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El Gobierno catalán reactiva el plan de energía eólica

El proyecto permitirá alcanzar una producción mínima de 1.500 megavatios en 2007

Más de una década después de que se pusiera en marcha el primer parque eólico de Cataluña en Roses (Alt Empordà), el Gobierno de la Generalitat presentó ayer un "ambicioso" proyecto de implantación de este tipo de energía renovable. El plan, dado a conocer por el consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, y por el subdirector del Instituto Catalán de Energía, Ignasi Nieto, permitirá alcanzar una potencia mínima de 1.500 megavatios (equivalente al consumo de unas 850.000 familias) en 2007, objetivo fijado por la Generalitat para esta legislatura.

"Este plan nos permitirá recuperar el liderazgo en producción de energía eólica, porque hay otras comunidades que nos han pasado por delante", aseguró Rañé, en referencia a la baja producción de este tipo de energía en Cataluña, donde tan sólo hay siete parques que generan 94 megavatios, de los más de 6.200 que se producen en España.

La Generalitat ha autorizado 29 parques eólicos, que generarán 915 megavatios. De ellos, dos ya se están construyendo: Serra de Rubió (Anoia), con una potencia de 49,5 megavatios, y Tortosa (Baix Ebre), con 48,1. Un tercero, de 29,9 megavatios y localizado también en Tortosa, comenzará a levantarse este año. Otros 52 proyectos, que suman una potencia de 1.200 megavatios, están pendientes de la autorización administrativa.

La mayoría de estos proyectos estaban previstos desde hace años. Sin embargo, no se ha avanzado en su construcción, ya que no tenían garantizada la conexión a la red eléctrica para evacuar la energía producida. "Nos hemos encontrado con proyectos autorizados de más de 800 megavatios, pero ni las evacuaciones estaban claras ni todos los promotores estaban de acuerdo", resumió Nieto.

A diferencia de otras zonas de España, el mapa eólico catalán presenta una complicación: la diversidad de promotores para un mismo parque, cuando, por ley, sólo puede haber una línea y un punto donde volcar la energía producida. Ello había sido un obstáculo insalvable para las empresas promotoras, incapaces de llegar a acuerdos para compartir costos, según fuentes de la Generalitat.

Rañé aseguró ayer que, después de hablar con las partes implicadas -promotoras y eléctricas, Red Eléctrica Española y los municipios afectados-, la Generalitat "ha desencallado el problema". La clave para desbloquear el plan ha sido, según el Gobierno, la apuesta por compartir infraestructuras y la señalización de los puntos de conexión a la red. Además el consejero aseguró que la Generalitat no descarta intervenir si "una empresa con autorización no quiere construir la central", para impedir que los planes queden paralizados.

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Los proyectos de implantación de los parques se han agrupado en seis áreas geográficas (Terra Alta, Baix Ebre, Les Garrigues, Alta Anoia, Conca de Barberà y Alt Empordà) que cumplen tres requisitos fundamentales: están en zonas donde sopla el viento, el impacto ambiental es el mínimo posible y tienen garantizado un punto de evacuación a la red electrica.

El plan presentado ayer no pretende sólo alcanzar los 1.500 megavatios fijados por la Generalitat para esta legislatura, sino que, según el Gobierno, "crea las condiciones para llegar al objetivo de 3.000 megavatios de energía eólica en 2010". Se logre o no, no será suficiente para cumplir con el 12% de energía renovable que recomienda la Unión Europea. Las energías limpias suponen hoy apenas el 2,5% en Cataluña.

Parques eólicos en el mar

Siguiendo el ejemplo de Dinamarca, país líder en la implantación de parques eólicos en el mar, Nieto defendió la idea de que Cataluña disponga de este tipo de instalaciones en el futuro. El subdirector del Instituto Catalán de Energía reconoció que, según los estudios que se han llevado a cabo, "el delta del Ebro el único lugare" donde se pueden colocar molinos.

Nieto explicó que la profundidad máxima para instalar un molino en el mar ha de ser de 20 metros, por lo que la mayor parte del litoral quedaría descartada al quedar dicha profundidad demasiado cerca de la costa, lo que causaría un gran impacto medioambiental.

Según los estudios preliminares, el parque eólico que podría construirse en el delta del Ebro generaría 400 megavatios. Los molinos se instalarían a lo largo de entre cinco y ocho kilómetros de costa. Nieto admitió que su elevado coste, del "50% más que los construidos en tierra", aconseja priorizar éstos. Rañé, por su parte, puntualizó que para que el proyecto del delta prospere se han de hacer antes muchos estudios, entre ellos medioambientales, y se ha de contar con la autorización del Gobierno central, que tiene competencias sobre la costa.

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