Sorpresas para la despedida

El último pleno de José Luis Gimeno como alcalde de Castellón, de cumplirse lo anunciado, resultó bien distinto a las soporíferas sesiones que habitualmente se celebran en la capital de La Plana. La despedida de Gimeno fue breve, incluso fría, en el momento de decir adiós y manifestar su gratitud, de manera oficial, a funcionarios y grupos políticos. Después de este inicio, una de las "sorpresas" ya estaba en el salón de plenos. Varios vecinos del barrio Els Mestrets se encontraban ocupando una parte del salón, dispuestos a mostrar sus protestas contra una de las propuestas urbanísticas del PP. Así, cada vez que un concejal del equipo de gobierno tomaba la palabra, ellos, en pie, exhibieron sus carteles alusivos a la falta de diálogo.

La segunda sorpresa llegó un poco más tarde. Hacia las 12.30, apareció por la puerta y ocupó su sillón de concejal el presidente de la Diputación, Carlos Fabra. Por cuarta vez en esta legislatura, Fabra se dignó asistir a la primera institución de la ciudad de Castellón. Era el pleno en el que, eso sí, se decía adiós a José Luis Gimeno, a quien no le han unido lazos de sintonía precisamente. En cualquier caso, no se quedó, como no ha hecho nunca, hasta el final de la sesión y abandonó el salón una hora antes que el resto de concejales.

Las "sorpresas" también llegaron de la oposición. La mayor fue la protagonizada por el socialista Miguel Alcalde, quien regaló a Gimeno una ristra de "extrañas" facturas con las que quiso demostrar la mala gestión económica que, a su entender, se ha producido en el consistorio castellonense y con la que, según dijo, no se pueden realizar unos presupuestos ni realistas ni acordes a la ciudad. Las facturas eran cada cual más sorprendente. Una de ellas registra el triple pago de combustible realizado por un mismo vehículo del parque municipal en un mismo día. Lo más "curioso" es que se pagó gasolina super y diesel. Otra se refiere a los 18 euros por coche que el Ayuntamiento paga a una gestoría que tramita la petición de turno para la realización de la Inspección Técnica de Vehículos y el depósito del pago de la tasa. El vehículo, eso sí, lo trasladan los funcionarios. Más de 30.000 euros por intereses de demora en el pago de facturas porque no están registradas y se desconoce la fecha en la que llegaron al Consistorio y facturas duplicadas y, eso sí, pagadas, fueron otras de las lindezas exhibidas por Alcalde para justificar la calificación de "caos administrativo". Una comida de doce comensales por 9.000 euros, según refleja la correspondiente factura o la venta de suelo tres veces por debajo del precio pagado en una finca colindante han sido otros de los "dispendios" del equipo de gobierno popular.

La concejal de Hacienda, Susana Fernández, quien trató de defender sus presupuestos calificándolos de "equilibrados, realistas, moderados y ambiciosos", pasó al ataque hasta que, dirigiéndose al grupo socialista, llamó a los concejales "pencos" y les acusó de exponer un discurso "rancio, torticero, resentido e inadecuado". No sorprendió el concejal del Bloc, Antoni Porcar, quien pidió expresiones entendibles por la gente como que "dos más dos son cuatro y esa cuenta no sale".

Al final, el pleno aprobó, con los votos a favor del PP, los contrarios del PSPV y la abstención del Bloc, el presupuesto para 2005, que asciende a 129.542.600 euros y que supone un incremento del 4,04% sobre el del año pasado.

Al final, Gimeno, después de trece años, presentará su dimisión hoy o, a más tardar, el lunes, quizá cuando el consejo de administración de Castelló Cultural, que se reúne esta tarde, ya haya aprobado su nombramiento como consejero delegado. Quizá Fabra no acuda al próximo pleno. Quien sí lo hará será el otro Fabra, Alberto, que para entonces será alcalde de Castellón.