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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Salvador García Aguilar, un escritor tardío

El escritor Salvador García Aguilar, premio Nadal 1983 con la obra Regocijo en el hombre, falleció la noche del jueves a los 80 años, tras una larga enfermedad, Alzheimer, que le impidió escribir en los últimos años de su vida. El ganador del Nadal era natural de la localidad alicantina de Rojales, aunque gran parte de su vida y de su trayectoria literaria la desarrolló en Molina de Segura, localidad murciana de la que fue nombrado hijo adoptivo, y cuyo Ayuntamiento tiene la intención de dar su nombre a la futura biblioteca municipal, que comenzará a construirse este año.

Tras la presentación de una de sus últimas obras, La flauta hay que tocarla siempre (Cuentos de aquí y de allá), Salvador García Aguilar aseguró en La Opinión de Murcia: "Ni mis vecinos se hubieran enterado de que soy escritor", de no haber sido por ese premio. Desde ese momento, tras ganar el premio catalán, ha escrito 18 libros, de los que se han publicado la mitad. "Pero no porque la obra no merezca la pena, sino porque nunca he ido detrás de nadie para publicar mis libros", comentó.

La mayor satisfacción en ese momento, en el que todavía se mantenía lúcido, era que "los entendidos y cultos de Molina de Segura" le publicaran el libro. La edición correspondió al Centro de Estudios Molinenses y al Ayuntamiento de Molina, quien además tenía previsto la publicación de una trilogía de historias que habrían versado sobre Molina de Segura y sus gentes, pero que no pudo escribir el autor por su enfermedad.

Para los murcianos, pese a que se dio a conocer con 58 años, era una figura señera de la cultura regional. Tras ganar el Nadal cultivó, fundamentalmente, la novela histórica. Entre otras novelas ha publicado La ranada cajín (Editora Regional), Clame el silencio (Universidad de Murcia) y también el libro Relatos. El Ayuntamiento de Rojales editó La guerra de los patos y la obra teatral La leyenda de la encantá, que fue estrenada en 1998. La flauta hay que tocarla siempre fue presentada en el Ayuntamiento de Segura.

La última aparición pública de Salvador García Aguilar fue hace un año en la entrega de los premios que anualmente concede el Club de la Prensa de Molina de Segura, acto en el que el escritor rojaleño agradeció el cariño que el pueblo de Molina de Segura le había dispensado siempre.

García Aguilar fue enterrado en el cementerio Nuestra Señora de la Consolación de Molina de Segura después del funeral que se ofició en la iglesia de la Asunción. García falleció en la clínica Belén de Murcia, donde llevaba ingresado varias semanas, tras haber entrado en coma el pasado miércoles. Sus restos mortales fueron velados en el tanatorio Arco Iris de Molina de Segura.

Salvador García Aguilar.
Salvador García Aguilar.EFE

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