La cantera adelanta al Sevilla
EL Sevilla se impone a Osasuna gracias a dos goles de Antoñito y Navas
El Sevilla, con dos goles de los canteranos Antoñito y Navas, se llevó el primer asalto de los cuartos de final de la Copa del Rey en un partido arisco más que bronco y en el que ambos equipos tuvieron su momento de dominio y, por tanto, sus oportunidades de victoria. No le sirvió el partido al Sevilla para quitarse de encima las dudas recientes sobre su concepto de juego, pero sí que recuperó el conjuro, quizás igual de importante para este conjunto.
Joaquín Caparrós es un entrenador de los que disfrutan poco del experimentar, de los que buscan un equipo modelo que se articule y se mueva según lo previsto independientemente de cuáles sean las caras que saltan al césped. Eso no quiere decir que no tenga en su plantilla jugadores difíciles de clasificar y juzgar. Los tiene y a veces los utiliza para romperle los esquemas al contrario. Ayer, la anarquía de Antoñito redujo la línea defensiva de Osasuna a una pandilla con tembleque en las canillas.
SEVILLA 2 - OSASUNA 1
Sevilla: Notario; Sergio Ramos, Pablo Ruiz (Aitor Ocio, m. 6), Pablo Alfaro, David; Alves, Jordi (Makukula, m. 57), Renato, Puerta (Jesús Navas, m. 71); Baptista y Antoñito.
Osasuna: Sanzol; Izquierdo, Cuéllar, Clavero; Valdo (Josetxo, m. 90), Muñoz, Pablo García, Delporte (Iván Rosado, m. 85); Milosevic y Aloisi (Puñal, m. 70).
Goles: 1-0. M. 20. Antoñito aprovecha un error de Izquierdo, que le dejó solo frente a Sanzol.
1-1. M. 37. Aloisi, de penalti.
2-1. M. 78. Navas, de tiro cruzado.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Izquierdo, Pablo García, Cuéllar, Valdo y Clavero.
28.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
El menudo delantero aprovechó el centro involuntario del lateral osasunista Izquierdo para batir raso a Sanzol. Poco después combinó de espaldas con Alves, que centró al corazón del área y Baptista tiró a las nubes.
Pero la titularidad de Antoñito no fue lo único que varió Caparrós en su equipo. El mal juego de los sevillistas en los últimos encuentros y las bajas obligadas de Navarro, Martí o Jesuli obligaban a estrujarse las meninges. Así, salió Puerta por el interior izquierdo y Alves por el derecho. Ambos combinaban su trabajo en el ataque con exigentes obligaciones defensivas sobre Valdo y Delporte. Renato se colocó más adelantado que de costumbre y, a pesar de que no cuajó del todo, en los primeros minutos sorprendió a los visitantes con un par de buenos pases interiores y una falta a la olla que no acertó a cabecear Alfaro.
En Osasuna se notó mucho la diferencia de calidad que hay entre los jugadores que ocupan la zaga y los demás. Las órdenes de los atacantes y centrocampistas incluían interrumpir el juego con faltas
constantes: hasta diez en 20 minutos. Quizás pecaron los centrocampistas de Osasuna de apoyarse demasiado en la banda derecha de su ataque. En lo que no fallaron fue en darle cuerda a los de casa para que gastaran sus fuerzas y se diluyeran sus ideas. Poco a poco, Pablo García se fue haciendo con el centro del campo y el Sevilla ya no acertaba ni a la hora de encontrar a Antoñito.
Esa paciencia les llevó a responder a la citada ocasión de Alfaro con otra de Milosevic que Notario despejó en un paradón espectacular. Hasta encontraron la manera de revolverse tras encajar el gol de Antoñito. Cuando el Sevilla parecía más sobrado, con más toque e intenciones, uno de los balones interiores que tanto gustan a los delanteros del equipo navarro acabó en penalti de Ocio sobre Milosevic. Aloisi sacó y metió el gol. El partido cambió muy a favor de los navarros.
Osasuna marcó el ritmo desde el inicio de la segunda mitad y Milosevic llegó a estrellar un balón en el larguero. Pero Caparrós apostó a grande: sacó a Makukula y Navas y el juego del Sevilla se multiplicó. En plena oleada de arreones de los de casa, Baptista recuperó una pelota que todo el mundo creía que había salido, Navas rebañó y clavó el balón en la red.
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