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Entrevista:Santiago Sierra | ARCO 2005

"México es como una ciudad-tumor"

Santiago Sierra es un artista madrileño nacido en 1966 que hace más de una década se fue a Ciudad de México y logró allí tanto madurar su obra como alcanzar el difícil estatuto de artista verdaderamente internacional, que hoy expone en la Bienal de Moscú, mañana en la India y próximamente en la zona desmilitarizada de Corea. Y hay quien atribuye su éxito internacional al carácter polémico de su trabajo artístico que ha involucrado inmigrantes ilegales, parados, precarios, drogadictos y prostitutas en una estrategia que pretende hacer visible la situación que padecen estos colectivos. Santiago Sierra fue el artista invitado al pabellón de España en la pasada edición de la Bienal de Venecia.

PREGUNTA. ¿Por qué se fue a México?

RESPUESTA. Por muchas cosas y por ninguna en realidad. Fundamentalmente por hartazgo con lo que estaba pasando en el ambiente artístico de Madrid. Fueron más bien las ganas de irme que las de llegar a algún sitio. Intenté irme a Alemania y allí me tocaba estar demasiado abajo, en muy mala posición para trabajar. México al principio era una prueba pero me fue atrapando. Y ahora mismo ya no es una decisión, ya es mi lugar.

P. ¿O sea que no piensa regresar a Madrid?

R. No sé. En Madrid sigo sin ver un ambiente de trabajo adecuado y, además, ya no importa mucho dónde vivas. El trabajo que estoy haciendo es más aquí y allá, en Europa, en Estados Unidos, en Latinoamérica, y el sitio no es demasiado importante.

P. ¿Qué es lo que más le ha impactado de México?

R. Es un lugar alucinante, puedes estar viviendo como en Europa o como en Mogadiscio. Y todo eso genera una violencia que la ves en las calles, que la ves en las situaciones laborales y que es una fuente de trabajo acojonante. Y cuando hablo de violencia no me refiero a que haya tiros. Me refiero a que, cuando llegas a una gasolinera, te reciben diez personas desesperadas agitando un trapo para ver si se ganan simplemente una propina y mientras, al lado, tienes el mejor restaurante malayo de América.

P. ¿No le acusan de explotar la situación con el tipo de trabajo que hace?

R. Me parece una acusación muy simplista porque es imposible vivir en una situación así y no ser beneficiario de ella, obviamente si tu posición no es la de estar abajo. Y lo que intento poner en evidencia es justamente que el sistema del arte no es en absoluto ajeno a la situación. Habría que preguntarse cuánto cobra el vigilante del museo, la señora de la limpieza, bajo qué condiciones se trabaja en las galerías y cómo obtienen su dinero los coleccionistas.

P. ¿La ciudad de México es una megalópolis?

R. No estoy de acuerdo. México más bien tendría el rasgo de una ciudad-tumor. Si hay una zona internacional, como Polanco o algunos otros barrios, es sencillamente porque como están en mejores condiciones que el resto son un imán para blancos latinoamericanos o para europeos. Pero realmente no se produce una situación multicultural como la de Nueva York. México es más bien una ciudad recrecida de la inmigración interior generada por las malísimas condiciones en las que está el campo.

P. ¿Cómo ve el medio artístico de la ciudad de México?

R. La gran mayoría de las exposiciones se hacen como si estuvieran en Zúrich. Y quienes las hacen están formados fuera y son pocos los artistas que están tomando en cuenta las circunstancias que rodean México. Lo que hay -como dice el crítico Cuauhtémoc Medina- es una generación de mexicanos estadounidenses o de mexicanos europeos que están trabajando aquí como en una antesala de Estados Unidos.

P. ¿En el fondo es usted el más mexicano de los artistas actuales de México?

R. No, lo que pasa es que vengo de fuera, me puedo distanciar y puedo ser muchísimo mejor narrador de lo que está ocurriendo alrededor que el mismo mexicano que muchas veces lo que quiere es olvidar algo que le angustia o que no le resulta gratificante.

P. ¿Es usted un artista multicultural?

R. No, eso en absoluto. Soy lo que dice mi DNI y eso lo llevas dentro. Y aunque no se me da nada eso de ir españoleando por la vida he utilizado estratégicamente mi condición de español en México y en Latinoamérica donde es muy fácil identificar mi acento con la explotación simplemente por razones históricas. Lo utilizo para poner en evidencia cuestiones como el privilegio del blanco, el color del empleador, la diferencia o con el color del empleado.

P. ¿Está en medio del choque de civilizaciones?

R. Sí, yo creo que sí, que en eso sí que estamos. Y pienso que más en Latinoamérica donde el choque de civilizaciones es apabullante. Si te fijas en la diversidad cultural y lingüística que tiene México y lo traduces en lo que supondría en planes de estudio o en apoyos a las distintas lenguas, te carcajeas del problema de España, que tiene apenas cuatro lenguas.

P. ¿Se considera un artista proletario?

R. Mi tema fundamental es la clase trabajadora y el trabajador, y en ese sentido podría ser. Lo que pasa es que el artista como productor de objetos de lujo muy difícilmente puede llevar ese título. Puedes dar la lata, tocar los cojones. Pero creo que cualquier activista de izquierda me partiría la cara si me oyese decir algo así.

El artista madrileño Santiago Sierra.
El artista madrileño Santiago Sierra.

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