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MARÍA SAN GIL | Presidenta del PP en Euskadi y candidata a 'lehendakari'

"El PSOE está jugando en el País Vasco con una calculada ambigüedad"

No son días fáciles para María San Gil (San Sebastián, 1965). Ayer se conmemoró el décimo aniversario del asesinato de su compañero y amigo Gregorio Ordóñez, concejal del PP en San Sebastián. Ella estaba almorzando con él cuando un terrorista atravesó el bar La Cepa, en la Parte Vieja de la ciudad, y le disparó. De ser su secretaria pasó a sustituir su ausencia y ahora es la candidata del PP a la presidencia del Gobierno vasco. Un sondeo muy reciente no le augura buenos resultados para las elecciones autonómicas de este año.

Pregunta. El Partido Popular pasaría a ser la tercera fuerza, por detrás del Partido Socialista de Euskadi...

Respuesta. Las encuestas que se sacan en el País Vasco se ajustan poco a la realidad. La gente no es fiel a lo que luego vota. El único indicador importante es que los nacionalistas no logren la mayoría absoluta. Eso me interesa mucho más que valorar si el PSOE sube seis escaños o nosotros bajamos dos. Y por eso hay que seguir trabajando en la alternativa constitucionalista.

"No es lo mismo que un constitucionalista vote a Patxi López para que pacte con nosotros que para que luego pacte con el PNV"
"Hay cierto relajo en la firmeza del Estado de derecho. Batasuna se siente más cómoda con Zapatero y quiere volver a la vida política"

P. ¿Y no teme que, como sucedió en 2001, los nacionalistas salgan en tromba a impedir la alternativa constitucionalista?

R. Nunca PP y PSOE obtuvieron mejores resultados que en 2001. Es verdad que la movilización del sector constitucionalista obligó también a la movilización del sector nacionalista. Pero por primera vez sintieron muy de cerca que podíamos quitarles el poder, que es lo único que les interesa, mantenerse en el poder como si fuera suyo. Fue bueno que esta sociedad percibiera que puede haber un cambio, un Gobierno para todos. Lo que no entiendo son dinámicas de no querer volver a reeditar esa ilusión, ese optimismo. Los nacionalistas se van a movilizar exactamente igual. Sin embargo, me da la sensación de que hay algún partido que no quiere una movilización del constitucionalismo.

P. ¿Y por qué cree que el PSOE no quiere?

R. No digo que el PSOE no quiera. Lo que digo es que el PSOE está jugando con una calculada ambigüedad en el País Vasco. Su estrategia pasa por creer que ellos son capaces de mantener sus votos y al mismo tiempo captar a los nacionalistas moderados. Juegan a buscar determinados entendimientos con el PNV creyendo que de ahí van a captar los suficientes votos para luego ser dueños de la situación y decidir con quién pactan. Y creo que eso no es muy correcto electoralmente. Es obligación de los políticos explicar a cada elector cuál es la utilidad de su voto. No es lo mismo que un constitucionalista vote a Patxi López para que pacte con nosotros que para que luego pacte con el PNV.

P. ¿Es partidaria de suscribir un acuerdo como el de Mayor Oreja y Nicolás Redondo?

R. No. Yo no hablo de hacer un acuerdo preelectoral. Sí creo que es importante explicar a la sociedad vasca con quién queremos gobernar y para qué. Quizá no sea ni el momento ni la ocasión para un pacto previo, pero sí para decir que ayudaremos a formar una mayoría constitucionalista. Pero todavía no se lo he oído decir a Patxi López. Y navegar entre dos aguas puede llevarte a naufragar.

P. ¿No cree que ese acuerdo puede revivir la crispación electoral que se vivió en 2001?

R. Pero es que esa crispación existe. Estuve el otro día en Getxo [en la concentración tras el último coche bomba de ETA] y salí desolada. Oí de todo. Mientras unos pedían libertad, otros decían libertad para qué, si ya la tenemos. Aquí hay unos que son víctimas y otros que cierran los ojos.

P. ¿Qué cree que va a hacer Ibarretxe después de que el Congreso rechace su plan?

R. Pues seguir en clave victimista. No hay más que ver el artículo que publicó el viernes en EL PAÍS. Para él, lo de Rajoy y Zapatero no es diálogo. Sólo es diálogo lo suyo y siempre que sea en la clave que él quiera marcar. Me imagino que ya tenía pensado hacer unas elecciones en clave victimista.

P. ¿Quiere decir que todo forma parte de una estrategia electoral?

R. Pero es que llevan en esa estrategia 30 años. El nacionalismo tiene perfectamente marcada la hoja de ruta. Y en la actualidad estamos en un proceso de convergencia entre el PNV y ETA. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Los tiempos y los plazos. PNV y EA quieren hacerlo de forma más pausada, sin que la confrontación con el Estado sea inmediata, pero ETA, al darle sus votos, les está pidiendo que sea ya, de ahí que Ibarretxe diga que a ver si vamos a acabar a tortas.

P. ¿Cree que Otegi le ha hecho una faena a Ibarretxe votándole el plan?

R. Siempre podía haber dicho: 'yo no quiero esos votos'. Así que no le hagamos mártir. Estaba encantado. La sonrisa fue de oreja a oreja.

P. El acto de Anoeta, la carta de Otegi, el ambiente de tregua... ¿Qué está pasando?

R. Nada. Lo único que está pasando es que hay cierto relajo en la firmeza del Estado de derecho. Batasuna se siente más cómoda con el Gobierno de Zapatero y quiere volver a la vida política. Hay que seguir con la presión a ETA. Es lo mejor que se ha hecho en los últimos ocho años.

P. ¿Qué quiere decir cierto relajo en el Estado de derecho?

R. Que no se recurre el auto contra [Juan María] Atutxa, que no se recurre al Tribunal Constitucional con el plan Ibarretxe. El PSOE quiere separarse tanto de políticas del PP que está levantando el pie del acelerador. Eso no es bueno, porque todo lo que sea darle oxígeno a ETA y a Batasuna es quitárselo a los que vivimos amenazados.

P. ¿No cree que el PSE puede estar intentando un diálogo que acabe con el terrorismo?

R. No hay nada que dialogar porque a la vida no se le pone precio. No hay que caer jamás ante el chantaje.

P. El PSE también está en esa situación, sus concejales también están amenazados...

R. Pues pregúntele a muchos de los concejales del PSE qué opinan.

P. ¿Qué cree que opinan?

R. Hay una doble alma en el PSOE. Mucha gente sigue compartiendo lo que Nicolás Redondo decía, que es fundamental un pacto PP-PSOE para defender los principios democráticos. Hay otros, como Patxi López, que siguen creyendo que al PNV se le puede redimir. Y que es mejor estar lejos del PP y más cerca del PNV.

María San Gil, el viernes, tras el cristal blindado de la sede del PP en San Sebastián.
María San Gil, el viernes, tras el cristal blindado de la sede del PP en San Sebastián.JESÚS URIARTE

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