"A mí Dios no me gusta; me gusta la Virgen"
Pregunta. ¿Y esto de irse a hacer las Américas a Estados Unidos?
Respuesta. Eso es Miguelico Marín [el productor], que nos lleva allí para que conozcan el flamenco. Tiene un buen gusto extraordinario al llevar a estos pedazo de artistas, quitando a uno.
P. ¿Usted está entre los pedazo de artistas?
R. Bueno, yo soy el pedazo.
P. Cantar en el Carneggie Hall no está mal, ¿no?
R. Hombre, hay sitios peores.
P. ¿Pero los americanos entienden de flamenco?
R. Los domingos. Los domingos tienen el corazón igual que todos los seres humanos. Es una broma. Los americanos tienen costumbre de escuchar toda clase de música, y a los mejores, y nunca les ha extrañado un cante flamenco o una guitarra. Y les gusta mucho.
P. Es el número uno, pero no vende una escoba. ¿A qué lo atribuye?
R. Al peinado. Me voy a comprar una peluca con flequillo y me voy a poner un imperdible en la oreja a ver si vendo más.
P. Los puristas del cante le temen más que a un nublado.
R. La verdad es que a mí la única pureza que me gusta es la de los niños y la de las estrellas.
P. Nació el día de Navidad. ¿Como Dios?
R. Bueno, hombre, yo me parezco un poco más a cualquier otro santo. Porque, además, a mí Dios no me gusta. Me gusta la Virgen.
P. Pues no le cuento el cabreo que debe de tener el Padre Eterno con su frase.
R. Es que Dios está jugando cada putada... No es mal chico. Lo que pasa es que le gusta trasnochar. Pero no es mal muchacho. Sin embargo, la Virgen representa a la madre, que siempre inspira mucha ternura.
P. Fue de los seises de la catedral de Granada. ¿Cómo no se quedó de monaguillo?
R. Porque me tocó una botella de ponche, nos la bebimos entre tres o cuatro niños, nos descalabramos, y nos echó el canónigo a patadas.
P. Y fue el primer cantaor que se sentó en una silla. ¿Por qué?
R. Es que antes tardábamos mucho en llegar a los sitios. Hoy está el AVE. O el avión. Pero antes tenías que coger un autobús, después un tren, te metían en una pensión y llegabas reventado al escenario. Tenías que sentarte.
P. ¿Su niña Estrella le salió hecha un primor?
R. Afortunadamente, sí.
P. ¿Tiene un rollo freudiano con ella?
R. No creo. Hay un gran cariño, por supuesto, y en la cosa artística es en lo que mejor nos entendemos.
P. Dicen que dijo sobre el torero Javier Conde: "Estrella se casó con el peor del escalafón".
R. No, hombre. Yo siempre he admirado a Javi Conde. La primera vez que lo vi torear me pareció impresionante. Esa frase no es mía. Digo otras peores, pero esa, no.
P. ¿Es de los granaínos con mala follá?
R. Sí, bastante. La mala follá de Granada, si es buena tiene mucha gracia. Te tiras de risa. Y una cosa es mala follá y otra, mala folla. Quien tiene mala folla tendría que estar ahorcado.
P. Toda una vida trabajando. Y luego llega de Eurojunior la niña María Isabel, vende más que todos y les quita los donuts.
R. Bueno, es que tener la gracia y es desparpajo de esa niña no es fácil, ¿eh? Valoro muchísimo que nos pase por delante: y además, merecidamente.
P. ¿Antes muerto que sencillo?
R. Uy, yo soy muy complicado. De sencillo, nada.
P. ¿Cuáles son sus complicaciones?
R. La ropa. A ver qué camisa te pones que no estalle el botón del pecho.
P. Actuó ante los Reyes en la inauguración del Museo Picasso de Málaga. ¿Es el cantaor de cámara?
R. Pues la verdad es que sí. Pero de la cámara donde se guardan los jamones.
P. ¿Hay alguna pregunta que le ponga más nervioso que la de si el flamenco es arte o folklore?
R. El flamenco tiene de las dos cosas. Y estoy a favor de las dos cosas, pero estoy a favor de que se distingan.
P. "Todo el mundo tiene una pata que cojea". ¿Cuál es la suya?
R. Si fuera solamente una... Yo cojeo de la de la pereza. Soy perezoso hasta que me animo y me pongo a trabajar. Pero hasta que me arranco...
P. Era la guerra, y en sus letras "Aznar salió pegando tiros y Tony Blair tocando una guitarra sin cuerdas". ¿Qué hacen ahora?
R. Ahora están buscando aspirinas.
PERFIL
Con 62 años y tres hijos, canta el 12 de febrero en el Carneggie Hall neoyorquino, dentro del Flamenco Festival. Entre sus aficiones, andar por el campo, pero por la mañana. Es socarrón y tiene sorna, no usa reloj, porque lo pierde, y se apunta a esta sentencia: "A todo flamenco que se precie, lo que más le gusta es una risa y un cachondeo"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.