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La subida del petróleo, el turismo y el tabaco eleva al 3,2% la inflación en 2004

La cláusula de revisión de los salarios cuesta a las empresas cerca de 1.500 millones

Lucía Abellán

Los precios de la energía han vapuleado este año la inflación. El encarecimiento del petróleo, junto al turismo, el tabaco y el pan, ha elevado el IPC un 3,2% en diciembre de 2004, frente al 2,6% de 2003 y muy por encima del 2% previsto. Pese a todo, la moderación del crudo a final de año, la mejora de los alimentos frescos y las rebajas adelantadas en el textil han arrojado el primer descenso mensual (una décima) registrado nunca en diciembre. Con estas cifras, unos 5,8 millones de trabajadores verán actualizados sus salarios para recuperar el poder adquisitivo, medida que costará cerca de 1.500 millones de euros a las empresas.

La inflación ha acabado el año casi un punto por encima de donde comenzó. La evolución del petróleo, que ha alcanzado el pasado año su máximo nivel al rozar los 52 dólares en octubre, ha contribuido decisivamente a acelerar un indicador que en 2003 moderó su evolución hasta el 2,6%. Con el 3,2% de diciembre, la inflación vuelve a resultados alcistas, si bien supone una mejora respecto al 3,5% registrado en noviembre.

El resultado más positivo del índice de precios al consumo (IPC) que divulgó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) reside en la evolución mensual. Por primera vez en toda la serie histórica de este indicador se ha registrado un descenso (en este caso, de una décima) en diciembre respecto a noviembre. El último mes del año es tradicionalmente inflacionista, impulsado por el consumo navideño. Pero el mes pasado, la confluencia de varios factores (caída del petróleo y revalorización del euro, moderación en la alimentación fresca y adelanto de las rebajas en el textil) propició el descenso.

No obstante, el IPC de diciembre sólo incorpora precios hasta la tercera semana del año, por lo que las subidas de Navidad se recogerán en enero.

Se dispara el transporte

Más allá de los descensos mensuales, la aceleración de los precios a lo largo del año obedeció principalmente a la energía y su repercusión en otros ámbitos. El transporte (sobre todo el personal, pero también el público) inyectó casi un punto al IPC. Fue el factor de más incidencia en los incrementos. Asimismo, los precios de turismo y hostelería tuvieron gran repercusión en los precios, una partida generalmente inflacionista que en esta ocasión recoge también las subidas del combustible. La energía también incrementó los costes en calefacción y otros gastos de vivienda.

Fuera del apartado energético, el tabaco y el pan fueron los elementos cuyas subidas tuvieron mayor incidencia. Y es que los principales fabricantes de tabaco aumentaron el precio de sus marcas a mediados del año pasado.

Los alimentos, una de las partidas que más lastran el IPC, registraron en 2004 la tendencia inversa a 2003. Los frescos, más volátiles y con subidas más acusadas en los últimos años, cerraron el ejercicio con una moderada subida del 1,8% (frente al 6,4% de 2003). Por el contrario, los elaborados, que en 2003 avanzaron un 2,7%, este año se han disparado un 4,1%. Una de las explicaciones es que este grupo, que utiliza los frescos como base, recoge más tarde las subidas de los primeros. Pero el principal responsable de los incrementos en productos elaborados es el aceite de oliva, que se encareció un 12,9% en todo el año.

Otra de las curiosidades del año ha sido lo ocurrido en el vestido y el calzado. La menor demanda este año se ha reflejado en los precios, que han subido un 2,1% frente al 2,5% de 2003. Todas las rúbricas, incluida la de ropa de mujer, han crecido por debajo del índice general y los deficientes resultados de la temporada han llevado a los comerciantes a adelantar las ofertas.

Aunque la evolución anual de la inflación obedece principalmente a la energía, la subyacente (elimina los elementos más volátiles, alimentos frescos y energía) también supera la de 2003. Este indicador cerró el año en el 2,9%, nivel en el que permanece desde agosto. Pese a todo, ha encadenado nueve meses seguidos por debajo del índice general.

Uno de los factores que más se resienten por la subida de precios es el diferencial de inflación con la zona euro. Este indicador de competitividad, que arroja pérdidas para España cuanto mayor es la brecha, se situó en un punto, según datos aún provisionales (el IPC armonizado español, homologable con la UE, se situó en el 3,3%). De ser así, la media del año ascendería a ocho décimas, algo por debajo de los dos años anteriores. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, anunció ayer un conjunto de medidas para reformar los mercados de bienes, servicios y factores productivos para mejorar la competitividad. Economía presentará la próxima semana un borrador para esos cambios, avanzó Vegara.

Con esa desviación del IPC 1,2 puntos por encima del 2% oficialmente previsto, las cláusulas de garantía salarial, que garantizan el poder adquisitivo de los salarios cuando la inflación se desvía, se activarán a principios de año. De los 7,4 millones de trabajadores con convenio colectivo, un 78% tiene la cláusula (algo más de 5,8 millones), según datos de UGT. La patronal está realizando un informe sobre el coste de la revisión salarial para las empresas. A la espera de datos más precisos, fuentes oficiales cifran en menos de 1.500 millones de euros el coste de actualizar los salarios.

David Vegara considera "razonable" la evolución de los salarios en los últimos años y niega que la presión salarial desborde la inflación. El secretario de Estado cree que la economía española "ha soportado relativamente bien el intenso encarecimiento del petróleo". El Partido Popular resalta que España sea "el país más inflacionista de la zona euro" y pide al Gobierno reformas. También Izquierda Unida destaca el diferencial con la zona euro y advierte de las pérdidas de competitividad que genera. Para la CEOE, el "buen dato" de diciembre no debe ocultar el problema de la inflación. También los sindicatos se muestran críticos. CC OO resalta las "negativas consecuencias sobre los productos españoles" y UGT culpa a los excedentes empresariales de la inflación.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.
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