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Reportaje:FÚTBOL | 18ª jornada de Liga

El maleficio de Torres

El delantero nunca ha ganado al Madrid en los cuatro partidos jugados ni le ha marcado un gol

A Fernando Torres le excita el Madrid. Le motiva. "No es un partido normal", dice. "Es especial", recalca. Cuando era adolescente lo veía desde la grada. Cantando en uno de los fondos del Vicente Calderón. Pero no tiene puntería cuando quien se encuentra enfrente es el equipo blanco. Le disminuye el perímetro de la mira del fusil, se le empequeñece la portería contraria, se le empaña la vista. Cuatro partidos, un empate y tres derrotas, y no ha marcado un solo gol. Sólo lo logró en un amistoso navideño.

Ayer se repitió la historia nula si ésta se contabilizase sólo por los números. Ganas y más ganas. Hasta el punto de dar la impresión de ser capaz él solo de voltear como a una tortilla blanda a la defensa rival, especialmente a Pavón. Pero con muy poco acierto. El Niño tuvo hasta cuatro ocasiones magníficas en el primer periodo y otras tres en el segundo. La mayoría fabricadas por él con esa mezcla de cuchillo afilado, veloz, y orfebre habilidoso. Pero todas estrelladas contra las piernas, el cuerpo, los brazos, enormes, imposibles de sortear, de Casillas. Menos una. La mejor. Una en la que mandó el balón alto sin portero. Le pegó a bote pronto y le pegó mal. Precipitado, muy excitado, la agitación se alió con él para agujerear a los defensas, pero le cegó a la hora de disparar a puerta.

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Acosaba Torres a los centrales, se lanzaba contra el meta blanco, presionaba, tiraba los desmarques, apretaba los puños, se enredaba sobre sí mismo. Pero cuando se quedaba solo frente al portero lanzaba al muñeco, con rabia, pero sin astucia. Sin detenerse a pensar qué hacer y por dónde.

Vanderlei Luxemburgo, el entrenador del Real Madrid, lo resumió con muy pocas palabras: "El Atlético tuvo oportunidades pero no hizo gol". Y, entre los rojiblancos, de manera especial, Torres no hizo gol, a pesar de coleccionar oportunidades de todos los colores y en todas las posturas. César Ferrando, el técnico del Atlético, se desesperaba dando saltitos en la banda, junto a su banquillo, sin sentarse, y luego le justificó: "Ha trabajado bien, no ha tenido suerte, pero el gol es una cuestión de equipo, no de un solo jugador". Después del partido, el Niño desapareció engullido por el túnel de vestuarios, rabioso, enfadado. No quería hablar. Lo hará hoy tras la práctica de los rojiblancos, con 24 horas de perspectiva para analizar lo sucedido. En la grada, ayer, algún aficionado tildaba su actuación de "otro fracaso ante el Madrid".

Su único tanto ante el Madrid lo marcó Torres con el Atlético aún en Segunda División. Fue en un amistoso navideño organizado para apoyar a la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2012. Torres, con 18 años, anotó y se lanzó corriendo a la grada a besarse el escudo del Atlético frente al fondo sur del Santiago Bernabéu, el lugar donde su ubican los Ultras Sur. Nunca más ha podido repetir ese gesto. Y ayer, no fue por falta de oportunidades, pues inauguró su sucesión de fallos en el minuto cuatro del partido, dejando atrás a Pavón y la cerró a pocos minutos de la conclusión. Con especial mención al alocado carrusel en el que Salva y él dispararon contra Casillas en los tres últimos minutos de la primera parte, cuando parecía más difícil no marcar que acertar.

Casillas se anticipa a Torres, con Beckham tras el rojiblanco.
Casillas se anticipa a Torres, con Beckham tras el rojiblanco.RICARDO GUTIÉRREZ

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