Cruce de reproches por la situación de los rumanos en Córdoba

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba se acusaron ayer de la situación en la que vive el colectivo rumano en la ciudad. Después de la muerte de un bebé rumano el pasado sábado a consecuencia, muy probablemente según la Junta, del síndrome del lactante, también conocido como muerte súbita, las dos administraciones se acusaron ayer de tener desatendidos a los inmigrantes.

El delegado de la Junta en Córdoba, Antonio Márquez, dijo que no comprendía cómo el Consistorio no tiene ningún plan para evitar que los indigentes, no sólo lo rumanos, pasen las noches al raso. Inés Fontiveros, la teniente de alcalde de Participación Ciudadana, respondió que el Ayuntamiento ha impulsado un protocolo de actuación que consistía en que la Policía Local indicase a los indigentes que podían dormir durante estos días en el albergue de Cáritas, ya que el Ayuntamiento no dispone todavía de una casa de acogida para transeúntes.

Fontiveros también recordó que el local abandonado en el que falleció el bebé el sábado pasado era propiedad de la Junta y que los responsables de la Administración autonómica sabían desde el viernes que una veintena de inmigrantes dormía allí.

Márquez reconoció que la Junta conocía esta situación, pero que no los desalojaron porque preferían que estuviesen allí "ante la falta de un dispositivo del Ayuntamiento" para alojar a los inmigrantes.