Los consejeros de Esquerra plantan en un acto a Maragall
Ninguno acude a la conferencia del presidente catalán sobre el reto de 2005
La conferencia del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, estaba bien trabada. Dibujaba el Estatuto catalán como herramienta de transformación política, económica y social de Cataluña. Era una respuesta en toda regla a aquellos que profetizan el divorcio absoluto y total entre símbolos y la cuestión social. Sin embargo, el plante los consejeros de Esquerra ocupó el lugar protagonista que inicialmente debía ser para el horizonte que se abre a Cataluña en 2005: con un pacto de competitividad firmado y un Estatuto, ley electoral y ley de ordenación territorial en cartera.
Esquerra Republicana explicitó con este plante su enfado por diversas cuestiones que se han ido acumulando a lo largo de esta semana. Los republicanos tiene la impresión que desde el entorno del presidente -singularmente por parte del secretario del Gobierno, Ernest Maragall- se intenta laminar sus parcelas de poder, pactadas en las intensas negociaciones que alumbraron al tripartito y que culminaron con el pacto del Tinell que aupó a Maragall a la presidencia de la Generalitat.
El pacto no está de ninguna manera en peligro, ni el Estatuto, ni el proyecto, aseguran fuentes del Gobierno catalán. Pero el día a día, sobre todo en el área que comparten el presidente y el conseller en cap ha sufrido en los últimos días una grave erosión. El hecho de que desde Presidencia se diera a conocer un comité de sabios sobre la gestión de la red pública de televisión, así como la referencia en La Vanguardia de ayer a que consejeros del PSC celebraron un dictamen del consejo consultivo que limita las competencias a Bargalló enfurecieron a los republicanos. El conseller en cap estaba ayer por la mañana muy indignado por lo que juzga desconfianza y golpes bajos, según Esquerra. Incluso llegó a plantear en conversación con el entorno del presidente que su presencia en el Gobierno catalán carecía de sentido si las relaciones debían asentarse sobre la desconfianza y los golpes bajos.
La bisoñez en las lides del poder de los republicanos choca con la experiencia de los socialistas que especialmente en el área de presidencia han aprovechado las crisis y vacilaciones para ganar parcelas de poder.
En la conferencia, Maragall se mostró convencido de que Cataluña tiene la oportunidad de transformar su modelo de competitividad y ser un motor económico de Europa. Una oportunidad que implica a investigadores, emprendedores, profesionales, trabajadores y al propio Gobierno catalán
. Maragall definió 2005 como " el que pondrá de manifiesto la voluntad de llevar el país a una más alta cota de civilidad". "Para ello hemos decidido reordenar las instituciones. Lo haremos con el Estatuto, la organización territorial y la ley electoral".
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