Constructoras con ambición desatada

No es el terremoto de 2002, cuando ACS se tragó a Dragados, Sacyr a Vallehermoso y Bami a Metrovacesa, pero el suelo de los sectores de construcción e inmobiliario no cesa de moverse. Y las réplicas y contrarréplicas sísmicas empujan a estas compañías, que marcan máximos, en Bolsa.

La decidida diversificación de actividades y mercados emprendida por todas ellas, la posibilidad de nuevas operaciones corporativas, el mantenimiento de grandes planes de inversión en obra pública por parte del nuevo Gobierno socialista y el extendido convencimiento de que la anunciada desaceleración en el desbocado crecimiento del mercado de la vivienda en España va a ser más suave y prolongada en el tiempo de lo que se temía, explican el buen comportamiento bursátil de estas compañías y el apetito de sus socios de referencia y gestores por reforzar su control y abordar compras y fusiones o situar filiales y negocios en los mercados de renta variable.

En los últimos meses se han producido compras como la de EHN por Acciona y la de Corsán por Isolux en España, o la de la Seoane por Sacyr y la de SFL por Colonial en el exterior; y dos importantes salidas a Bolsa, la de la filial de Ferrovial Cintra y la de la gallega Fadesa. Aparte del órdago lanzado por Sacyr sobre el BBVA.

Junto a estas operaciones se han producido cambios accionariales en FCC, donde se ha colado la competidora Acciona en el capital, y en ACS, donde Corporación Financiera Alba, Cortina y Alcocer y el presidente Pérez mantienen una especie de carrera para incrementar sus participaciones. También en OHL Villar Mir ha reforzado su control accionarial.