TVE prescinde de 'OT' para elegir al cantante de Eurovisión
Los espectadores votarán a su favorito en una sola gala
En sólo tres años se ha pinchado el globo de Operación Triunfo, el programa de telerrealidad que Televisión Española puso en marcha en otoño de 2001 para elegir a su representante ante el Festival de Eurovisión. En vísperas de las bodas de oro del concurso, el 21 de mayo en Kiev (Ucrania), TVE vuelve a recurrir, como hace años, a las compañías discográficas y al resto de la industria musical (Sociedad General de Autores y Editores y a la Asociación Fonográfica y Videográfica Española, entre otros), que propondrán sus respectivas canciones e intérpretes. Los espectadores elegirán con su voto telefónico la selección final, que se conocerá en una gala.
El desgaste de Operación Triunfo ha sido tal que los responsables de Televisión Española diseñaron el arranque de la temporada 2004-2005 sin el celebrado concurso. El entonces director de la cadena pública, Juan Menor, llegó a afirmar el pasado mes de mayo que OT "ya no es el de la primera edición", y que requería "una vuelta de tuerca". En septiembre, la productora del programa, Gestmusic (Crónicas marcianas), anunció que congelaba las negociaciones para renovar el contrato con TVE porque no veía en ésta "entusiasmo". Según una nota hecha pública ayer por Gestmusic, después de algún intercambio de pareceres con la directora general de RTVE, Carmen Caffarel, las conversaciones quedaron en suspenso.
En Operación Triunfo, 16 jóvenes se encerraban en una academia, en la que eran adoctrinados en disciplinas como canto, baile, interpretación... En las galas semanales -presentadas por Carlos Lozano-, el público decidía la expulsión de uno de los estudiantes, hasta la final, de la que salían tres ganadores. Posteriormente llegaba el momento de asignar canciones a los concursantes, que las defendían de nuevo ante la audiencia.
La primera edición de OT rompió las previsiones más optimistas. La victoria de Rosa López en febrero de 2002 contó con una media de 13 millones de espectadores. Pero en diciembre de 2003 eran menos de cuatro millones los testigos de cómo el valenciano Vicente ganaba OT-3. Las galas semanales, celebradas los lunes, perdieron en ese tiempo el 45,8% de cuota de pantalla. Y el mercado de ventas de discos se saturó con los cantantes salidos de OT-1: Rosa, Bisbal, Chenoa, Bustamante, Manu Tenorio...
El efecto OT también arrastró al Festival de Eurovisión, una fórmula desgastada que volvió a reverdecer con la participación de Rosa López, que concentró a 13 millones de eurofans pendientes de su actuación en Tallin (Estonia) en mayo de 2002. Un año antes eran 5,5 millones los que estuvieron pendientes de David Civera.
El tiempo se ha echado encima, y ya no hay tiempo material de poner en marcha el proceso de selección de candidatos, al que, por ejemplo, se presentaron 80.000 jóvenes en la segunda edición del formato. Un portavoz de Televisión Española apuntó ayer que se ha decidido "dejar descansar" Operación Triunfo, pero que esta decisión en absoluto supone su desaparición definitiva de la oferta de la cadena, que recupera la fórmula de la gala única para elegir al cantante eurovisivo.
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