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Reportaje:

Entre 'Casablanca' y 'Lo que el viento se llevó'

EL PAÍS inicia el próximo domingo Cine de Oro, una colección semanal de 35 libros-DVD

A partir del próximo domingo 30 de enero, EL PAÍS ofrecerá a sus lectores una colección de libros-DVD, Cine de Oro, en la que a través de sus 35 títulos, que pueden ser calificados de clásicos sin el menor rubor, se engloban todos los géneros y subgéneros de su narrativa, desde el melodrama, la tragedia o la comedia, a las aventuras, la intriga o el musical, con el común denominador del talento con el que fueron realizadas y, por tanto, de su indiscutible calidad. La nueva colección se ofrece en el soporte libro-DVD pues además de la película -que se podrá contemplar en versión original, subtitulada o doblada- se acompaña de un libro de 60 páginas en las que, con un prólogo en el que destacadas firmas comentan y valoran el filme, se ofrece una amplia documentación textual y gráfica que recuerda y recopila las biografías de sus protagonistas, las anécdotas de los rodajes y los entresijos de su producción.

Se incluye desde el melodrama o la comedia a las aventuras, la intriga y el musical

El primer título, que se regalará el domingo 30 de enero al comprar un ejemplar de EL PAÍS, es Casablanca, de Michael Curtiz, una de las historias de amor más populares de la historia del cine y con la que sus protagonistas, Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, alcanzaron la condición de mitos. Tras ella, y en sábados sucesivos al adquirir EL PAÍS, se ofrecerán Doctor Zhivago, Con la muerte en los talones, Mogambo, Tener o no tener, El gran dictador y Una noche en la ópera, por citar por su orden las siete primeras películas, ejemplos excelentes de la capacidad del medio artístico para transmitir y estimular todo tipo de sentimientos y emociones en el espectador.

Si el filme de Curtiz conmueve desde el intimismo, Doctor Zhivago manifiesta las cualidades y ventajas del cine para la narración de los grandes relatos épicos, aquellos que pueden transitar de lo personal a lo colectivo, con la inestimable ayuda de los grandes paisajes, la profusión de medios técnicos y humanos y la abundancia presupuestaria económica que permiten situar en un grandioso contexto visual el desarrollo de la trama. David Lean, su realizador, demuestra en la adaptación de la novela de Pasternak, y una vez más, su talento para manejar con fluidez y eficacia la compleja infraestructura de las superproducciones.

El maestro Hitchcock, por su parte, alcanza una de sus cimas cinematográficas en Con la muerte en los talones, con secuencias inolvidables y esa endiablada capacidad para mantener en vilo al espectador hasta el final. La colección incluye un segundo título del realizador británico, Extraños en un tren, nueva prueba de su sabiduría. Mogambo, de John Ford, es también ya un clásico del amor entendido como una de las bellas artes, en este caso además de bella, intensa y apasionada, y con un trío protagonista inmejorable: Ava Gardner, Grace Kelly y Clark Gable. Cine de Oro vuelve a rendir un homenaje a Ford al incluir su western Centauros del desierto, probablemente el género en el que se encontraba más a gusto.

Con Tener o no tener y posteriormente El sueño eterno, el talento de Howard Hawks testimonia su capacidad de asimilación de los nuevos productos literarios, en este caso la novela negra, esa especial interpretación del relato policiaco o de intriga que inicialmente desarrollaron algunos escritores estadounidenses en los años treinta para convertirse, desde entonces, en un género mundial y avasallador. Chaplin está presente con tres de sus obras maestras: El gran dictador, La quimera del oro y Tiempos modernos ante las que sólo cabe rendirles pleitesía. Con Una noche en la ópera, de los Hermanos Marx y dirigida por Sam Wood, la comedia disparatada y genial emula al caballo de Atila: tras su visión, ninguna hierba de lo moral e institucionalmente establecido volverá a crecer en las mentes de los autosatisfechos, y si así no fuera, la colección, en su afán de perturbar las conciencias, también incluye Un día en las carreras con el mismo equipo de demolición. Por su parte en Arsénico por compasión, de Frank Capra, la comedia más clásica revela el espléndido muestrario de las cotas que puede alcanzar el cine en sus diálogos y situaciones.

El cine musical, otra de las grandes aportaciones del medio artístico e industrial, incluye Cantando bajo la lluvia, de Stanley Donen, del que también se ofrece Siete novias para siete hermanos, y se completa con títulos como Un americano en París y Gigi, las dos de Vincent Minnelli, y My Fair Lady, de George Cukor, presente también con la comedia La costilla de Adán y el thriller Luz que agoniza.

A las dos películas de cine negro ya citadas de Howard Hawks, la colección aporta dos títulos más: Cayo Largo y El halcón maltés, realizadas por John Huston, otro de los grandes maestros. Con Bonnie y Clyde, de Arthur Penn, se completa la oferta de los filmes en los que los atracadores alcanzan el protagonismo absoluto. La cuadrilla de los once, de Lewis Milestone, desde un tratamiento más amable de la delincuencia, revela las dotes del clan Sinatra para todo lo relacionado con el show bussines.

En el apartado del cine bélico cabe citar a dos de sus realizaciones más emblemáticas: Doce del patíbulo, de Robert Aldrich, y Objetivo Birmania, de Raoul Walsh. Sirve de excelente contrapunto a las historias guerreras, el lujo y el glamour de los años treinta que desprende por todos sus poros Gran Hotel, de Edmund Goulding. La aventura en su sentido más tradicional se refleja en tres títulos: Ben Hur, de William Wyler; Robin de los bosques, con dos responsables, Michael Curtiz y William Keigh-ley, y La vuelta al mundo en 80 días, de Michael Anderson, con las evidentes dosis de perversión e ironía que pueden y suelen ocultar las historias más cándidas.

Y si el cine anhela desde su nacimiento, entre otras cosas, el ser reflejo de la vida, no se concibe esta sin sus grandes dramas, sin el intenso dolor que puede infligir al ser humano el ser humano. Esplendor en la hierba, de Elia Kazan; La gata sobre el tejado de zinc, de Richard Brooks, y Días de vino y rosas, de Blake Edwards, conforman la trilogía del desconsuelo.

Naturalmente, una colección que surge bajo el ambicioso epígrafe de Cine de Oro no puede olvidar a una de las películas, sino la película, que mejor resume todas las cualidades e ingredientes que le justifican como el arte del siglo XX: Lo que el viento se llevó, de Victor Fleming, un compendio asombroso de arte, industria, espectáculo y entretenimiento.

Chaplin, como <i>El gran dictador.</i>
Chaplin, como El gran dictador.
Una secuencia de <i>Lo que el viento se llevó.<i>
Una secuencia de Lo que el viento se llevó.

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