El crimen de El Vendrell, cuarto asesinato en una guerra de bandas
La muerte violenta de Luis Rodríguez Cruz, ocurrida anteayer en El Vendrell (Baix Penedès), es la cuarta en menos de un año que arroja una guerra entre bandas de etnia gitana. A estos cuatro fallecidos hay que añadir un herido grave. Uno de los fallecidos había sufrido dos intentos de asesinato anteriormente. La policía trabaja con la hipótesis de que el fallecido el miércoles, de 28 años, fuera miembro del clan que en enero pasado terminó con la vida de Ángel Córdoba, cuyo cuerpo fue encontrado en una cuneta de Pradell de la Teixeta (Priorat). Rodríguez era hermano de uno de los imputados por aquel caso, que desató las iras del clan rival. Éste, cree la policía, decidió tomarse la justicia por su mano.
El pasado agosto, un hombre que huyó en una motocicleta de gran cilindrada, acribilló a Manuel García Biesca en el portal de su casa en Vila-seca (Tarragonés), mientras éste disfrutaba de un periodo de libertad condicional. Manuel García estaba imputado por la muerte de Ángel Córdoba. Dos meses más tarde, dos hombres, también en motocicleta, dispararon contra los ocupantes de un BMW en un semáforo, en plena tarde y con multitud de testigos, en la céntrica plaza Dels Carros, en Tarragona, matando al copiloto e hiriendo de gravedad al conductor. Según fuentes de la investigación, el herido pertenecía a la banda que, presuntamente, sería la responsable de la muerte de Ángel Córdoba en Pradell de la Teixeta, por un asunto de tráfico de drogas.
La principal hipótesis policial es que los autores materiales de los disparos procedan del área metropolitana de Barcelona. La muerte de Rodríguez Cruz en El Vendrell sería la continuación de una venganza que ha contado con otros episodios violentos aunque sin muertos.
Fuentes de la investigación explicaron que ante la tardanza del fallecido en acudir a su trabajo en Reus (Baix Camp), algunos de sus compañeros decidieron ir a buscarle a su casa. Al no encontrarle, denunciaron su desaparición. Mientras, Rodríguez Cruz habría sido secuestrado por sus verdugos -la policía ha encontrado evidencias de violencia en el vehículo del fallecido- y posteriormente conducido hasta El Vendrell. En una zona poco concurrida, fue tiroteado primero y posteriormente rociado con un producto inflamable y quemado para dificultar su identificación.
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