_
_
_
_
ESTA SEMANA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mayor riesgo de aislamiento político

Animados ellos mismos por la creencia de que han logrado torcer el brazo a los socialistas en la polémica en torno a las cesantías y el "pensionazo" que se contemplaban en el acuerdo de Impulso Democrático, los populares quieren más, y, esta semana, volverán a la carga reclamando lo que estiman como nuevas rectificaciones en esta materia para dejar fuera de toda prebenda, como ellos lo llaman, lo que se recoge en dicho acuerdo para los directores generales y delegados provinciales de la Junta. Mientras tanto, el PSOE se apresta a cerrar el acuerdo con IU y PA acentuando así el cerco y el aislamiento político que viene caracterizando al PP en nuestra comunidad.

Algo de eso se puede visualizar en el Pleno del Parlamento que reanuda su actividad tras el "parón" navideño. En la sesión de control, Teofila Martínez tendrá oportunidad de emerger a la superficie dirigiendo preguntas al presidente Manuel Chaves en relación a este asunto. Todo hace indicar que, en efecto, el Jefe del Ejecutivo andaluz no va a renunciar a disfrutar en su día de las consignaciones que le corresponda en virtud de dicho acuerdo, una vez cese su actividad como presidente de la Junta. Menos mal, porque así, el presidente del PP, Javier Arenas no tendrá que llevar hasta sus últimas consecuencias su compromiso a renunciar a la pensión que él ya sí esta cobrando como ex ministro y que se aproxima a los 6.000 euros al mes, cantidad nada despreciable que se añade a su asignación como diputado en el Congreso. De consumarse esta amenaza, hubiera puesto en un serio aprieto a compañeros suyos de gobierno que prefieren pasar a la historia más que como ex ministros, como ilustres ex secretarios de Estado, que lo fueron, para así cobrar una cesantía de mayor cuantía, tal y como ocurre con Cristóbal Montoro, Juan Costa, José María Michavila o Elvira Rodríguez. En su derecho están mientras que otros se conforman por figurar en cómodos puestos como miembros "independientes" de consejos de administración de importantes empresas, auténticas regalías a las que muy bien podrían renunciar si mantuvieran un mínimo de coherencia ya que fueron nombrados por el gobierno del PP.

En todo caso, están por ver las rentas políticas que obtiene el PP en esta contienda mientras que los sondeos siguen apuntando su estancamiento en Andalucía sin que apenas se note la labor de Arenas. Además, puede que de este proceso salgan especialmente beneficiados IU y PA, dispuestos a seguir adelante en el compromiso con el PSOE para aplicar importantes reformas políticas en nuestra comunidad y que se han de reflejar en temas como el propio control del Gobierno o en el entramado administrativo y de representación en la RTVA. Por cierto, puede ser especialmente ilustrativo, sobre el concepto que tiene el PP en torno a la participación de la oposición en los medios públicos, seguir lo que está sucediendo en Cádiz con el proyecto de Martínez de crear una televisión municipal. El PSOE piensa recurrir a los tribunales ya que estiman que quieren dejarle fuera de los órganos de gobierno de dicho ente.

Y por si falta algo a la semana, la presencia en Gibraltar del submarino HMS Sceptre. Según Londres, se irá este miércoles. A pesar de que esta vez lo dicen por escrito, no es cuestión de fiarse si se tiene en cuenta cómo actuaron con el HMS Tireless. Estuvo un año en la Roca y, además, reparando sus sistema nuclear y con la anuencia, entonces sí, de un gobierno de José María Aznar que vivía en plena luna de miel con el primer ministro británico Toni Blair, de ahí que despreciara todo aquello que perturbara ese clima, tal y como sucedió con las protestas andaluzas. Son las mismas que ahora se han planteado por parte de la ciudadanía y que se han demostrado como la mejor medicina para luchar contra la prepotencia de la diplomacia británica que se ha evidenciado, una vez más, en este episodio que coincide en el tiempo, sospechosamente, con las esperanzas que genera el nuevo escenario de entendimiento que se verá plasmado el viernes en Málaga con el encuentro tripartito entre España, Reino Unido y Gibralta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_