Kome hunde al Numancia en el abismo

En un duelo en el que se jugaba la vida, el Numancia certificó en Getafe que por algo es el farolillo rojo de la disciplina. Con un mísero empate como máxima conquista fuera de casa, retardó su primer disparo a puerta, obra de Merino, hasta un minuto antes del descanso. Por contra, el Getafe salió al césped airado, consciente de que buena parte de los garbanzos de Primera se cocían contra los sorianos, sobre los que aumenta su renta a 12 puntos de diferencia.

Dentro de las relativas dificultades del Getafe para convertir en gol las innumerables ocasiones que suele tejer, malestar más o menos arreglado desde el cambio de año, tuvo que ser Kome, que debutaba como titular, el autor del único gol del encuentro y primero de su cuenta corriente. Lo logró tras un centro picado del capitán, Vivar Dorado, a Craioveanu -junto a Gabi, los peones más exquisitos de Quique Flores-, que pasó en el área chica al delantero camerunés para que marcara, libre de presión, en la típica jugada al segundo palo que se sabe cualquier primerizo.

La defensa del Numancia, en cambio, hacía agua cada vez que el Getafe se acercaba a la portería de Juanma. Con muy poquita cosa, mascando el cuero hasta que la zaga descubriera una brecha, Gabi y Vivar Dorado se alternaron en la tarea de elaborar el juego mientras Diego Rivas, el pulmón de su equipo, ganaba todos los balones que pasaban por su parcela en el centro del campo.

Bajo un chaparrón de agua y de tarjetas -Moreno Delgado enseño 11 cartulinas amarillas- que devino en una segunda parte plagada de interrupciones, Velasco salvó bajo los palos una salida en falso del guardameta soriano a un disparo de Yordi. Fiel a su destino, el Getafe desperdició esta y otras ocasiones, como los disparos desde media distancia de Gabi. Viendo que no le remataban y que los centrales azulones se excedían en despistes, el Numancia se vino arriba y a punto estuvo de irse con las tablas. No habría sido justo.

Para evitarlo, Sánchez Broto tuvo que emplearse a fondo para desviar un cabezazo envenenado de Rafa a servicio de Graff. El Numancia erró sus escasas opciones mientras la grada suspiraba y veía debutar a Asen, que una semana antes jugaba en los campos de Segunda B. Dio muestras de buen talante, sin desentonar en su presentación en Primera. En cambio, el Numancia, más que oler, despide un tufo a Segunda.