerindia, cómo se vestían, en qué basaban su sustento, cómo eran sus ritos funerarios y cómo incidía el clima de las distintas zonas en sus habitantes, son algunos de los aspectos más importantes que se detallan en el recorrido por las salas del Museo Vasco. Ese itinerario finaliza con la explicación del papel protagonista que tuvieron los sacerdotes y los templos, así como el de los animales míticos, los ritos y las fiestas más importantes. Las dos maquetas que incluye la muestra representan, una, el juego de la pelota y, la otra, la actividad de un mercado.

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Este mundo desaparecido se desgrana en la exposición de la que forman parte de la misma figuras femeninas de terracota o figuras antropo-zoomorfas. Los ritos están representados con pequeños ídolos o con una urna funeraria de forma ovoide de la cultura Tamalameque (que se desarrolló de los años 200 al 600), por ejemplo.

Pero no todo es barro. También se pueden ver algunas joyas, como unos pendientes semicirculares de otro de la cultura Sinú (del 150 antes de Cristo al 1500 de nuestra era) y una nariguera (pendiente para la nariz), también de oro, de la cultura Tairona (del año 600 al 1500).

"A la hora de organizar esta muestra y elegir las piezas que forman parte de la misma, de gran valor arqueológico, se ha cuidado mucho el aspecto estético y se han llevado a Bilbao objetos bonitos", comentó Muñoz, sobre el criterio de la Fundación Clos a la hora de seleccionar las 40 piezas que componen Mirando a los dioses de entre las 125 de sus fondos.

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